Una vez más la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) ha sido fuertemente cuestionada por su reacción frente al inusual y catastrófico temporal que afecta al norte de nuestro país, que ha dejado a la fecha, 17 muertos, 20 desaparecidos, más de 26 mil damnificados y más de 4 mil personas albergadas.
Al igual que lo sucedido con el terremoto y posterior tsunami en febrero del 2010, ambas catástrofes naturales imposibles de evitar; muchas voces se han alzado para acusar que era posible que este organismo de seguridad reaccionara de manera rápida a las advertencias y los hechos, alertando con mayor anticipación a las familias para que se desplazaran a un lugar seguro, evitando así el mayor daño que corresponde a la pérdida de vidas.
Al igual que ocurrió en la polémica generada el 2010 entre la Onemi y el SHOA, con recriminaciones mutuas de descoordinación, advertencias no escuchadas sobre el tsunami y contradicciones respecto a la cronología y tono de las mismas; días después de comenzado el temporal, salió a la luz un informe en que Meteorología advertía a la Onemi con días de anticipación de las precipitaciones que caerían en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo.
Según reveló a Emol el meteorólogo Luis Salazar, la primera advertencia fue enviada el sábado anterior al temporal. "Tengo acá en mi poder un aviso meteorológico que se envió a Onemi el día sábado 21 de marzo a las 17:40. Textual cito: 'Precipitaciones entre las regiones de Antofagasta y Atacama, desde el martes 24 y hasta el jueves 26 de marzo se registrarán chubascos en costas, valles y cordillera en tramo sur de Antofagasta y Atacama'.
Por lo tanto, según opinan algunos expertos, faltó coordinación y acciones previas a la catástrofe, la que de haberse informado bien y a tiempo, podría haber reducido los daños, y la seguridad de las familias habría estado mucho mejor resguardada.
“Es imperdonable que la Onemi haya tenido la información de Meteorología el sábado y no haya tomado medidas preventivas y de coordinación temprana frente a una emergencia anunciada. Hay miles de personas que están sufriendo, hay fallecidos. Indigna saber que se pudo haber evitado”, apuntó la diputada RN, Paulina Núñez.
Para muchos, el problema de la Onemi es estructural y su solución pasa por una reformulación completa del organismo. De hecho, tras el terremoto del 2010, el ex presidente Sebastián Piñera envió de manera urgente un Proyecto de Ley al Congreso que establece formar un nuevo Sistema de Emergencia y Protección Civil, y crear la Agencia Nacional de Protección Civil, con el fin de perfeccionar la institucionalidad relativa a emergencias y modernizar completamente la Onemi. Cinco años después, aún no ve la luz. ¿Qué pasó con el proyecto?
La iniciativa fue aprobada el 2013 por los diputados tras una larga tramitación, pero desde esa fecha continúa en segundo trámite, siendo evaluado por el Senado; reactivando el debate cada vez que algún episodio de catástrofe afecta a nuestro país, para luego volver a perder prioridad ante las otras reformas que impulsa el Ejecutivo.
Hoy, tras los graves daños que ha dejado el temporal del norte, muchos parlamentarios levantan la voz para exigir al gobierno que agilice la tramitación de este necesario proyecto, ya que desde que Michelle Bachelet asumió la presidencia, nunca más se le ha dado urgencia en el parlamento, mientras que entre 2011 y 2014, la iniciativa estuvo 54 veces con urgencia.
“Esto es una negligencia inexcusable. El gobierno del Presidente Piñera logró despacharlo de la Cámara y en el Senado, el gobierno actual no le ha dado urgencia”, reclamó el senador RN Alberto Espina.
El principal objetivo de este nuevo sistema es promover e implementar las acciones de prevención, respuesta y atención de emergencias que produzcan o puedan producir daños colectivos en las personas, bienes o medio ambiente; otorgándole mayores facultades a los gobiernos locales para enfrentar los desastres coordinar las distintas reparticiones para así hacer más eficiente la reacción.
El principal organismo ejecutor sería la Agencia Nacional de Protección Civil, que reemplazaría a la actual Onemi, y que tendría direcciones en cada región, las que estarían encargadas de coordinar y ejecutar las acciones de prevención de emergencias y protección civil, asesorando a su vez a las distintas autoridades. Esto la transformará en un órgano descentralizado. La Agencia contaría con patrimonio propio y dependería del Ministerio del Interior.
Además, la Agencia debería desarrollar, coordinar y dirigir el Sistema de Alerta Temprana, elaborar los mapas de riesgo y adoptar las medidas necesarias para afrontar las emergencias menores. Tendría la facultad de conocer de manera anticipada los recursos humanos, materiales y técnicos con que cuenta cada lugar del país. Para esto, se especificarían claramente distintos conceptos claves relativos a: protección civil, emergencia, riesgo de desastre, vulnerabilidad y amenaza; con el fin de establecer acciones para cada uno de estos puntos y así poder contar con un plan detallado para poner en práctica de inmediato en caso de cualquier amenaza de catástrofe de cualquier tipo.
Junto a lo anterior, se deberá contar con una Red Nacional de Telecomunicaciones de Emergencias, con criterios de interoperabilidad, confiabilidad, escalabilidad, portabilidad, resiliencia y redundancia, para evitar situaciones como la vivida el 2010, cuando las comunicaciones de emergencia fallaron por basarse en el servicio de telefonía celular.
Por otra parte, y a diferencia del funcionamiento actual de la Onemi, el proyecto indica que son las Fuerzas Armadas y Carabineros, quienes formarán parte integral del Sistema Nacional de Emergencia y participarán activamente, “de acuerdo a sus capacidades y competencias, en las tareas vinculadas a la prevención y preparación ante emergencias, así como en las labores de respuesta y en la entrega de ayuda humanitaria a la población".
Otro punto fundamental será la existencia de un Fondo Nacional de Protección civil, determinado por ley de Presupuestos a nivel regional y nacional, para financiar todas las iniciativas que contribuyan a la reducción de riesgos y a lograr un adecuado nivel de preparación ante emergencias. La administración del fondo queda a manos del Director de la Agencia.
Aquí el proyecto completo.