Prejuicios, mitos e incomodidades vienen a llenar las mentes de empleadores y futuros colegas, cuando se trata de contratar en una empresa a alguien en situación de discapacidad. ¿Son capaces de hacer lo que se les encarga? ¿Acaso no se enferman más seguido? ¿No se demoran demasiado?
Estas barreras, entre varias más, tienen a más del 35% de estas personas sin poder acceder a un trabajo, cifra que asciende hasta un 75% si se trata de discapacidad severa. Estamos hablando de un grupo que abarca alrededor de un 12% de la población de nuestro país, la cifra más consensuada en base al Primer Estudio Nacional de la Discapacidad o que por lo menos abarcaría un 7%, según datos de la encuesta CASEN.
¿Es complicado y trabajoso integrarlos a una organización, requiere de recursos o afecta a la productividad su falta de experiencia? Dudas genuinas pueden surgir en las empresas a la hora de dar el paso a la inclusión, pero mientras no lo hagan, no podrán evidenciar los beneficios que trae.
Acá les mostraremos las ventajas, en base a diversos estudios, y tres casos exitosos donde la inclusión laboral ha convertido a las empresas.
Partiendo por lo obvio, los beneficios para una persona en situación de discapacidad son increíbles, básicamente les cambia la vida. Comienzan a tener la convicción de que su vida tiene sentido, se plantean nuevas metas personales, buscan mejorar sus relaciones sociales, dejan de sentirse como una carga para sus familias y el Estado, encuentran una mayor independencia y pueden satisfacer sus necesidades básicas, se sienten parte de una sociedad que, a menudo, los aparta.
“El empresario es clave en este proceso, como es clave el Estado y la sociedad civil, nosotros creemos en este trabajo tripartito, porque la discapacidad es un asunto de todos”, afirma el Presidente de la Comisión Discapacidad de la SOFOFA, Victor Dagnino.
En cuanto a la empresa, a primera vista y por prejuicios sociales, cuesta creer que la inclusión de personas con discapacidad signifique más una ganancia que un esfuerzo o más que un deber social para la empresa. Pero según ha analizado la Senadis, los beneficios son múltiples.
Permite desarrollar un valor competitivo frente a los clientes y la sociedad, porque se acercan más y de mejor manera a las necesidades reales de los distintos grupos de la población. También permite contar con empleados constantes en su trabajo, que presentan menos solicitudes de licencias, suelen ser puntuales y más productivos que los demás, a diferencia de la creencia popular que plantea que son personas poco productivas y enfermizas. Los empresarios que han integrado a personas en situación de discapacidad consideran que son hasta un 87% más responsables que las demás, presentan un 74% menos de ausentismo laboral, son un 72% más puntuales y su calidad de trabajo es un 63% mejor.
Otro estudio de la SOFOFA asegura que mejora considerablemente el clima laboral y las relaciones internas de los equipos, además de incrementarse la productividad. Hay empresas con más experiencia inclusiva que han visto este beneficio, ya que estos trabajadores están especialmente comprometidos con su trabajo y eso se irradia a los demás trabajadores con sus respectivas labores.
“Cuando una compañía decide incorporar a trabajadores con discapacidad, es reflejo de su desarrollo natural. Nos habla de empresas más maduras y conscientes”, señala Alejandro Hernández, Presidente de la Fundación Nacional de Discapacitados.
Acá les mostramos tres casos ejemplares, entre muchos otros, que debemos imitar.
Marcelo Cicali, dueño del bar restaurante Liguria, quien se autodenomina "Gerente Espiritual", ha abogado desde hace tiempo por la inclusión laboral. Predicando con el ejemplo en sus locales, integra un total de 7% de trabajadores con diversas discapacidades.
“La riqueza más grande de un país es la diferencia. La inclusión sólo trae cosas buenas, llevamos años en este tema, tenemos cocineros, garzones, músicos con discapacidad, y ellos hacen posible crear un espacio real de encuentro, donde todo tipo de diferencias son dejadas de lado y las dificultades son superadas de manera colectiva”, comentó Cicali en el seminario de la Subsecretaría de Previsión Social.
