- "¡Tita! ¡Tita! Ven, ven rápido. Algo le pasó a mi papá"
Era el 4 de julio de 2015 y todo Chile estaba a la espera de la gran final de la Copa América, que a la postre le daría a nuestro país su primer título futbolístico. En el Estadio Nacional los jugadores de Chile y Argentina ya habían ingresado a la cancha, cuando desde los parlantes surgió una petición que dejó sin aliento a la multitud y a todos los televidentes: un minuto de silencio por el piloto chileno, Carlo De Gavardo.
Mientras entrenaba en bicicleta con Matteo, el menor de sus hijos, en el cerro Huelquén, el deportista de 45 años sufrió un paro cardiorrespiratorio, que terminó con su vida a las 13.49 hrs. y dejó al mundo de las tuercas sin uno de sus mejores exponentes. Carlo fue el primer chileno en participar en un Rally Dakar de forma oficial en la categoría de motos; el primero del país en terminar dicha carrera, donde peleó permanentemente los primeros lugares; el primer nacional en subirse al podio de la competencia (tercer lugar el año 2001) y una influencia decisiva para que esta competencia llegara a Sudamérica.
Pablo Vargas Zec y Felipe Hurtado, son los periodistas autores de la biografía del deportista chileno, quienes a pesar de no tener una amistad con él, sí lo conocían bastante; desde 1998 Pablo, y desde 1999 Felipe, siguieron todos los pasos de la carrera del piloto, desde sus inicios en la moto hasta cuando decidió dejarla por los autos.
El libro Carlo De Gavardo, Abriendo Ruta (Ediciones B)cuenta su historia deportiva completa, pero entrelazada con su vida personal, la que no fue fácil debido al tiempo que le tomó dedicarle a su carrera. La biografía retrata el espíritu reinsiliente de De Gavardo en todos los ámbitos de su vida, pues a pesar de decir en algunas ocasiones que dejaría el volante, su energía y pasión fueron más fuertes, impidiéndole abandonar la disciplina.
A pesar de que los mayores ejemplos tienen que ver con su vida deportiva, no todas las adversidades que se le presentaron fueron sólo lesiones o accidentes. El Cóndor de Huelquén, apodo puesto hace años por Pablo Vargas, también tuvo que sacrificar parte de su vida familiar.
1. Familia
En conversaciones con los periodistas, Felipe cuenta que el tiempo y la dedicación que le tomó al piloto sus carreras, puso en jaque su matrimonio de 13 años con la periodista Pamela Cano, de la cual finalmente se separó.
"Tuvo que dejar muchas cosas de lado, como la familia. Dejaba mucho rato sola a su señora cuando recién comenzó su carrera", contó Felipe. Fue tanto así, que por un accidente que tuvo compitiendo en 1996, dijo Pablo, Carlo tuvo que cancelar su luna de miel debido a la fractura que tenía en ambas muñecas.
Cuando llega el momento de la separación, el piloto tuvo que re plantear el tiempo que pasaba con su familia: tenía dos hijos pequeños a los que necesitaba dedicar tiempo y estar presente. Aquí De Gavardo logró superar su separación y tomarse el espacio para estar con sus hijos, como por ejemplo acompañarlos a los partidos del equipo que a ellos les gustaba, Colo Colo, aun cuando a él no le interesara mucho.
"Era un padre súper presente, pese a todas sus ausencias", explicó Felipe.
2. Capacidad de levantarse... literalmente
A lo largo de su carrera, De Gavardo tuvo muchos accidentes, unos más fuertes que otros. Uno de ellos, y el que los periodistas consideran el más grave, fue el que sufrió en 2002 en en Chile y que lo llevó directamente a la UCI, tras caer a una zanja zanjamientras competía la segunda etapa del Rally por Las Pampas. El saldo de esa caída fueron dos fracturas, una luxación del codo derecho y un traumatismo encéfalo craneano cerrado (TEC) leve.
Pablo contó que en entrevista con el mecánico de Carlo, éste contó que muchas veces lo vio llorar por los dolores que sentía después de las lesiones, pero que De Gavardo siempre se apuró para volver a competir a pesar de las condiciones adversas; al día siguiente estaba arriba de la moto.
"Frente a todos esos porrazos y sistemáticas lesiones, siempre se levantó y siguió adelante", declara Pablo. Así mismo, Felipe dice que, a pesar de que no siempre se podía recuperar físicamente como él pretendía, "siempre andaba buscando la forma de que, aunque fallara, seguir demostrando que un accidente no lo iba a rendir, iba a buscar la forma de salir adelante. Fue su forma de ser".
Así mismo fue con los logros que iba teniendo. Antes de su primer Rally Dakar (1996), en París, luego de nueve títulos consecutivos en tierra chilena en Enduro, Carlo decide retirarse por primera vez. Sin embargo, logra el 17° lugar y cambia de opinión, lo que hizo que siguiera compitiendo en motocicleta hasta el 2006.
"Siempre mejoró, nunca se conformó con lo que ya había conseguido. Siempre fue por más y siempre terminó consiguiendo mejores resultados", dijo Pablo.
3. Cuando los auspicios no lo acompañaban
Como en la mayoría de las disciplinas deportivas, el dinero no siempre acompañó a Carlo De Gavardo. Cuenta Felipe que incluso, cuando decidió participar en su primer Rally Dakar, hubo potenciales auspiciadores quienes le preguntaron “¿pero tú me aseguras que vas a ganar el Dakar?”, pregunta absurda para cualquier competencia deportiva, especialmente tratándose de alguien que asistía por primera vez va a la competencia más dura del mundo.
Pablo explica que para esa ocasión, había otra persona que le había ofrecido al piloto acompañarlo en la aventura, pero que termina no pudiendo ir. Pero como Carlo ya estaba en el proyecto, "se las arregla para juntar las lucas que le faltaban y así poder ir a ese primer Dakar de 1996", narra el periodista.
En el libro se relatan las veces que le costó salir adelante, la paciencia que tuvo que tener y el esfuerzo que tuvo que poner cada vez que un auspiciador le cerró las puertas completamente.
Carlo De Gavardo. Abriendo Ruta es un libro de casi 300 páginas llenas de experiencias y anécdotas, caídas y triunfos, del espíritu reinsiliente del piloto Carlo De Gavardo, que para los periodistas es "un ejemplo de constancia, de perseverancia, digno de ser imitado".