¿Cuántas veces nos hemos subido a un auto y, como vamos “cerca”, no sentamos en su silla a nuestro hijo? ¿O a uno más grande no le exigimos que se ponga cinturón de seguridad, porque vamos “ahí no más”?
A pesar de que un trayecto en automóvil sea corto, al no tomar las precauciones necesarias, estamos poniendo en riesgo la vida de los niños. La mayoría de los accidentes de tránsito ocurren a menos de 8 km. del origen del viaje (Para dimensionar, distancia desde el metro Universidad de Santiago hasta el metro Los Leones). Es decir, “yendo a la esquina” sin las medidas de seguridad correspondiente puede ser fatal.
La silla de seguridad es la única manera que tenemos para proteger a un menor dentro de un automóvil, por más corto que sea el recorrido.
Anualmente mueren 1,24 millones de personas en el mundo a causa de accidentes del tránsito, de las cuales el 21% corresponde a niños y según la CONASET (Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito), cada año mueren 37 niños menores de 4 años por esta causa y 1.355 quedan lesionados.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) si se usan correctamente los medios de sujeción de niños, se reducen en 70% las muertes de los menores de un año, y entre un 54% y 80% la de los niños de corta edad.
Por lo tanto, saber qué tipo de silla usar, cuándo y cómo usarla, es la mejor manera que tenemos de proteger a nuestros hijos cada vez que los subimos a un vehículo. Pero no sólo es fundamental usar el sistema correspondiente según la edad y peso del menor, sino que hay que instalarla bien para que sea un verdadero “salva vidas”.
En Chile, la ley de tránsito obliga a todos los pasajeros de un automóvil a llevar cinturón de seguridad, ya sea en los asientos delanteros o traseros. Y con respecto a los niños, obliga a los menores de 4 años a usar sillas de seguridad y prohíbe transportar menores de 8 años en el asiento delantero. Sin embargo, organizaciones internacionales recomiendan que hasta los 12 años los menores no vayan de copiloto. Esto, debido a que dicho asiento es el más peligroso de todos, ya que en caso de accidente, el riesgo de pegarse contra el vidrio, el panel frontal o incluso el mismo airbag, es bastante alto.
Con respecto a las sillas de seguridad, existen 3 tipos diferentes para las distintas etapas del menor, respondiendo a su peso y edad, y adaptándose a las necesidades de su desarrollo físico.
Por eso, antes de comprar una silla, es importante tener claro cuáles son las necesidades para cada edad y qué la hace más segura. De esto dependerá el nivel de protección que le demos al niño.
De 3 a 13 kg. / 45 a 91 cm.
Los lactantes tienen la cabeza grande (casi un cuarto de su cuerpo) y su centro de gravedad está arriba del ombligo. Su cuello es corto y débil, por lo que no tienen la capacidad de sujetar la cabeza y mantenerla erguida. Por otra parte, los órganos de los bebés están menos protegidos y más expuestos que en los adultos y sus huesos, tendones y músculos no están completamente desarrollados, por lo que son altamente vulnerables frente a un choque.
Por todo lo anterior, un niño de menos de 1 año y/o 10 kilos, debe ir sentado mirando hacia atrás, con la inclinación adecuada para que su cabeza no se vaya hacia delante. De esta manera se puede evitar el daño cervical en caso de choque frontal. Además, para poder sujetar y proteger el resto del cuerpo, las sillas en esta primera etapa, llamadas nido o convertible, deben sujetar al bebé mediante arnés de 5 puntas. (Éste, el mismo que usan los autos deportivos, sujeta al niño por la zona pectoral, en la entrepierna y siguiendo la línea de la cadera. Pero para que sea efectivo en caso de colisión, es necesario que el arnés siempre vaya bien ajustado, es decir, que el punto superior del arnés quede unos centímetros por encima de la línea del hombro y que no quede suelto ni apretado, sino que no puedan pasar más que los dedos entre el pecho del niño y la correa. También hay que verificar que la silla no se mueva más de 2,5 cm. hacia los lados y adelante.