Esta iniciativa surgió luego de una alianza entre la Fundación Donnebaum, el bar y la terapeuta ocupacional Paulina Molina. Empezaron primero con charlas de sensibilización para todos los empleados del local, para que supieran cómo enfrentar de manera formal e informal el trabajo con personas en situación de discapacidad.
Con su programa, Bar Liguria ha sabido demostrar el excelente aporte de la participación de personas con discapacidad, valiosa no solamente para el cliente, sino para todo el equipo.
“Los resultados en el Liguria nos demuestran evaluaciones de desempeño sobresalientes, cero tasas de atraso, de inasistencias y licencias médicas. Después de tres años de este programa, puedo decir en justicia que la inclusión es el mejor vehículo para trasladar y comunicar los valores de la empresa”, recalcó.
Y la inclusión no solamente es parte de la cultura interna de la empresa. Según informan en SIGA Chile, a fines del primer semestre de este año, Bar Liguria abrirá su primer local 100% inclusivo en el barrio Lastarria, el cual tendrá tres niveles y contará con un ascensor, rampas y pasillos amplios.
En este mismo contexto, Caja Los Andes está impulsando cambios culturales y de participación social, tanto en sus colaboradores como afiliados y este mes lanzó la Política de Diversidad e Inclusión.
“Nuestro compromiso con la diversidad e inclusión no pretende limitarse sólo a la formulación de esta política, por importante que resulte, sino que avanzar en el desarrollo de un Sistema de Gestión que valore la diversidad, promoviéndola a nuestros colaboradores, afiliados y sus familias”, planteó Cristián Pizarro, Gerente de Comunicaciones, AACC y RSE de Caja Los Andes.
La experiencia de inclusión laboral comenzó en 2013, de la mano de la Fundación Tacal y ha tenido muy buenos resultados. ¿Qué aspectos toman en cuenta para una inclusión exitosa?
“La clave para trabajar la inclusión laboral, es incorporar a grupos de la diversidad lo más naturalmente, incluyéndolos en nuestro proceso de selección en igualdad de condiciones y sin distinción. En caso de que una persona necesite de algún ajuste razonable (por ejemplo que la persona presente una discapacidad visual), nosotros nos adecuamos y nos ajustamos al lenguaje que la persona nos pueda demostrar, promoviendo la equidad de oportunidades en el empleo”, nos señala Sebastián Manríquez, Gestor en Diversidad e Inclusión de Caja Los Andes.
Añade que es importante contar con un proceso de sensibilización para los colaboradores, lo que va junto de una estrategia de acompañamiento desde el primer día de ingreso, que busca incluir a la persona y lograr su adaptación al entorno a través de diferentes acciones.
“Una de las características que nos hemos dado cuenta y que son evidentes, son el compromiso y la excelencia en el trabajo de las personas, siendo la motivación de ello, el principal motor del éxito en nuestra organización”, nos cuenta Sebastián.
En esta empresa no tenían idea de inclusión laboral hasta 2012, llegaron a ella por una “casualidad” y luego se sorprendieron de los resultados. Dedicada al rubro de la producción de plástico, Sánchez y Cía. necesitaba trabajadores y no estaba muy fácil encontrarlos, por lo que vieron en las personas con discapacidad auditiva una buena oportunidad para conseguir personas motivadas y deseosas de trabajar.
Hicieron una apuesta por estos nuevos empleados y su experiencia resultó exitosa e inspiradora. Jorge Coggiola, Jefe de producción, reconoce que no tenían ninguna experiencia previa respecto a la inclusión de estos trabajadores: “Normalmente se piensa que las personas con discapacidad tienen problemas al momento de trabajar, aprender o hacer una vida como los demás. Cuando trabajé con ellos, me di cuenta de que no era así, ya que si les falta un sentido lo refuerzan en los otros cuatro que les quedan. Son capaces de ser autovalentes y de aprender”.
Confiesa que, al principio, los jefes de turno no estaban muy conformes, por miedo a que los nuevos trabajadores no rindieran como los demás, pero rápidamente notaron que era todo lo contrario, presentaban una gran disposición a su trabajo.
“Ahora me piden que les traiga más chiquillos”, asegura.
De los aprendizajes para lograr una buena inclusión, esta empresa destaca que es importante dedicar tiempo para la capacitación, mezclarlos para promover la integración, mejorar la comunicación en la empresa y educar la importancia del respeto mutuo.