Chile está a años luz de ser un país líder en ciencias e innovación. Falta tecnología, programas de desarrollo, científicos con tiempo para la investigación y por sobre todo, presupuesto. De todos los países de la OCDE, Chile se encuentra último en inversión en Innovación y Desarrollo (I+D) (sólo se destina un 0,39 % del PIB, mientras el promedio OCDE es de 2,4%). ¿Por qué? La ciencia nunca ha sido un tema prioritario en ninguna agenda presidencial. O al menos esa era la realidad que sentían los científicos hasta ahora.

La Presidenta Michelle Bachelet presentó la nueva Comisión Presidencial “Ciencia para el desarrollo de Chile”, integrada por 35 expertos ligados a la materia y que tiene como fin elaborar una propuesta para dar un mayor impulso a la ciencia (básica y aplicada) y promover una cultura científica y de innovación en el país.

Su primera tarea será generar una propuesta para fortalecer la ciencia en Chile en un plazo de seis meses, en el que deberán especificar dos grandes puntos. El primero es establecer los temas en los que el país debe invertir para solucionar problemáticas de interés nacional, tales como el agua y la energía. El segundo es la creación de un marco regulador para la investigación en universidades e implementación de material educativo en los niveles básico y medio del país.

“Las ciencias tienen un rol insustituible en la reflexión sobre nuestros proyectos y posibilidades de futuro. Son ellas las que nos muestran el universo del que somos parte y las oportunidades que se nos presentan. Son ellas las que nos ayudan a anticipar nuevos desafíos y a innovar en la forma en que los enfrentamos. Son ellas, finalmente, las que nos recuerdan, con el desinterés y la pasión con que buscan la verdad, lo que somos y el sentido humano de todo lo que hacemos”, sostuvo la Presidenta.

La Comisión la integran destacadas personalidades científicas, académicas y profesionales e investigadores jóvenes, quienes representan visiones, talentos y capacidades que son parte de la diversidad institucional y territorial de la ciencia chilena, y es presidida por Gonzalo Rivas, actual presidente del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID). Además la conforma el premio nacional de Ciencias, Mary Kalin; los ex rectores de las universidades Santa María, Católica y Chile, José Rrodríguez, Pedro Rosso y Víctor Pérez; y Alexis Kalergis, del Instituto de Inmunología, entre otros.

Respecto a la falta de apoyo a los Centros de Investigación de Excelencia, Bachelet mencionó que “en todo el mundo este tipo de centros son apoyados de manera continua por el Estado, posibilitando la ejecución de las agendas de investigación de largo plazo, que requiere un trabajo científico cada vez más complejo e interdisciplinario. Por eso no parece lógico que después de 10 años deban operar por sus propios medios”.

La mandataria señaló que para fortalecer las ciencias, la investigación y el desarrollo de la innovación y de la tecnología, se necesita crear un piso del más alto nivel, como lo es una secretaría de Estado. Es por esto que propuso la formación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, proyecto firmado por la Presidenta que se envía hoy lunes 16 de enero al Parlamento, y que busca poner al ser humano en el centro del desarrollo y que el motor de ese desarrollo sea, justamente, el conocimiento y la creatividad.

“Será un proyecto con sentido de futuro para Chile, con un equilibrio -por una parte- entre las ciencias, pero también las humanidades y las artes entendidas como espacio de búsqueda libre de la verdad y el conocimiento y -por otra parte- abiertas a los desafíos y necesidades del desarrollo del país”, asegura Bachelet 

La misión fundamental de la nueva cartera va a ser la definición de una política que permita tres aspectos esenciales:

– Fortalecer y ampliar las capacidades de investigación, de desarrollo e innovación tecnológica.

– Orientar y apoyar la formación de investigadores y procurar su adecuada inserción en el sistema, tanto en la academia y en el Estado como en el sector productivo.

– Vincular de manera cada vez más estrecha el quehacer científico-tecnológico e innovativo con las preocupaciones de la sociedad, definiendo focos de acción y áreas prioritarias en función de los desafíos y oportunidades, tanto nacionales como regionales.

La reacción de científicos y tecnólogos

Fernando Valiente, Coordinador Nacional de la ONG Más Ciencia para Chile habló con El Definido y explicó que la comunidad científica nacional lleva años anhelando contar con una institucionalidad adecuada que permita a Chile dar el salto en el desarrollo científico y tecnológico.

Respecto a los beneficios de una eventual creación de un Ministerio, dijo que serviría para “solucionar la actual fragmentación e incluso poder duplicar los programas e iniciativas de fomento a la ciencia, hasta la ejecución de las políticas públicas respectivas. Por otro lado, lograr contar con un ministerio, entrega un mayor peso político a la hora de asignar el presupuesto, así como la oportunidad de influir en políticas públicas con base en los resultados de las investigaciones que se realizan en el país”.

“Nunca hemos tenido un consenso como ahora. El Ministerio de Ciencia y Tecnología estaba en las propuestas del gobierno anterior y ya sabemos que el Senado está de acuerdo. Si no lo hacemos ahora, no lo haremos nunca, declaró Jorge Babul, presidente de las Sociedades Científicas y miembro de la nueva comisión a El Mercurio.

En Fayerwayer, el medio en español de tecnología más leído de América Latina; se mostraron felices con esta noticia, apuntando que al incentivar y reforzar los contenidos científicos en los colegios y universidades, “se puede lograr un mayor interés en las personas por estos temas, acercándolos a la gente y aterrizándolos de una buena vez. Esta es la razón principal por la cual la gente no siente la ciencia como algo cercano, sino más bien como una mera anécdota pasajera”.

Y frente a la creación de un Ministerio, el medio tecnológico consideró que serviría para potenciar la investigación y la creación de fondos estables para la ciencia y la tecnología en Chile, “no teniendo así que recurrir a procesos engorrosos en los que cuesta demasiado acceder al dinero que administra la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) para dar soluciones a problemáticas que nos afectan a todos, como las enfermedades, un desarrollo real de la industria tecnológica local y un largo etcétera de posibilidades que se abren con esta nueva iniciativa”.

“El cambio cultural de ver a Chile como un país que cambia su foco desde la explotación de recursos naturales hacia un desarrollo con base en el conocimiento, puede tardar algunos años, pero quizás, por primera vez, escuchamos una señal tan fuerte desde el gobierno”, sostiene el coordinador Nacional de Más Ciencias para Chile.

¿Qué otras medidas se deberían tomar para incentivar la ciencia y la investigación en Chile?