Electrónica, administración, agricultura, construcción, electricidad, gráfica y otras especialidades son las que ofrecen los Liceos Técnicos Profesionales en Chile. La mitad de los alumnos de enseñanza media chilenos siguen este camino y no el de la educación científico-humanista.
Desde I° medio comienzan aprendiendo una especialidad que les sirva para dedicarse a ese oficio una vez egresados y el título lo reciben luego de ejercer una práctica en una empresa, algo que solamente el 60% de los alumnos realiza. El resto queda pendiente.
Hace un tiempo en El Definido hablamos del sistema de educación técnica dual, nacido en Alemania, donde los estudiantes además de estudiar en el colegio, trabajan al mismo tiempo en una empresa tempranamente, adelantando su práctica y llevando los conocimientos a terreno. Además de recibir un sueldo mensual, logran una mayor integración al mundo laboral y formación profesional pensada para la demanda real. Los estudiantes asumen responsabilidades en la compañía, con la posibilidad de recibir un contrato futuro en ella.
El sistema aterrizó en los años '90 en Chile, probándose en varios colegios que los integraron y actualmente funcionan con él. Hoy son 229 establecimientos que utilizan esta modalidad de 950 Liceos Técnico Profesionales que existen, donde los estudiantes de tercero y cuarto medio asisten tres días al colegio y dos a la empresa.
“La ventaja del sistema dual es que permite a los jóvenes aprender en la sala de clases y en un entorno laboral, con implementos que muchas veces son mejores que los que hay en el colegio. Es más didáctico”, recalca Patricio Carrasco, investigador del área de Política Educativa de Educación 2020.
Acá les contamos el caso de éxito en Concepción, donde liceos trabajan en alianza con cientos de empresas para aplicar este sistema de formación dual en sus alumnos.
Se implementó poco a poco en manos de la Corporación de Estudio de la Cámara de la Producción y del Comercio (CPCC) y hace ocho años abarcaron un total de 5 liceos con más de 2.000 jóvenes, los que actualmente se insertan en las empresas colaboradoras del sistema dual en Concepción.
Günter Rösch fue jefe de misión de la cooperación técnica chileno-alemana para aplicar el programa dual en los años noventa en Santiago. El experto, pronto miró hacia el sur, pues le llamó la atención este plan que se desarrolló en Concepción, Tomé y Coronel, todos con altos índices de vulnerabilidad, pero con excelentes resultados.
A juicio de Rösch, la clave de su éxito ha estado en la adaptación del plan alemán a la realidad local, formando una nueva cultura empresarial. ¿A qué se refiere con eso? A la efectiva vinculación entre educación y empresa.
Durante seis años la Corporación de Estudio de la CPCC trabajó para resolver este evidente divorcio. Con encuentros, seminarios y trabajo en conjunto buscaron comprometer al sector productivo en el proceso de formación de jóvenes, recalcando los verdaderos beneficios de una vinculación Educación-Empresa.
"El aprendizaje en la empresa permite al alumno insertarse tempranamente al mundo del trabajo, aprendiendo en forma práctica los contenidos de asignaturas y/o sectores propios de su especialidad contemplados en su plan de estudio. El alumno aprende con la tecnología de punta que la empresa requiere para poder subsistir, conociendo en ésta los verdaderos requerimientos del mundo productivo", nos explica Andreina Borzone, Gerente General de la Corporación de Estudio CPCC.
Este sistema dual hoy reúne a alrededor de 800 empresas participantes y en conjunto con ellas se han rediseñado los planes y programas de estudio, siendo hoy en día la única corporación con todos sus planes actualizados y aprobados por el Ministerio de Educación.
A los ingredientes del éxito se le debe también sumar el compromiso de los docentes y el seguimiento de un programa que va variando constantemente según los cambios y nuevos requerimientos, enfatiza Andreina.
Rösch agrega que también es importante tener líderes convencidos del sistema que actúen como "locomotoras", ya que la competencia emocional y profesional es fundamental para comunicarse exitosamente con las empresas, asociaciones gremiales, Mineduc central y regional y todo el personal de los institutos educacionales, incluyendo padres y alumnos.
