Hace pocos días entró en vigencia la normativa que le exige a las farmacias tener sus precios actualizados, disponibles para el público y con fácil acceso. Esto puede ser tanto de manera física como virtual, en donde se pueden ordenar por principio activo y dosis o por orden alfabético.
Según el director del Instituto de Salud Pública, Alex Figueroa, la idea de esto es que “las personas tengan información oportuna, veraz y actualizada para que tomen una decisión informada al momento de comprar un medicamento. Si el cliente compara el precio de la caja con el de la lista y no coinciden, puede exigir el medicamento más barato, y si no le respetan el precio, reclamar al Servicio Nacional del Consumidor”.
La iniciativa es parte de la Ley de Fármacos, una regulación que introdujo una serie de cambios (de los que hablamos hace un tiempo). La medida busca hacer más transparente la venta de fármacos, toda vez que se está entregando más información para realizar una compra. Así, se busca evitar que alguien compre un medicamento más caro sólo porque le fue ofrecido en la farmacia, siendo que podrían haber disponibles otros más baratos (como los genéricos).