Con mucha frecuencia en las redes sociales aparecen fotos y videos grabados por gente molesta, mostrando el momento en que Carabineros detiene a una vendedora ambulante de jugos de naranja, botando a la basura sus productos y confiscando su humilde carrito de supermercado.

He aquí uno de esos casos en que la razón y el corazón entran en conflicto. Por un lado, se trata de gente que, efectivamente, está ejerciendo su labor de manera ilegal, ocupando (o incluso estorbando en) la vía pública sin permiso y haciendo competencia desleal a los restaurantes de alrededor, que deben pagar todo tipo de patentes e impuestos y cumplir normas sanitarias. Carabineros no puede sino hacer cumplir la ley. Pero por otro lado, vemos que es gente trabajadora y esforzada, muchos de ellos mujeres extranjeras, que intentan ganarse la vida en un trabajo honesto en lugar de delinquir, y no nos gusta ver cómo les quitan su única fuente de ingresos. Además, para qué andamos con cosas ¡sus jugos son tan ricos y baratos! Y lo mejor de todo, 100% naturales. Sanito, sanito.

Por fortuna, la represión no es la única solución y la Municipalidad de Santiago, junto a FOSIS y la Intendencia Metropolitana lo entendieron, por lo que decidieron, en lugar de expulsar a estos comerciantes, legalizarlos con carritos Pro-Ultra-Excecutive-Advantage que cumplen con todos los requisitos legales, técnicos y sanitarios para operar.

En palabras de la alcaldesa de Santiago, Carolina Toha: "Aquí se encontraron dos procesos virtuosos muy importantes. Primero, una política seria, sistemática por formalizar y ordenar el comercio en la vía pública, y dos, el trabajo de nuestro programa Santiago Sano, que quiere verdaderamente cambiar los hábitos de las personas para que tengamos conductas de vida saludable y de esa manera, una vida más sana con una promesa y una esperanza también de una vejez en que seamos autónomos y sanos el mayor tiempo posible”, agregando que “cuando el comercio en la vía pública se desordena y se descontrola, hay consecuencias muy graves para el espacio público, para la seguridad, para el comercio instalado. Por otra parte, cuando se considera que en la vía pública no puede haber ninguna actividad comercial, también se cortan las alas a muchos proyectos que pueden ser un aporte a la ciudad (...) estamos optando por una visión sistemática donde en la vía pública regularicemos aquellas actividades que son positivas, en números controlados, y al mismo tiempo, seamos duros en fiscalizar las actividades ilegales”.

Fueron 40 los carros naranja con toldo verde, de lujoso acero inoxidable (¡uuuuuh!), con basurero y frutas a las vista, diseñados por estudiantes y docentes de la escuela de diseño de DUOC UC, que se entregaron a los comerciantes. 32 de los beneficiados son migrantes y el resto chilenas, las que además recibieron capacitación para realizar esta labor.

A partir de mañana podrán operar en distintos puntos del casco histórico con afluencia de público, entre las 7:00 y las 10:30 horas. En el futuro se ampliará el horario y los puntos donde pueden trabajar.

Veamos si pronto hacen lo mismo con carritos de fruta picada y especialmente los de frituras, que con esos balones de gas son un peligro público...

¿Qué otro comercio ambulante legalizarías?