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Imagen: Felipe Muhr

Cómo PROhumana le devuelve el corazón a las empresas

Porque no se trata sólo de ganar, sino de aportar, la "sustentabilidad empresarial" gana tracción entre las organizaciones chilenas. Mucho más compleja y completa que la RSE, exige de las empresas un compromiso sincero y transversal por ser un aporte en todo ámbito. PROHumana hace esa transformación posible.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2015-11-16 | 07:00
Tags | empresas, negocios, sustentabilidad, economía social, bien común
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Las empresas están en la mira. Si ya desde siempre han sido vistas con desconfianza, los escándalos varios que han producido quienes se meten leyes y personas al bolsillo, han alimentando la opinión generalizada de que solamente están aquí para hacer crecer sus ganancias a toda costa, succionando lo que necesiten de la sociedad, dando poco o nada a cambio.

Dar eso por sentado es un error, o al menos, una mirada incompleta. Es entender sesgadamente el concepto de empresa, sobre todo porque hay muchas que buscan desarrollarse aportando no solamente a sus socios, sino a sus empleados y a la sociedad en su conjunto. Y eso, que antiguamente era una excepción, empieza a convertirse en tendencia y el día de mañana (esperemos) podría llegar a ser la regla.

"Sustentabilidad Empresarial" es la palabra que todos deben grabarse en la mente y que significa mucho más que reciclar botellas plásticas o poner luces de ahorro energético.

Se trata de una cultura que se ha instalado y aumenta cada vez más en el mundo empresarial chileno, buscando focalizar los esfuerzos y la expertise de cada compañía para ser un aporte al desarrollo de las personas y de la sociedad. Y no solamente es algo de las Empresas B, que son un ejemplo notable de valor, si no en una cultura general, aplicable a todo tipo de organización.

Pero esto no ocurre de la noche a la mañana y, muchas veces, las buenas intenciones chocan con la inexperiencia, la incomprensión o los prejuicios de los equipos o directivos que deben provocar el cambio. Ayudarlas a generar valor social y pasar de la teoría a la acción es el objetivo de PROhumana, que investiga buenas prácticas, las transmite y crea metodologías para implementar planes de sustentabilidad en las empresas, además de compartir las mejores aplicaciones de Chile y el mundo en la red empresarial.

Más allá de las obligaciones

¿Nacen solamente para generar riqueza? No. La empresa no debe ser solamente un actor económico, sino un actor social del desarrollo económico del país. Quizás es por eso que el clásico concepto de RSE (Responsabilidad Social Empresarial) hoy se queda chico, porque no se trata solamente de una obligación de donar dinero o compensar el impacto ambiental, sino de ser sustentable en todos los ámbitos de acción de la empresa: social, económico y ambiental.

Sustentabilidad Empresarial, explican en PROhumana, "es la contribución al desarrollo humano sustentable, a través del compromiso y la confianza de la empresa hacia sus empleados y las familias de éstos, hacia la sociedad en general y hacia la comunidad local, en pos de mejorar el capital social y la calidad de vida de toda la comunidad".

Hoy urge el diálogo de las empresas con las comunidades, líderes empresariales éticos, un alineamiento con sistemas financieros que sostengan este desarrollo humano sustentable y más comercio justo, entre otras cosas.

La sustentabilidad debe colarse en todos los espacios de una organización, desde su gobernanza y gestión, público interno, proveedores, consumidores, comunidad y hasta el medio ambiente. Pero, ¿cómo no quedarse solamente en un bonito discurso y llevarlo a la acción?

3 claves para pasar de la teoría a la práctica

Llevan dos décadas trabajando para que las empresas ajusten sus modelos de negocio y sistemas de gestión a este nuevo paradigma y con su Modelo de Estrategia de Negocio Sustentable, en ProHumana las conducen para que desarrollen realmente lo que se proponen, buscando que esa misión permee en su cultura. Para pasar del "dicho al hecho" aseguran que es fundamental tener en cuenta tres cosas:

1. Situar a las personas en el centro de la empresa

Para comenzar el cambio, es clave entender que hay una interrelación y dependencia entre las personas que componen la empresa, la Gobernanza que define el marco ético que determina las decisiones, el entorno económico en el que se desenvuelve, que a su vez está inserto en un entorno social y que forma parte de un ecosistema o entorno ambiental. Centrar la mirada en estas personas, sus necesidades, sus relaciones, sus deseos, y alienarlos a los objetivos establecidos, es un primer paso fundamental para comenzar un proceso de cambio.

