La masificación del internet a fines de los ’90 significó una transformación radical en algunas de nuestras prácticas más cotidianas: la comunicación se volvió más inmediata, la información se volvió más cercana y nuestras relaciones sociales han llegado a prescindir del plano físico (¿me creerían que no conozco a mi jefe en persona? Probablemente hace 20 años nadie me habría creído).

La industria musical no ha estado ajena a este fenómeno: la aparición de las descargas gratuitas ha ampliado el catálogo de música para los fans y ha puesto en serios aprietos a las compañías discográficas, que no han sido capaces de enfrentar este nuevo escenario.

La llegada de internet también ha permitido a los artistas promocionarse sin necesidad de un intermediario que les ayude en la distribución de su material, saltándose un eslabón en la cadena y llegando más directamente a sus fans. Plataformas como Youtube, Soundcloud y Bandcamp permiten a las bandas subir sus discos para ser escuchados en todo el mundo sin costo alguno. Nada más conveniente.

Sin embargo, esta “democratización” también ha provocando una infoxicación de miles de bandas buscando darse a conocer, consiguiendo finalmente el efecto contrario: hay tantas bandas que la audiencia no sabe a cuál poner atención. Esta situación hace que en la actualidad la capacidad de gestión sea tanto o más importante que el talento musical mismo. Dicho en otras palabras: no triunfa necesariamente quien toca las mejores canciones, sino quien es capaz de promocionarlas mejor.

Groovelist: los músicos al mando

Es en este contexto que nace Groovelist, la plataforma digital que busca poner a los músicos al mando de sus proyectos musicales. Sus cofundadores, Max De La Fuente (22 años, baterista profesional) y Eduardo Garrido (31 años, ingeniero eléctrico y músico) nos explican más en detalle de qué se trata:

Max: “Básicamente Groovelist es un servicio web en donde conectamos a los distintos actores de la industria musical en una red social laboral, y en donde estamos brindando herramientas para la organización, planificación y comunicación dentro de los proyectos musicales. Con esto ayudamos a los músicos en su autogestión, para que tengan una mayor expectativa de éxito.”

Eduardo: “Nosotros queremos redefinir la industria musical, y para redefinir la industria musical queremos hacerla desde el músico hacia el mundo. Esto involucra que el músico empiece a hacerse parte del negocio. De repente a los músicos no les gusta decir que su música es un producto, pero hoy en día tienes que saber mostrar lo que tú haces de una manera esquematizada. Entonces, lo que nosotros buscamos es crear una red social que sea la base de esta nueva industria musical que se está creando como consecuencia de la era digital, donde las discográficas han perdido a la gallina de los huevos de oro.”

Max: “Muchos sellos discográficos casi que trabajan por el amor al arte, y eso es porque no disponen de una cantidad de recursos humanos y económicos para poder crecer. Al final el sello discográfico tiene una carga de trabajo muy grande. Lo que nosotros queremos hacer es que, ya trabajando la base del músico, para que entre más en el negocio, podemos ayudar también a que el sello discográfico reduzca su carga laboral, permitiéndole dedicarse a agrandar su negocio.”

La idea, nos cuentan, es educar a los músicos en temas de autogestión y potenciar la creación de redes entre los distintos profesionales del área.

Eduardo: “Entro al perfil de una banda y veo una foto: en esa foto salen mencionados los integrantes, el fotógrafo, la persona que hizo los vestuarios, etc. Cuando yo veo esa foto y me gusta, veo quién es el fotógrafo, clickeo y me voy a su perfil, que va a ser distinto: van a aparecer todas las fotos donde él está linkeado, y entonces voy a poder ver todos sus trabajos. Y de repente puedo ver otra foto de una banda que me gusta, y voy a esa banda. Y si en el perfil de esa banda veo un video que me gusta, puedo ver quién fue el director.”

Si eres músico o profesional del rubro (ingeniero en sonido, productor, gestor cultural, fotógrafo, director de cine, roadie, etc.) puedescrear un perfil en Groovelist y comenzar a planificar tu trabajo: con ayuda de la plataforma podrás ponerte objetivos, designar tareas y buscar a las personas que necesitas para tu proyecto según afinidad musical y experiencia.

Max: “Estamos desarrollando una herramienta llamada Groovepanel, que permite a la banda dividir su proyecto en distintas áreas, como el área de marketing o el área de producción musical o el desarrollo de shows en vivo, y dentro de estas áreas se pueden fijar ciertas tareas y asignarlas a los distintos miembros de una banda. Ocurre también que los músicos no tienen cómo medir su progreso con el paso del tiempo, y con Groovepanel sí pueden hacerlo, al tener sus etapas claramente establecidas en la planificación.”

Otra solución importante proporcionada por Groovelist es la estandarización de formatos para la difusión de la música: actualmente, si quieres presentarte con tu banda en tres escenarios diferentes, es probable que los tres te pidan documentos distintos y cada uno con su propio formato. Si Groovelist logra posicionarse como referencia para los músicos, el mismo perfil de Groovelist servirá como tarjeta de presentación estándar para contrataciones.

Eduardo: “Nuestra idea a largo plazo, incluso, es que a través de nosotros se puedan concursar Fondos de Cultura y Fondart”.

Etapa piloto: mejorar la plataforma entre todos

Actualmente Groovelist se encuentra en proceso de desarrollo, y se espera que dentro de un mes comience su etapa piloto, la cual será lanzada junto con una serie de actividades formativas y de promoción. Entre ellas se encuentran las GrooveSessions: estas actividades serán charlas abiertas a músicos en las que, con computador en mano, podrán aprender a sacar el máximo provecho de esta plataforma.

De cualquier modo, la página está funcionando y puedes registrarte si así lo deseas, y enviar tus observaciones al staff.

Eduardo: “Esperamos que cuando se metan los músicos no digan ‘ah esto no funciona y chao’, sino que digan ‘ah, voy a apoyar a los que están trabajando diciéndoles qué es lo que tienen que mejorar o agregar’”.

Han sido dos años de trabajo ya y no ha sido fácil: como todo proyecto innovador, ha sido difícil conseguir inversionistas dispuestos a respaldar su iniciativa, y la gente todavía no entiende bien su propuesta.

Eduardo: “Es como si te pidiéramos que dejaras de caminar con los pies y te hiciéramos caminar con las manos de ahora en adelante. Obvio que te va a costar asumirlo, porque llevas toda tu vida haciendo las cosas de una forma y de repente te plantean que puedes hacerlas de otra forma distinta. Eso toma tiempo, y obvio que al principio la respuesta va a ser lenta.

Por otra parte, yo tuve que aprender un montón de sociología para poder hacer todos los estudios de mercado y para hacer el diagnóstico de la situación actual. Imagínate, soy ingeniero eléctrico, nunca había tenido que leer tanto.”

Max: “Por mi parte tuve que aprender de programación y diseño web, lo cual es súper raro para un músico. Te aseguro que es más común pillarse con ingenieros que aprenden a tocar guitarra que con músicos que aprenden a programar páginas de internet”.

Pero no todo son dificultades: hace poco Groovelist se adjudicó un Fondo Nacional de Cultura que les ha ayudado a echar a andar su proyecto y les ha dado el respaldo necesario para seguir adelante de aquí a un buen tiempo.

Para conocer más entra a www.groovelist.co o dale un “me gusta” a su página de Facebook www.facebook.com/groovelist y cuéntanos qué te parece esta nueva iniciativa.

¿Crees que esto es lo necesitan los músicos emergentes? ¿Que sugerencias puedes darles?