Se iba a llamar “Hospital del Empleado” y era uno de los mayores desafíos urbanos y de salud que tenía el gobierno del ex presidente Salvador Allende, porque la construcción –que comenzó en 1971– prometía ser el hospital público más grande y moderno de Sudamérica, con 84.000 m² construidos.

Sin embargo, el gigante de Pedro Aguirre Cerda jamás sería inaugurado, y aunque se pretendía construir en 45 meses, sólo se pudo trabajar 30, ya que en septiembre de 1973 las obras fueron paralizadas tras el golpe militar, por considerar al proyecto inviable económica y socialmente, por su alto costo operacional y por la baja densidad de población que tenía por entonces la zona en la que serviría. Desde esa fecha y por los siguientes 40 años, el ex Hospital Ochagavía (como pasó a llamarse), se convertiría en el "Elefante Blanco de Pedro Aguirre Cerda", dejando a la comuna con una infraestructura abandonada de 84 mil metros que, por algún motivo, no lograba ponerse en uso.

Durante las siguientes décadas, el ex Hospital Ochagavía fue blanco de juicios, reventas y promesas incumplidas. Pretendió ser un edificio de viviendas, luego un centro comercial y así, distintos proyectos fantasmas que se fueron sucediendo unos a otros, para frustración de los vecinos; período en que fue utilizado únicamente por artistas que sacaron provecho a la estructura, utilizándola de locación para realizar perfomances, videos musicales, teleseries y distintos montajes relacionados al teatro y al arte urbano.

Pero el año 2013, la empresa Red Megacentrocompró el lugar con el fin de rescatarlo, y encargó el proyecto al Premio Nacional de Arquitectura, Juan Sabbagh, quien decidió mantener su estructura y recuperar el espacio mediante el reciclaje urbano, adecuando al lugar a su nuevo uso: un centro de oficinas, bodegajes y logística llamado Núcleo Ochagavía.

Un proyecto empresarial como cualquier otro, pensarán muchos, pero la diferencia se dio en que integraron plenamente a la comunidad en el trabajo y desarrollo del proyecto, logrando transformarlo, además, en el nuevo centro cívico de la comuna Pedro Aguirre Cerda, junto a un boulevard con servicios para los vecinos, antes inexistentes.

La clave del éxito: integrar activamente a la comunidad

Comenzar a desarrollar un proyecto nuevo en este histórico y sentido lugar no fue tarea fácil. Hay que considerar que los actores involucrados eran muy diversos: una empresa privada, un municipio comunista y una comunidad muy arraigada al sector; por lo que la comunicación y transparencia fueron las principales claves para llevar el proyecto a buen término.

¿Cómo lo lograron? Considerando que era imposible realizar un proyecto de tal importancia para los vecinos en un espacio con tanta carga histórica sin involucrar al municipio y las personas que viven en el sector, Megacentro encargó a la Fundación Urbanismo Social la implementación de un Programa Territorial.

Matías Canete, coordinador jefe del proyecto Núcleo Ochagavía, nos contó que las claves para que el proyecto fuese exitoso fueron "una buena planificación, contar con un formato super flexible en cuanto a las bodegas y oficinas que se pueden acomodar muy bien a cualquier lugar. También es clave la ubicación central respeto a Santiago que hace fácil la logísitca, y por sobre todo el trabajo directo con la Muncipalidad y la Fundación que nos ha permitido trabajar con la comunidad y hacerlos partícipes del proyecto".

Así fue como comenzó el diálogo entre los actores involucrados, con la participación de más de 300 vecinos, con información transparente desde un principio, respetando la identidad e historia local, permitiendo a los vecinos hacer “duelos urbanos” con visitas guiadas a la construcción, en la que se les explicaba la resignificación del proyecto.

Además, los encargados del proyecto recogieron a través de un ciclo de talleres, los usos, necesidades y expectativas de los vecinos del sector, instancia en la que se acordó la construcción de un espacio que permitiera el encuentro y la conversación, en un ambiente cómodo, con buen mobiliario, con amplias áreas verdes para que las familias pudiesen disfrutarlo y cuidarlo.

