"
No nos sentimos identificados", es la frase que se aspira a borrar de la boca de los ciudadanos el reformar el cuestionado sistema binominal (
63,2% de los chilenos quiere cambiarlo). Que no la digan en regiones, ni los grupos originarios, que no se escuche de los jóvenes, ni de los ancianos. Que no sea una queja por parte de personas con capacidades especiales ni con orientación sexual minoritaria. En pocas palabras: Que no se diga que falta representación en el Congreso.
El
sistema binominal que tenemos hoy, rige para las elecciones parlamentarias y funciona a través de listas, unas de senadores y otras de diputados. Luego, se elige el candidato más votado de cada una de las dos listas más votadas. Como señalamos en un artículo en que explicamos ese sistema en detalle, lo clave es que
la suma de votos de los candidatos de la lista importa más que la votación de cada uno de ellos. Así, puede pasar que un candidato, pese a tener más votación que otro de la lista contraria, no logra elegirse. Incluso puede pasar que el candidato más votado no se elija.
Para entender a mayor cabalidad el sistema actual, los invitamos a leer este articulo.
El punto es que, por su estructura, el sistema tiende al empate, eligiendo a un candidato de cada lista, salvo que exista una mayoría abrumadora de una de ellas (como ocurrió en la última elección). Su otra característica, es que al fomentar la formación de dos bloques, se estaría perjudicando a partidos y candidatos independientes, que ven muy difícil competir si no se suman a uno de los dos pactos dominantes.
Ambas características, son las más criticadas al sistema y las que, dicen sus detractores, estarían detrás de la creciente abstención y desencanto con el sistema electoral y la institucionalidad política de nuestro páis.
Objetivos y estrategias de la reforma
Entonces, los problemas que debían atender los legisladores en la modificación eran, en lo grueso, mayor competencia (es decir, que las mayorías se vean realmente representadas en los resultados) y mayor representatividad (que los partidos chicos e independientes tengan una oportunidad).
Para esto propusieron varios cambios, entre los cuales figuran como principales:
1. Se fusionarán y redistribuirán los distritos y circunscripciones
De los 60 distritos con que contamos actualmente se convertirán en 28 y cada región será una circunscripción, por lo que se reducirán de 19 a 15. Esta reducción va de la mano con un aumento en el número de parlamentarios por cada distrito y circunscripción.
Según sus impulsores, esto permitiría hacerse cargo de una mayor representatividad, dándole espacio a pactos y partidos menores, que ahora tendrán más posibilidades de ser electos, al haber más cupos disponibles por cada zona.
Se lo critica por: Darle más poder a la Región Metropolitana versus el resto de las regiones, las que según la oposición quedarían menos representadas. Que la unificación de distritos encarezca las campañas y excluya a los candidatos que no tengan recursos suficientes.
2. Incrementar el número total de diputados y senadores
Pasarán de ser 38 senadores a 50. De ese total, 30 senadores se distribuyen de forma igualitaria, de manera que cada región, independiente de su número de electores, tendrá un mínimo de dos representantes en el Senado, y los 20 restantes se elegirán en las regiones con mayor número de electores.
Por su parte, en la Cámara de Diputados el número de legisladores pasará de 120 a 155. Se dividirá a Chile en 28 distritos, donde en cada uno se elegirá entre 3 y 8 diputados, determinado según el número de electores. Los grandes centros urbanos, como la Región Metropolitana contará con 15 escaños más, mientras que la Región de Valparaíso y la Región del Bío Bío tendrán un aumento de 4. Los otros 12 nuevos se asignarán uno extra por región.
Esto implica un mayor peso electoral de la capital y otros grandes centros urbanos, con respecto a la situación anterior.
Se lo critica por: Puede significar un exceso de representantes, lo que dificulte la eficiencia y los costos de operación. Mientras el gobierno dice que tendrá "costo cero" para el Estado, ya que se costeará con un reajuste salarial a las asignaciones actuales de los legisladores, la Alianza dice que sí tendrá costos económicos importantes, y que aunque se reasignen los fondos ahora, tarde o temprano se llegará a un aumento de presupuesto.
3. Votar por lista o por candidato
Es la opción que ofrecerá la papeleta con el objetivo de quitarle terreno al voto "personalista", una tendencia que ha ido en aumento en las últimas elecciones.
Hoy, muchos candidatos ni siquiera ponen a qué coalición representan en sus pancartas, intentando desmarcarse del peso ideológico de sus partidos. Lo que se busca con esta medida es que eso no reste oportunidad a quienes quieren votar por ideas de proyectos colectivos por sobre el candidato individual. Los votos que obtenga la lista se distribuyen proporcionalmente entre todos los candidatos de esta.
4. Número máximo de candidatos
Los partidos políticos o pactos electorales solo podrán presentar la fórmula N+1, la que se traduce en el mismo número de candidatos según los escaños disponibles, más uno. Eso quiere decir que si se necesita rellenar 4 escaños para diputados en una región, cada coalición puede presentar máximo 5.
5. A dar la cara
La papeleta ahora incluirá una fotografía de cada candidato, para facilitar la identificación de su rostro y a qué partido representa.
6. Más mujeres en el Congreso
Es lo que se busca a través de la Ley de Cuotas. Cada partido político debe cumplir que su lista de candidatos no tenga más de 3/5 de un genero. Con esto se asegura que al menos el 40% de las candidaturas sean femeninas y salir del 16% de representación que existe actualmente. Esta norma regiría por las próximas cuatro elecciones, para romper la barrera de entrada y que luego que se dé en forma natural.
Para incentivar la postulación de mujeres a los escaños, habrá un aporte fiscal mayor a los partidos por cada voto obtenido, de una cifra cercana a los $900, mientras que el voto por candidato hombre valdrá $600. Además, por cada mujer electa, el partido o pacto recibirá unos $ 12 millones.
Se la critica por: Hay quienes están a favor de que este sistema corra también para las elecciones primarias y hay quienes no. Se definirá en la discusión en el Senado.
7. Menos barreras a la constitución de partidos políticos
Para que los candidatos de los nuevos partidos tengan la opción de entrar al juego más fácilmente, el nuevo sistema exigirá un 0,25% de afiliación respecto al total de votantes en la última elección de diputados en la región donde se quiera constituir, bajando la barrera del 0,5% exigido hoy.
También se reducirá el número de votos que necesita un partido político para no disolverse en una elección parlamentaria. En vez de necesitar el 5% del total de los votos emitidos, ahora requerirá de un 2,5% mínimo.
8. Transparencia de aportes de campaña
Los aportes de campaña serán públicos y se consignará la identidad del aportante, salvo las excepciones que señale la ley. Asimismo, los aportes privados en dinero de hasta 10 UF podrán ser anónimos, pero el aportante podrá solicitar que se consigne su identidad y el monto de su contribución. No podrán existir aportes reservados.
También se prohíbe los aportes de personas naturales extranjeras, salvo los habilitados para votar en Chile. También se prohíben los aportes de toda persona jurídica a excepción del Fisco.
Ahora se viene la discusión del proyecto en el Senado, donde se espera llegar a consenso antes de fin de año y cambiar en definitiva el sistema electoral de nuestro país.
¿Qué piensas tú? ¿Van bien encaminado? ¿Qué te gustaría que se hiciera diferente?