El terremoto más fuerte del mundo en lo que va del 2015, se hizo presente en Chile. Ayer, a las 19:45 horas, un poderoso movimiento telúrico de 8,4 grados Richter tuvo como epicentro a Canela Baja en la Región de Coquimbo, dejando 11 fallecidos según el último informe oficial y más de un millón de personas evacuadas de la costa de nuestro país. Esto, poco más de cinco años del 27F, confirmando una vez más el territorio sísmico en el que vivimos.
Una de las cosas que más se han destacado de la última catástrofe, fue la inmediata reacción de quienes viven en borde costero, escapando hacia los cerros para evitar las consecuencias de las altísimas olas que vienen tras el fuerte movimiento. A costalazos hemos ido aprendiendo y adquiriendo una cultura sísmica, que nos ha llevado a ser uno de los países ejemplares en cómo enfrentar este tipo de situaciones, que no se pueden predecir, pero sí prevenir.
De las cosas más preciadas a nivel material con que arrasan los terremotos, son las viviendas. Ese sueño de la casa propia o los deseos de que lo fuera, se ven derrumbados en gran parte por el movimiento telúrico, provocando pérdidas invaluables de recuerdos y dinero.
La Asociación de Aseguradoras de Chile (AACH), elaboró un "ABC" del Seguro Contra Sismos para quienes quieran estar preparados e informados sobre las alternativas que existen en el mercado, y cómo se pueden adecuar a las posibilidades de cada uno. Respondiendo tres preguntas clave, esperamos que está guía ayude a quienes estén evaluando contratar uno de estos servicios, que siempre se espera, no sean necesarios.
Actualmente la contratación de un seguro contra sismos o terremotos es adicional al seguro de incendio. Cuando adquieres un crédito hipotecario también debes contratar algunos seguros que son obligatorios, como son el seguro de desgravamen y el de incendio. Adicionalmente a éstos se encuentran los contra sismos y el de cesantía. El seguro contra sismos, es una cobertura optativa y adicional al seguro de incendio (se contratan juntos), cuyo objeto es cubrir los daños materiales que sufra el inmueble asegurado como consecuencia de un terremoto. El fin de este seguro, es reparar al daño ante una pérdida material, que está condicionada a un monto de dinero (llamado prima), que mensualmente el consumidor paga junto con su dividendo.
En general y dependiendo de lo que digan las cláusulas del contrato del crédito hipotecario, cubre la construcción, anexos, mejoras, instalaciones y subterráneos del inmueble afectado por el terremoto. Además también hay cobertura para daños en portones, rejas, panderetas, piscinas, muros de contención, conexiones a la red de servicios y toda la infraestructura física que se encuentre dentro de los deslindes de la propiedad.
Existen tres tipos de coberturas contra sismos:
1. Una que cubre los daños estructurales que pueden surgir en un inmueble.
2. Otra que protege los artículos y utensilios que se encuentran al interior de la vivienda (contenidos).
3. Y las garantías que se relacionan con la pérdida de beneficios por inhabilidad de los inmuebles.
Estas coberturas son renovadas cada doce meses. Si un consumidor es propietario de un departamento o vive en un condominio, debe consultar a la administración para saber si existe un seguro contratado por la comunidad con cobertura para sismos.
El costo depende del valor de la vivienda y además varía anualmente, en función del valor de los reaseguros internacionales. Antes de contratar uno de estos seguros, es recomendable fijarse en las características y coberturas que se ofrecen. La AACH también sugiere informarse del monto de los deducibles, que serán de costo del asegurado en caso de siniestro.
Para hacer efectivo y cobrar un seguro contra sismos, y tras ocurrido un terremoto o sismo, lo primero que debes hacer es verificar si su vivienda cuenta con este tipo seguro y si está vigente. Si no lo recuerdas, revisa el documento de pago de tus dividendos hipotecarios, donde debe aparecer. Averigüa qué tipo de póliza tiene y verifique la compañía de seguros con la cual tiene el contrato
Luego, haz la denuncia respectiva por los daños sufridos por escrito en la compañía o banco donde adquiriste el crédito hipotecario, directamente en las oficinas, por los formularios dispuestos en sus sitios Web o a través de los corredores respectivos. Esto se debe efectuar a la mayor brevedad, dentro de lo posible.
A continuación, el liquidador de seguros debe verificar los daños, mediante una visita en terreno. Este profesional debe tomar las respectivas declaraciones de los afectados y sacar fotografías de la infraestructura para tener un registro. Una vez verificada la procedencia de la cobertura, se inicia el cálculo de los costos de los arreglos que serán necesarios. Finalmente, se informa al cliente y, una vez acordado el monto, se inicia el proceso de reparación.