Conversamos con Pilar Goycoolea, Directora Ejecutiva de la Fundación, que lleva ya tres años trabajando codo a codo con los vecinos en el desarrollo e implementación de cada una de las etapas del proyecto, y nos contó que “es impresionante cómo a través de una intervención física que es este gran edificio, se empieza a generar valor en el territorio y losvecinos se involucran y participan en el hacer ciudad y no dejan que quede en manos de otros, sino que se lo apropian, y eso, si se logra trabajar de forma coordinada y respetuosa en conjunto, da como resultado un proyecto exitoso desde un punto de vista empresarial y económico, como también social”.

Y el trabajo en conjunto resultó de maravilla. No por nada, Núcleo Ochagavía fue reconocido como el mejor proyecto de Regeneración Urbana en la 1ª versión del Premio Aporte Urbano (PAU), organizado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la Cámara Chilena de la Construcción y la Asociación de Oficinas de Arquitectos.

En qué sentido Núcleo Ochagavía es un aporte para los vecinos

Uno tiende a pensar que para los vecinos resulta bastante más útil un hospital que un centro de negocios, y puede ser cierto, pero este proyecto fue pensado en grandes proporciones, intentando beneficiar a los vecinos en lo que fuese posible, y la comunidad parece estar conforme con el resultado.

Además de darles trabajo en la construcción (el 80% de la mano de obra correspondió a vecinos de la comuna) y planificación misma del nuevo centro empresarial, se invitó a la comunidad a participar del diseño de los espacios públicos, ya que el plan maestro incluía la explanada del sitio aledaño al edificio. Por ende, los vecinos y el municipio han participado codo a codo con la empresa y la fundación, con el fin de sacarle el mayor provecho a ese espacio para el bien de la comunidad.

Se llevaron a cabo 46 visitas guiadas al ex Hospital que convocaron a 630 personas; se trabajó con más de 100 niños y niñas del sector en torno a temáticas de resignificación y seguridad; y se realizaron concursos de cuentos y fotografías “El Elefante Blanco” para rescatar la memoria histórica del edificio y su entorno.

Por otro lado, se realizó el diagnóstico y diseño participativo de dos plazas ubicadas en Avenida La Marina, por medio de un trabajo colaborativo entre los actores, en la que se realizó una plantación comunitaria y se escogió el nombre de las plazas: La Marina y Arturo Prat, se mejoraron las veredas; todo esto con el fin de darle valor al territorio en general y no solo al edificio.

Y como nos contó Pilar Goycoolea, “Pedro Aguirre Cerda es una comuna que no tiene servicios para sus vecinos. Por ejemplo, para cargar la tarjeta Bip hay que ir a San Miguel, para sacar plata en efectivo también, entonces se quiso solucionar estos temas abriendo un boulevard en el mismo edificio con distintos tipos de servicios abiertos a la comunidad”, agregando que “al final lo que está pasando con todo este edificio, que tenía una carga histórica para la comuna, es construir un centro cívico que la comuna hoy no tiene y que se le empieza a generar valor y atractivo a un lugar que estaba abandonado, a un elefante blanco”

¿Con qué servicios contará el edificio? El 2016 se instalarán: un local de Al Gramo, el Registro Civil, la Fundación Nuestros Hijos, el Consultorio Núcleo Salud, la oficina de la Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda (temporalmente mientras construyen su edificio consistorial), y se están cerrando acuerdos con un banco y una notaría.

Actualmente las oficinas y bodegas están funcionando, pero quedan aproximadamente seis meses para que el Boulevard se termine, y cerca de un año para que se habiliten todos los servicios para los vecinos y se le dé vida a la explanada que tiene 16.000 mts² la que contará con el trabajo y planificación de los vecinos y que comenzará en marzo próximo". Pero el histórico Elefante Blanco ya es historia y como bien nos dijo Matías Canete "este ha sido un proyecto super emocionante, como la potencia social de terminar este proyecto es tan fuerte, la verdad es que nos llena de orgullo poder darle otra cara a nuestro entorno cercano y a la comuna en general. Esta es la primera piedra para un cambio fuerte para Pedro Aguirre Cerda.