¿Cómo sería el mundo si las empresas se pusieran como prioridad el contribuir al bien común y dejaran la generación de utilidades sólo como un medio para lograrlo? ¿Qué pasaría si toda decisión corporativa pasara por preguntas como: ¿esto hace un bien a la sociedad?, ¿podemos hacerlo de una manera más sustentable?, ¿cómo podemos generar más trabajo e igualdad con esta solución?" y otras similares? Podríamos no estar tan lejos de averiguarlo.
Es que ya existe un nuevo tipo de empresas que operan precisamente así. Se llaman "Empresas Sociales" y con sorprendente rapidez han ido ganando espacio en el mercado, en la medida que las nuevas generaciones se van dando cuenta que no se puede vivir sólo por la plata, que es incoherente tener que esperar a las 6 de la tarde para empezar a "ser buena persona", que el modo en que una empresa trata a sus empleados afecta su desempeño, que sus desechos y contaminación son una forma de ineficiencia, que el mejor negocio para una empresa se logra cuando contribuye a mejorar la sociedad en que se inserta y que, inevitablemente, en una sociedad empoderada, vigilante y con mucha información, no se puede actuar en contra del bien común.
Una cosa de emprendedores idealistas, dirán ustedes, una minoría que jamás podría volverse la forma "estandar" de hacer negocios... ¿No? Pues no, resulta que la economía social ya genera en Inglaterra cerca del 10% del PIB, mientras que en Chile tenemos la tasa per cápita más alta en el mundo de empresas certificadas como "Empresa B", superando incluso a Estados Unidos -donde se inventó la certificación- y Canadá, aunque ambos países nos superan en el número total de este tipo de compañías (65 en Chile, contra 123 en Canadá y 785 en EEUU).
Y podrían ser aún más, porque hasta el momento prácticamente no existen incentivos en nuestro país para este tipo de emprendimientos. Ni siquiera existe una figura legal que las reconozca. Aunque eso está por cambiar.
Un libro amarillo con el título "#101 Soluciones" entregó el martes 10 de diciembre al Ministro de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes, un grupo de más de 40 organizaciones relacionadas con el emprendimiento social: universidades, fundaciones, ONG, medios y empresas sociales trabajaron colaborativamente durante más de ocho meses para levantar un listado de propuestas para mejorar el entorno y oportunidades de este tipo de emprendimientos, y eliminar las barreas que enfrentan día a día para cumplir su misión.
El libro reúne acciones concretas en 8 áreas en que tanto el Estado como los privados podrían avanzar en crear un entorno amistoso para el emprendimiento social, estos son:
Ideas que no sólo se quedarán en un libro, pues durante la entrega del mismo, Juan Pablo Larenas, Director Ejecutivo de Sistema B y uno de los organizadores de la convocatoria, afirmó que a partir de ahora se inicia un nuevo proceso, en que se trabajará en institucionalizar este trabajo colaborativo y llevar a cabo la agenda de propuestas creada, e influir en los diversos actores sociales, económicos y políticos para que la hagan realidad.
Los primeros pasos en esta dirección ya han sido dados, pues varias de las organizaciones que trabajaron en #101Soluciones participaron del Consejo Consultivo Público-Privado organizado por el Minecon para escuchar sus propuestas, mientras que CoLab y Sistema B fueron invitados a colaborar con el Consejo Nacional de Innovación. Pero no fue todo.
El Ministro Céspedes aprovechó la entrega del libro para hacer algunos anuncios en línea con lo planteado por los emprendedores. Así, anunció un Subsidio Semilla de Asignación Flexible que ya se encuentra incluido en el presupuesto 2015, que otorgará $ 615 millones a 4 incubadoras o aceleradoras de negocio para apoyar a entre 8 a 10 emprendimientos sociales.
Además, el programa Corfo Innova fomentará la participación masiva de ideas de emprendimiento que creen valor para la sociedad, entregando solución a desafíos de interés público focalizados a nivel local, regional o nacional. Actualmente se está desarrollando un piloto de este programa en la región de Aysén, que en una primera etapa será replicado también en las regiones de Antofagasta y Los Lagos, con un presupuesto de $ 515 millones. Por otro lado, el Ministro anunció la creación de espacios públicos de co-work o construcción de redes, que se instalarán en todas las capitales regionales.
Por último, la ley de empresas sociales, aunque aún no existe, ya viene en camino, según anunció el Ministro: “Estamos trabajando en la creación de un marco jurídico para las empresas sociales o empresas B, que promueva la existencia de este tipo de organizaciones. Así vamos a establecer los derechos y obligaciones de estas empresas, otorgándoles la certeza jurídica que requieren para operar".