¿Te acuerdas cuando eras chico e ir a comprar al negocio de la esquina era un panorama? Sabías que esos chocolates de $10 con 90% de grasa te esperaban, así como esa hallulla que era la más rica del mundo y que siempre estaba calentita. Además, sirvió como una escala de medición en cuanto a tu nivel de madurez: cuando ya te mandaban a comprar solo, significaba que te habías transformado en un verdadero “grande”.

Aunque a pesar de todos los bonitos recuerdos que podamos tener de ellos, la verdad es que estos lugares han ido en retroceso con el tiempo. La enorme competencia de las cadenas de supermercados, que entregan una mayor cantidad de productos y generalmente a un precio más bajo, o de minimarkets, que ofrecen mayor variedad, ha hecho que los negocios de los barrios se tengan que reinventar para poder subsistir (si es que lo logran).

La lucha de los almacenes

Y el asunto no es cosa fácil, de hecho, ya les hemos contado de algunas iniciativas que buscan darle nuevos aires a los almacenes, como Vichito: el software que busca facilitarle la vida en términos de administración a los negocios pequeños. O también VESII: la calculadora “refaccionada” que le facilita una serie de trámites a los dueños de negocios de barrio. Pero pese a todo, la lucha que sigue dando el comercio local para salir adelante es bien dura.

Para combatir ese desafío, el Gobierno lanzó un programa que busca revitalizar el comercio local, para que puedan hacerle frente a la competencia y rescatar la identidad de los barrios. La iniciativa se llama Almacenes de Chile ysegún el ministro de Economía, Luis Céspedes, la idea es “mejorar la competitividad de los almacenes de barrio del país, entregándoles herramientas para que puedan reducir sus costos, aumentar sus ventas y atraer más clientes a su negocio.”

Todo esto es super importante, si consideramos que este rubro representa el 11% de las empresas activas del país y genera más de 400 mil puestos de trabajo

¡Cursos gratuitos!

Para lograr hacer las mejoras necesarias, el plan busca capacitar a los dueños de los almacenes, a través de un curso gratuito y flexible. Este se puede realizar a través de internet, es 90% audiovisual y además es práctico (y entretenido, según la página, desde donde te puedes inscribir haciendo click aquí).

También cuenta con tutores permanentes, los que se pueden contactar a través del teléfono o el correo y en total el curso dura 24 horas, las que se pueden ir distribuyendo en un plazo de ocho semanas. Por cierto, el eje de lo que se impartirá gira en torno a los siguientes aspectos.

• Aumentar ventas: el curso entregará las herramientas necesarias para que los almaceneros puedan implementar estrategias comerciales que les permitan vender más, especialmente a aquellos clientes con los que ya cuentan.
• Disminuir gastos: la idea es entregar un mayor conocimiento sobre gestión y administración de recursos, para así poder reducir los costos y obtener mejores rentabilidades.
• Atraer a nuevos clientes: considerando la identidad local y la capacidad del negocio, les enseñarán a captar a una mayor clientela para que acuda a su almacén.
• Proyectar la empresa: el propósito es que los almacenes no se queden ahí y puedan expandirse, para llevar el negocio a un “siguiente nivel”.

Pero no todo es gestión y administración. La idea también es que los integrantes sean capaces de plasmar sus anhelos y creen una ruta para poder concretarlos. Todo esto, considerando una especie de “construcción del relato” que tenga presente la identidad del barrio y el sueño de sus participantes.

Paso a pasito

Eso sí, el programa se divide en dos fases. La primera tiene que ver con las capacitaciones, que es lo que les acabamos de contar. Fase que por cierto significó una inversión de CLP$ 3.600 millones y que se desarrollará entre seis y doce meses desde el lanzamiento del programa (que fue ahora en agosto).

Después viene la segunda fase, que consiste en la participación de instancias de financiamiento para llevar a cabo actividades e inversiones en mejoramiento de la oferta y el espacio público. De hecho, el ministerio de Vivienda entregará hasta 30 mil UF (CLP$ 780 millones) de financiamiento por barrio.

Esta última etapa se extenderá entre dos a tres años y será clave en el desarrollo de los almacenes. Y es que obtener recursos para hacer mejoras, es una de las mayores trabas a las que se enfrentan los almaceneros. Por eso mismo, este programa está comprendido dentro de la Agenda de Productividad del Gobierno: para poder crear un esquema de trabajo en el comercio local que, además de chocolatitos y buenas experiencias, incida en un desarrollo económico colaborativo, participativo y sostenible en el tiempo.

¿Cuál almacén de barrio recuerdas de tu infancia? ¿Cómo crees que podemos fomentar el comercio local?