Hay tres temas que no se deben ignorar en el sistema dual en Chile, críticas generales que se le hacen al sistema y que son necesarias de enfrentar para poder llevarlo a cabo y aprovechar de la mejor manera posible los beneficios de unir aprendizaje de aula y trabajo en empresas cuando de educación técnica se trata.
- Los colegios tienen que buscar a las empresas
En Educación 2020 señalan que si bien es un muy buen sistema, la educación técnica dual no resuelve todo por sí sola. Gabriel Muñoz, profesor de electricidad del Liceo Rafael Donoso Carrasco de Santiago comenta que por lo general, "si el profesor no se mueve, el sistema dual no funciona, porque no es algo sistemático de la educación chilena, sino que de colegios específicos”.
Esa es una diferencia de nuestro país con el sistema alemán, pues acá no son las empresas quienes buscan profesionales en los colegios, sino los centros educativos quienes buscan cupos en ellas.
Este es una desafío actual, que demuestra efectivamente la diferencia de culturas entre Alemania y Chile, comenta Andreina. Destaca que en Concepción, aunque en un comienzo los liceos buscaban cupos, hoy la nueva cultura empresarial de la región está comenzando a demandar a los profesionales técnicos en los mismos liceos.
Según la experiencia de la CCPC, la clave está en la generación de alianzas con las empresas y, además, en la medida que existan más sistemas duales en nuestra educación, el mundo empresarial valorará más la integración de trabajadores jóvenes y acabará buscando en los liceos técnicos a quienes necesite.
- Define demasiado temprano el futuro laboral
Carrasco menciona también que en Alemania se ha cuestionado el sistema por definir el camino profesional de los jóvenes muy pronto, impidiéndole explorar en otras áreas del conocimiento.
Es cierto que el trabajo en la empresa condiciona el camino profesional de los alumnos, sin embargo, hay que tener en cuenta que igualmente ellos deben optar si seguir en un liceo científico humanista o profesional. Por lo que, aplicar la práctica laboral de manera más intensa a la educación técnica ayuda a que ese aprendizaje sea más profundo.
"Cuando opta por uno de nuestros liceos, opta por el sistema dual, reconociendo los beneficios de esta modalidad de enseñanza", comenta Andreina.
- No se educan las habilidades blandas
Históricamente se le ha criticado a la educación técnica la falta de educación de habilidades blandas, claves para el desarrollo profesional, independiente de que se trate de oficios técnicos. Ese es un desafío pendiente que se debe enfrentar a través de programas concretos.
“Queremos que el cabro sea destacado en su profesión, pero también que adquiera competencias blandas: que sea responsable, respetuoso, solidario. Que haya motivación y que haya compromiso. Para nosotros, eso es lo más importante”, dice Álvaro Silva, director del Liceo Rafael Donoso Carrasco.
En el caso de Concepción, por ejemplo, esto se está trabajando a través de nuevos planes y programas de estudio de cada una de las especialidades impartidas en sus cinco liceos, realizados en conjunto con las empresas líderes en cada una de éstas y aprobados por el Mineduc, cuenta Andreína.
"No obstante ello, representantes del sector productivo, de cada una de las especialidades, coincidieron en la necesidad de formar personas, más que técnicos. Es así como, también se elaboró un módulo, denominado módulo de empleabilidad, el cual concentra las habilidades blandas requeridas en cada uno de los profesionales, independientemente de su especialidad, el cual también se está aplicando a partir del presente año en los cinco liceos corporativos".
Para que los beneficios sean efectivos, el sistema técnico dual debe ser bien aplicado y adaptarse a las necesidades de nuestra sociedad.
"Mi opinión personal es que el Dual en Chile necesita una revisión y - basado en esta revisión - una eliminación de debilidades detectadas. Todo eso no pasa por sí solo, para eso se necesita una voluntad política fuerte", asegura Rösch.