Un 25% de los estudiantes que entran a la universidad o instituto deja los estudios tras el primer año, indica un estudio de la Universidad Católica y el Ministerio de Educación. Un porcentaje excesivamente alto y que tiene múltiples consecuencias para quienes desertan y sus familia.
Una de las mayores causas, explican algunos expertos, es que los alumnos se ven forzados a realizar una elección vocacional en forma prematura.
No estamos diciendo que los jóvenes no tengan derecho a equivocarse, pero considerando los altísimos costos de la educación ¿Qué puede hacer un estudiante para reducir la incertidumbre a la hora de elegir una carrera y escoger bien?
Hay tres aspectos respecto a nosotros mismos, que debemos tomar en cuenta antes de elegir una carrera, explican los expertos:
Es muy importante conocerse bien: nuestras aptitudes, intereses y también los rasgos de nuestra personalidad. Estos son los factores internos en la toma de decisión.
Debemos tener en cuenta que los seres humanos tendemos a sobreestimar nuestras propias capacidades (característica conocida como el Efecto Dunning-Kruger ) y sólo nos percatamos de nuestras limitaciones una vez que vamos adquiriendo conocimientos sobre un tema o al intentar llevar a cabo las acciones que pensábamos que haríamos bien.
Por lo mismo, es indispensable informarnos bien y pensar en nuestra historia personal, para ir identificando nuestras habilidades y limitaciones, lo que nos lleva al siguiente punto.
Hay que pensar cuáles son las aptitudes que hemos practicado durante nuestra infancia y adolescencia. Estas deben verse reflejado en nuestro rendimiento académico y también en las actividades extra programáticas. ¿En qué ramos del colegio me iba bien?, ¿Qué actividades extra programáticas me gusta realizar?
La psicóloga clínica y vocacional de la Clínica UC, Soledad del Río, nos da el siguiente ejemplo: "Si a lo largo de mi desarrollo, siempre me han gustado los deportes y me he destacado en eso, esto implica que tengo aptitudes físicas para ellos y que es una de mis fortalezas que favorecerán la elección de una profesión", dice la psicóloga. "Sin embargo, esto no significa que si soy buena en los deportes, deba elegir Pedagogía en Educación Física, ya que esto no es suficiente y debe estar acompañado de otros intereses y rasgos de personalidad", explica.
Es aquí donde uno debe hacer un análisis más profundo. Detenerse, y no dejarse llevar sólo por los gustos. Por ejemplo, para dedicarme a la pedagogía en educación física, además de tener aptitudes físicas me tiene que gustar enseñar a niños y jóvenes en etapa escolar. Debo tener paciencia y motivación para colaborar en la formación de seres humanos y ser estructurado, para trabajar en un ambiente de reglas y rutina, donde la disciplina tiene un rol fundamental.
Según la psicóloga, los intereses y habilidades son muy importantes en la elección de una profesión, pero según su opinión le factor que pesa más son los intereses ya que "son la expresión manifiesta de la motivación de logro y el esfuerzo que voy a poner a la hora de realizar una determinada tarea", explica.
Una recomendación en esta área es mirar a nuestro alrededor en nuestra propia habitación y cajones. Ahí veremos representada nuestra más probable vocación. ¿La música? ¿El arte? ¿Las ciencias? ¿El deporte?. Con eso claro, es posible escoger una profesión que nos ayude a canalizar ese interés, incluso si es de manera indirecta.
Una vez hecho un análisis de nuestras propias fortalezas y debilidades, es hora de analizar las alternativas que se nos ofrecen, para entender bien dónde y a qué nos estamos metiendo.
Es fundamental informarse de las mallas curriculares de las carreras de interés y de los conocimientos y talentos naturales y aprendidos que necesito para la profesión, para asegurarnos de que no haya una falta de coincidencia entre lo que soy y lo que el rol profesional me exigirá en el momento de ejercer.
Para eso, hay que tomarse su tiempo: "Elegir una profesión no es cosa de un día, es un proceso de búsqueda donde idealmente debe haber una mayor coincidencia entre lo que soy y lo que quiero ser y hacer en el campo laboral, se basa en nuestro pasado y se proyecta al futuro", explica Del Río.
Aquí resulta fundamental contactarse con las universidades, pues todas tienen programas de información y ferias para postulantes para facilitar ese proceso. En algunas es incluso posible asistir a las mismas clases y talleres.
Para verificar que la información que se nos entrega es verídica y para entender mejor cómo es la vida de un estudiante, es muy útil hablar con alumnos y ex alumnos de la carrera y universidad que queremos.
Otro de los factores externos, en la toma de decisión, son las posibilidades ocupaciones que esa profesión permita en nuestra realidad laboral.
Pero la decisión debe estar influida por las capacidades. "Si soy nula para matemáticas, malamente voy a poder enseñar si yo misma no las entiendo; lo mismo ocurre con otras profesiones. Por lo general, las personas conocen sus fortalezas y debilidades y no eligen aquello que les resulta muy difícil o incompatible con sus características de personalidad", dice Del Río.
Hay un problema cuando los jóvenes no se detienen a pensar en ellos mismos y eligen sólo en función de variables externas, según explica la psicóloga. Como por ejemplo, el prestigio social que una profesión en nuestra sociedad, o el dinero que pueda ganar, sin tomar en cuenta las condiciones ni intereses para ello.
"Esto lo he visto por ejemplo en la elección de Ingeniería Civil Industrial, cuando una persona elige esta profesión sin tener las aptitudes numéricas suficientes, ni tampoco conocer de qué se trata el rol de la ocupación que cumplirá al ejercer", asegura la psicóloga.
El gobierno de Chile tiene el portal Mi Futuro http://mifuturo.cl/, donde se entrega información detallada de más de 12 mil programas, indicadores de empleabilidad e ingreso promedio de las carreras, así como el costo de los aranceles.
¿Qué otras recomendaciones les harías a quienes tienen que elegir una carrera?