El puente Confluencia, en las cercanías de Chillán, fue un mudo testigo de parte importante de la historia de nuestro país durante el siglo XX. Los habitantes de algunas zonas apartadas de la octava región, han agradecido que sobre sus tablas de madera haya pasado parte del progreso que los conectó con la ciudad de Chillán, pero también sobre esas mismas tablas han caminado algunos protagonistas de los hechos más dramáticos que sacudieron a Chile en las últimas décadas.
Una estructura patrimonial que tiene mucho que contar, que hace un par de meses estuvo en riesgo de desaparecer, pues se pretendía demolerlo por su alto costo de mantención y la existencia de otro puente cercano, y que, gracias a una activa campaña comunitaria, hoy renace y adquiere por fin la categoría que se merece, la de Monumento Histórico.
No hay certeza en cuanto a cuándo el puente Confluencia fue construido sobre el río Ñuble. Se cree que podría haber sido alrededor de 1910 y que luego habría sido restaurado en 1939, cuando comenzó a conectar a la producción de vinos del valle Itata con Quinchamalí y Chillán. El puente, que debe su nombre a que se encuentra en la confluencia entre los ríos Itata y Ñuble, y también porque habría también colaborado a la confluencia de los mercados de la zona, conectando a pueblos retirados y de acceso difícil con Confluencia, una localidad que en la época lucía como un lugar floreciente; contaba con una posta rural, escuela, retén de carabineros, estación de trenes y correo. Era un verdadero centro de abastecimiento para la zona. La situación hoy en día es muy distinta y los vecinos declaran sentirse algo abandonados.
Vista satelital del puente Confluencia sobre el río Ñuble / Google earth. |
Pero el puente Confluencia no es cualquier puente. Se trata de uno de los últimos viaductos de madera que existen hasta el día de hoy, uno de los más antiguos y, además, uno de los más largos. Tiene 521 metros de largo y lo más impresionante de todo es que continúa en servicio con su madera original, sin presentar problemas. Si bien a lo largo de la historia ha sufrido por crecidas y terremotos, lo que ha conllevado ciertas reparaciones necesarias, se mantiene en pie, superando los embates del tiempo de manera estoica, lo que lo convierte en una gran obra de ingeniería para los estándares de la época.
Pero como todos, el puente Confluencia también tuvo momentos oscuros en su vida. Teresa Orellana y Eliana Fuentes, nacidas y criadas en Confluencia, relatan los siguiente: “Hemos tenido de todo, alegrías y tristezas. Para el Golpe de Estado nosotras pasamos muchas penas. Porque venían en la noche a… usted sabe todo lo que pasaba para el Golpe de Estado, nosotras los escuchábamos, venían en la noche en una camioneta… venían a matar. Orlando era el dirigente de la Junta de Vecinos que teníamos en ese tiempo”.
Las mujeres se refieren a la historia de Orlando del Tránsito Riffo Pastene, el que fue detenido el día 17 de septiembre de 1973 y fue encontrado muerto el día de 19, sobre el puente. Su hija, Jaqueline Riffo, relata así la historia: “Él estaba en el negocio con nosotros, con todos sus hijos. Lo vinieron a buscar los carabineros, lo sacaron del negocio, lo echaron en una camioneta y se fueron con él. Al día siguiente le avisan a mi mamá que él estaba muerto aquí en el puente”. A pesar de que éste es un caso emblemático de violaciones a los Derechos Humanos en la zona, Jaqueline cuenta que su padre no fue el único, que junto a su cuerpo habían otros, tirados también en el puente y que quienes autorizaron a sacar el cuerpo “dijeron que empujaran a los otros no más”. Nunca se supo quiénes eran.
