Al fin llegará septiembre: primavera, fiestas patrias, anticuchos, empanadas, fondas, curagüillas, terremotos (de los buenos), choripanes, aliento a choripán tres días seguidos, empanadas otra vez y otra vez y otra vez… Y rodeo (uhhhhhh).
Últimamente este tradicional deporte ha vuelto a ser cuestionado, y ahora no solo con opiniones, sino con normas. De hecho, actualmente el senador Guido Girardi y la organización Proanimal se encuentran preparando un proyecto de ley que busca prohibir esta actividad a nivel nacional. Además, la municipalidad de Recoleta se adelantó y ya lo prohibió en la comuna, mientras que Ñuñoa anunció que durante este año no se practicará rodeo en las fondas del Estadio Nacional (más que nada para “evitar” manifestaciones de animalistas).
Aunque no todo es en contra. También hay otros sectores que no están a favor de prohibir esta actividad, como los municipios de Las Condes y Melipilla, algunos parlamentarios y la Asociación de Huasos. Así que puede ser que discusión haya para rato. Por lo mismo, en El Definido preparamos este artículo, con el propósito de enfrentar a las dos posturas predominantes en este meollo: quienes están a favor y quienes están en contra del rodeo. ¿Qué nos dijeron?
Hablamos con Alfredo Moreno, director de la Federación de criadores de caballos chilenos, corredor de rodeo y director de la Escuadra ecuestre Palma de Peñaflor. Según él, hay muchos mitos que se han creado en torno a esta actividad, principalmente por la desinformación. Uno de ellos, cuenta, es que se acusa a este deporte de ejercer maltrato animal.
“ Ni los caballos ni los novillos sufren maltrato en el rodeo. Y aún más, si en algún caso ocurriese, está normado y los corredores sufren severos castigos. Todas las políticas están en el sentido de poder ir en pos del bienestar animal. ¿Quién podría ir más en pos del bienestar animal que quienes cuidamos y vivimos en torno a los caballos todos los días para cuidarlos y tenerlos de buena forma?”, explica.
En ese sentido, también plantea que las diversas federaciones de rodeo y las entidades alrededor de esta actividad, cada vez han ido avanzando más en términos regulatorios para poder cuidar más a los animales. En todo caso, agrega que después de las competencias, los novillos “vuelven a los campos de donde salieron en muy buenas condiciones y sin ningún problema. Ahora, puede ocurrir algún tipo de inconveniente, pero primero, es una cosa excepcional absolutamente y, segundo, la normalidad es que no ocurran”.
Para argumentar eso, Alfredo nos cuenta que es muy difícil que un novillo llegue a terminar herido, porque en el rodeo, estos animales corren junto a caballos que pesan lo mismo que ellos, los que son dirigidos por un jinete que hace que estos últimos se vayan desplazando hacia el costado. “Por eso es que el caballo no le realiza un golpe, sino que lo que hace es hacerlo perderse contra un lugar acolchado, que tiene una guatita y lo hace perder pie ahí, como con una zancadilla. Digamos, no es un golpe de frente, porque nunca un animal que pesa lo mismo que el otro y que se va moviendo hacia el costado, va a poder golpearlo”, detalla.
- El peso cultural del campo
Por otra parte, Alfredo también señala que hay una arista de tradición y cultura en este deporte. Por ejemplo, narra que en los campos la gente cría los novillos, los aparta, les dan remedios, los cuidan, etc. En el fondo, plantea que hay gente que se dedica plenamente a esto y que al final son “más animalistas que los animalistas”. Por cierto, agrega que esto también se traduce en un aspecto económico muy importante, toda vez que desde esta actividad se desprenden artesanos, folcloristas, cuidadores de caballos, artesanos de monturas, de elementos de fierro, de lazos, talabarteros, herradores, etc.
Eso sí, termina diciendo que “todos estamos abiertos a perfeccionar lo que tenemos y a ir mejorando, buscando el bienestar de nuestros caballos y novillos, mejorando así nuestra actividad. Pero de ahí a que sea un lugar donde se maltrata, eso no es así y la verdad es que todos le tenemos mucho cariño a lo que hacemos”.
En la otra cara de la moneda, hablamos con Florencia Trujillo, asesora jurídica de Ecópolis, una organización dedicada a trabajar por la defensa de los derechos de los animales. Entre otras cosas, han estado vinculados a la liberación de la elefanta Ramba del Circo de Los Tachuela, por ejemplo. Sobre el rodeo, nos cuenta que razones para oponerse “hay muchas”.
La primera, es que esta actividad, a su juicio, está “blindada para gozar de una cierta impunidad”. Sobre esto, nos cuenta que la Ley de protección animal, vigente desde el 2009, excluye a las actividades deportivas en las que participen animales. “La redacción es grotesca”, agrega. Y en la práctica, esto se traduce en que si alguien quisiera denunciar maltrato animal en una competencia de rodeo, esta acusación no podría estar amparada en la Ley de protección animal, ya que “se le hizo una enorme concesión a esta actividad”. Eso sí, aclara que de todas maneras se pueden denunciar este tipo de actos.
Por otra parte, explica que como movimiento, se oponen a este deporte porque es una actividad constitutiva de maltrato animal per sé. En ese sentido, acusa que “son constantes las denuncias de sufrimiento animal. Existe registro fotográfico de que los animales son sometidos a golpes, que terminan con costillas rotas muchas veces, que los caballos terminan con heridas y la piel rajada. Si eso no es sufrimiento animal, ¿qué es?”. Aunque añade que el daño no siempre es físico, sino que también psicológico, ya que a su juicio, el animal se somete a una situación que para él es de peligro y por eso huye.
Finalmente, plantea que otro reparo que tienen con el rodeo es sobre el uso de animales para espectáculos. “Para nosotros, ellos no debiesen ser objeto de diversión o que nosotros nos divirtamos a costa de ellos. Es una definición filosófica que tiene que ver con una postura moral frente a la vida y lo que nos rodea. Entonces, es algo que hoy en día en Chile pareciese que fuese un poco radical, pero en el mundo entero se están dando pasos en esa dirección. Hay países que han declarado que los grandes primates son personas no humanas y que tienen derechos fundamentales”, señala.
- “La esclavitud era una tradición que se eliminó”
Florencia reconoce que uno de los argumentos que se esgrimen para defender el rodeo, tiene que ver con su carácter de tradición cultural y patrimonial. Pero ella no tiene problemas en asegurar que hay tradiciones que deberían desaparecer (como el rodeo).
“Hay algunas que ya han desaparecido por su inherente crueldad, como la esclavitud. La tradición en sí misma no es un argumento que permita sostener una situación que nosotros consideramos de maltrato animal”, señala.