Visitado por más de 1.200.000 personas y con medalla de plata por su Arquitectura y Paisaje, el pabellón chileno vuelve a nuestro país después de lucirse en la Expo Milán 2015.
La exposición chilena se tituló “El Amor de Chile” y buscó mostrar lo mejor de nuestro país, enfocándose en la gastronomía y los productos de los variados rincones de nuestro territorio, con el objetivo de posicionarnos como una potencia alimentaria.
Estuvo enfocado en esa área, porque el tema de esta exposición universal fue la crisis de la alimentación y los recursos de nuestro planeta, por lo que los países expositores debían mostrar su visión sobre el desarrollo de la sustentabilidad agroalimentaria, para abrir un diálogo sobre estos grandes desafíos que son relevantes para todos.
El Pabellón de Chile, que fue obra del arquitecto Cristian Undurraga, nos representó en la Expo Milán 2015 (mayo a octubre 2015), concentrando más de 600 actividades de música, danza, cocina, artesanía, gastronomía típica, astronomía, catas de vino, seminarios, cine, entre muchas otras, que fueron claves para el éxito del pabellón. En su tienda se vendieron más de 100 mil productos y en el restaurant se sirvieron casi 300 mil platos.
Imagen: Expo Milán/Facebook
Imagen: stefano Merli/Flickr
Imagen: Expo Milán
Imagen: Simone Bosotti/Flickr
"La madera ha sido definitiva en el carácter del edificio. Por una parte, la madera de pino radiata que llevamos desde Chile y que fue procesada en Italia nos permitió construir este edificio que posteriormente se iba a desarmar. Esa madera es de una calidez extraordinaria, le da un carácter, una atmósfera y una luz al pabellón que lo hace realmente un lugar muy acogedor", explicó Cristián Undurraga a Plataforma Arquitectura.
Además de los reconocimientos mencionados, se añade el que recibió en tres de las cuatro categorías de los premios en sustentabilidad dentro del programa “Towards a Sustainable Expo” realizado por el Ministerio del Medio Ambiente de Italia, el Politécnico de Milán y la organización general.
Son 46 containers los que trasladan el pabellón completo desde Italia, en un viaje de vuelta a nuestro país para convertirse definitivamente en un Centro Cultural y de Comercio Justo en la ciudad de Temuco. El objetivo es formar un espacio de encuentro intercultural, donde puedan darse a conocer la identidad mapuche y la evolución cultural que ha habido en la región.
La ciudad fue elegida por concurso, donde se recibieron presentaciones de muchas regiones, en las cuales destacó y salió ganadora la Intendencia de la Araucanía, según explica el Ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz.
El intendente Andrés Jouannet destacó que para la región es una muy buena noticia poder tener el Amor de Chile, agregando que "nuestra propuesta, el concepto de comercio justo, es un tema muy poco desarrollado en Chile, teniendo tan buenas artesanías, y para qué decir en la Araucanía”.
El pabellón llegará por completo a fines de mayo y se instalará un terreno de 5.000 m2, al costado del cerro Ñielol, uno de los principales patrimonios naturales de la ciudad, además de estar cercano a la feria de Temuco y el Ateneo Literario, lugar en donde se reunían Gabriela Mistral y Pablo Neruda. El centro será administrado por la Intendencia de la Araucanía y tendrá como socio a la Cámara de Comercio Mapuche, según informa el gobierno.
Nuestro país ha participado desde hace más de cien años en las exposiciones universales que se realizan desde mediados del siglo XIX, que se creó para dar a conocer los éxitos que el hombre ha logrado a través del tiempo, bajo un contexto de diálogo internacional.
Chile es un invitado permanente a estas citas universales que celebran cada cinco años y ha asistido, además de la de Milán, a las siguientes: París 1889, Nueva York 1939, Bruselas 1958, Osaka 1970, Sevilla 1992, Lisboa 1998, Shanghai 2010.
Es un espacio no comercial, donde hoy los países comparten tecnologías, innovación, descubrimientos, además de su cultura, identidad y productos característicos de su territorio. También se ha convertido en un aporte a la arquitectura y arte en cada época, como lo fue la construcción de la Torre Eiffel, en el marco de la muestra de París en 1889.
Así como la icónica estructura se quedó en la capital francesa para siempre, el pabellón de Milán es la segunda estructura chilena que, tras acoger una muestra nacional para una Exposición Universal, se podrá aprovechar de manera permanente con fines culturales.
El primer caso fue el Pabellón París, del arquitecto francés Henri Picq para representar a Chile en la Exposición Universal de París. Mostró el progreso de nuestro país en áreas como la agricultura, el comercio y la industria naviera, entre otras. Tras el evento, fue desmontado y enviado en barco a Valparaíso y luego en tren a Santiago para instalarse definitivamente. En 1992 abrió sus puertas como el actual Museo Artequín, en la comuna de Estación Central, en Santiago.
Imagen: Museo Artequín/Facebook