La localidad de Confluencia ya no es lo que era antes, ya no hay posta ni retén de carabineros, pero los vecinos y la gente de los pueblos cercanos continúan usando su puente como modo de conexión entre el valle del Itata y las zonas de Portezuelo, Chudal o San Antonio. La gente de la zona declara tenerle cariño a su puente, crecieron con él, es parte de su rutina y de sus vidas, de caminatas durante las noches de verano y de días enteros bañándose en el río junto a sus cimientos. Es uno de los únicos paseos y áreas públicas que le va quedando a la localidad de Confluencia, es el lugar de reunión y esparcimiento de un grupo de gente que se encuentra habituada a su linda estructura de madera. (Si quieres sentir un poco de lo que significa cruzarlo, puedes recorrerlo a través de Google Street View aquí).
El puente parece extenderse hasta el infinito y se pierde entre los árboles / Google Street View |
Además, el puente es parte del patrimonio histórico de la zona, el hecho de que Orlando Riffo haya sido encontrado en el puente, es un hito que marcó a la estructura y un lugar de encuentro entre quienes lo recuerdan: “Es un recuerdo que nosotras tenemos, vamos, estamos ahí un rato, de repente conversamos un rato con él y lo recordamos. ¿Y si lo destruyen dónde lo vamos a recordar?”, declara la hija del dirigente vecinal.
Y ese fue el gran problema durante el año pasado, cuando como muchas obras humanas, el puente Confluencia adquirió relevancia solamente cuando se encontró en peligro de desaparecer. Nadie había hablado de su importancia patrimonial hasta que se supo sobre su inminente desaparición; sería reemplazado por un puente de concreto de capacidades industriales.
La construcción del nuevo puente Confluencia respondía a la cercanía de una planta de celulosa y a la necesidad de mayor conectividad en la zona. Para ello, se expropiaron algunas casas y parte de las áreas públicas de la localidad desaparecieron. Los vecinos alegan que fueron muy poco consultados y muchos de ellos se encontraban molestos con esta situación.
Las reacciones explotaron cuando el día 9 de junio del año pasado y tras el análisis de un estudio realizado por la Universidad Católica, las autoridades declararon que el antiguo puente de madera sería eliminado a causa de sus malas condiciones: “La cercanía del puente nuevo con éste provoca un problema, un fenómeno hidrológico que puede provocar el socavamiento de las fundaciones del nuevo puente y, por consiguiente, se hace necesario desarmarlo”, de acuerdo a lo que señalaba el Seremi de Obras Públicas, René Carvajal.
De inmediato se activó la alerta en Confluencia y en las localidades cercanas. Había que impedir que demolieran a una estructura que formaba parte de su identidad, de sus historias familiares y de la memoria más sensible dela zona. El Diputado por Chillán, Carlos Abel Jarpa, comenzó a buscar algunas alternativas: transformar el puente en un paseo peatonal, dejar que los autos ocupasen la nueva y moderna estructura y dejar que el viejo puente se transformase en una feria durante los fines de semana, en donde los artesanos y los productores agrícolas de esa zona de la octava región pudiesen mostrar, intercambiar o vender sus productos.
Así, el año pasado los vecinos de Confluencia, Coelemu, Ñipas, Portezuelo y Ránquil iniciaron una campaña para evitar su demolición, transformarlo en un paseo peatonal y convertirlo en Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Histórico. De inmediato esta iniciativa fue respaldada por los municipios de Chillán y Portezuelo y por la Unidad de Patrimonio de Chillán, quieres presentaron la solicitud al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).
Alegremente, en marzo de este año el CMN aprobó la solicitud de declaratoria, destacando una serie de características que lo convierten en parte del patrimonio de la zona:
Gracias a estos cuatro puntos, el viejo puente Confluencia comenzará a ostentar pronto el título de Monumento Histórico, la solicitud de declaratoria será remitida al Ministerio de Educación para la dictación del decreto que lo declare formalmente como tal, esperamos, en poco tiempo.
El puente entonces permanecerá como ruta peatonal, sus vecinos podrán pasear sobre él, recordar a los que ya no están, disfrutar en sus cimientos del agua del río durante los veranos y utilizar el moderno puente de concreto para desplazarse en automóvil.