2. Proceso de gestión continuo

Si no hay seguimiento, nunca se va a poder avanzar realmente. Cada estrategia, política y/o programa implementado por la empresa necesariamente tiene que tener un proceso de gestión continuo con 5 indicadores: Planificación, Implementación, Evaluación, Mejora Continua y Comunicación. Éstos permiten que realmente se haga concreto un cambio completo en cómo es entendida la organización, su cultura y su rol social.

3. Principios Transversales

Y para que los resultados no sean desastrosos, sino exitosos, la propuesta de este modelo de intervención involucra tres principios transversales a toda acción, en los cuales la empresa se debe basar para cambiar.

- Integralidad: Una empresa que sea inclusiva, balanceada y recoja los diferentes aspectos que constituyen su ser y hacer, donde el actuar forme parte de un todo en que las personas que la conforman participen activamente.

- Innovación: Resolver los problemas de manera creativa, de acuerdo a las fortalezas y capacidades de la empresa. La búsqueda constante de lo nuevo, de los cambios, nuevas formas de creación de valor y también de nuevos valores que crear

- Coherencia: Lo que se plantea como visión, misión y valores debe estar presente en toda la gestión. En sus acciones, iniciativas, en los resultados e impactos de ellas y en los aprendizajes que determinan y orientan sus experiencias futuras.

Obviamente pasar de la idea a los actos implica un proceso lento, donde los esfuerzos por cambiar no derivan en resultados inmediatos, pero el retorno supera con creces todo ese tiempo invertido, aseguran en base a su vasta experiencia en PROhumana.

¿De qué otra forma pueden aprender las empresas?

Además de intervenir las organizaciones para integrar la sustentabilidad empresarial, PROhumana realiza actividades principales con las empresas que forman parte de la red.

- Visitas al corazón: una vez al mes, una empresa abre sus puertas e invita a todas las compañías de PROhumana para darles a conocer sus mejores prácticas, su política empresarial, su programa, traspasándole conocimientos útiles para aplicar.

- Encuentros aprendiendo a hacer: periódicamente se realizan charlas con temas contingentes, sobre política, consumo, internet de las cosas y otros, especialmente enfocados a los miembros de la red.

- Viajes al extranjero: organizan viajes anuales a diferentes países que son ejemplares en sus políticas empresariales, donde los líderes de cada empresa participan para conocer buenas prácticas dignas de imitar en nuestro país.

Los desafíos para Chile y sus empresas

"Creemos que aún tenemos un largo camino que recorrer para poder integrar un modo de crear, hacer y gestionar negocios en un marco de responsabilidad social, económica y ambiental integralmente sustentable, y por cierto articulada con las demandas locales y globales", afirman en PROhumana, e identifican cuatro factores clave para transitar en esa dirección:

- Estrategia integral

El reto es que cada vez más empresas pasen de entender la Sustentabilidad Empresarial solamente como una política, a desarrollar una estrategia integral de negocio sustentable. Esto implica un cambio de cultura, que se concrete en transformaciones de las relaciones sociales internas, marcadas por entender a las personas como talentos sustentables y por el fomento de liderazgos sustentables. A fin de cuentas, la persona es el centro y eje de toda transformación, por lo que es el actor clave en la promoción de una cultura de sustentabilidad y equidad social.

- Ciudadanos proactivos

"Es importante señalar que generar una sociedad con desarrollo sustentable no depende sólo de las empresas. Todos tenemos un rol importante que asumir: como ciudadanos, como consumidores. Debemos asumir un rol de mayor empoderamiento y ser más proactivos", subrayan en la organización.

Ser ciudadanos proactivos, informados sobre nuestros derechos y deberes, exigentes con las empresas y su gestión, diálogo y modo de negociar. A la vez, conscientes del protagonismo que cada uno tiene en la construcción de este nuevo paradigma de economías sustentables e inclusivas del siglo XXI.

- Más innovación

"El mundo actual nos demanda pensar en términos de mejorar constantemente, reducir costos, ser más eficientes… Y todo eso es consecuencia de procesos innovadores que van de la mano de una visión sustentable del negocio", afirman en PROhumana.

- Alianza sector público-privado

¿Por qué no ayudarse más en vez de competir? En Chile aún falta bajar las barreras para generar más y mejores alianzas entre el sector público y las empresas, donde puedan compartir las fortalezas de ambas para ideas y proyectos de gran impacto en la sociedad, con miradas a largo plazo.

¿Sientes que la cultura empresarial está cambiando en Chile? ¿Qué otros desafíos tenemos pendientes?

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