Lo ideal es que el menor vaya mirando hacia atrás el mayor tiempo posible. Sin embargo, cuando ya pueda sostener más firme su cabeza con el cuello, no es tan necesario transportarlo de este modo. Otro indicador de cambio de tipo de silla es cuando la cabeza sobresale del respaldo
De 10 a 18 kg. / 77 a 109 cm.
Al año de vida, el peso del menor sigue mayormente distribuido en la parte superior del cuerpo, sin embargo, puede sostener verticalmente su cabeza por lo que pueden viajar mirando hacia delante, pero aún usando un asiento adecuado para él, que tenga arnés de 5 puntas, ya que el desarrollo de sus huesos aún no es el de un adulto y necesita ser sujetado por una estructura protectora que lo rodee.
El paso de un arnés de 5 puntos al cinturón del auto se recomienda darlo lo más tarde posible, en la medida en que no se sobrepase el límite de peso y la altura de los hombros no supere la posición más alta del arnés.
15 a 36 kg. / 99 a 150 cm.
Una vez que el asiento les queda chico, ya sea por que sobrepasan su tamaño por altura (la cabeza siempre debe ir apoyada en un respaldo), peso o les queda chico el arnés de 5 puntas, es la hora de pasarlos a una butaca o alzador.
Además, a partir de los 15 kg. se considera que el cuerpo humano ya está lo suficientemente desarrollado como para resistir la retención del cinturón de seguridad, pero por su tamaño no les queda a la altura correspondiente para que sea efectivo. Si se sientan en el asiento del automóvil usando el cinturón de seguridad de éste, la banda diagonal no se apoya en el hombro como debiese ser, sino que por el cuello, pudiendo producir lesiones cervicales. Por otra parte, como les queda incómodo, los niños tienden a ponerse el cinturón del auto debajo del brazo, lo que hace que éste pierda su efectividad en caso de accidente. Por eso, se necesita un sistema que lo levante y coloque el cinturón de tres puntas del vehículo ajustándolo correctamente a sus hombros y caderas. Para este objetivo sirven las butaca con respaldo o los alzadores, ya que permiten disponer el cinturón adecuadamente.
El correcto uso de éstas debe lograr que la banda horizontal pase lo más bajo posible sobre las caderas y muslos y nunca sobre el estómago. La diagonal debe hacerlo por encima de la clavícula y sobre el hombro sin tocar el cuello ni debajo del brazo. Y la cabeza siempre debe ir apoyada en el respaldo del asiento o de la butaca.
Estos sistemas se deben usar hasta que el cinturón del vehículo se ajuste correctamente al cuerpo del menor.
Así como es fundamental transportar a los niños en el tipo de asiento adecuado a su edad y peso, y disponer del cinturón respectivo con la firmeza correspondiente, lo es instalarla debidamente, nunca llevarla suelta ni instalada en frente de un airbag.
Existen distintos sistemas de instalación de la silla: ya sea usando el cinturón del auto o el sistema Latch o Isofix*. Esto dependerá de las características tanto del auto como de la silla de seguridad. Lo más recomendable es contar con una silla con sistema Isofix o Latch, pero hay que tener presente que para ello tanto el vehículo como la silla deben contar con este sistema de instalación.
Enseñar a los niños que es importante cumplir las medidas de seguridad en los traslados en auto, es una buena instancia para ir desarrollando en ellos un sentido de responsabilidad respecto al propio cuidado. Si les explicamos por qué es necesario e importante que vayan en su silla, les estaremos dando un modelo respecto a que el cumplimiento de las reglas tiene un sentido y no se trata sólo de “cumplir por cumplir" o “porque no nos saque un parte un carabinero”. Podemos aprovechar las instancias en que ellos no quieran irse en su silla para conversar respecto al sentido de esta norma y de la importancia que tiene cumplirla.
Por otra parte no podemos olvidar que, como en todos los ámbitos de la educación de los hijos, nuestro modelo es la principal fuente de aprendizaje, por lo que si nosotros no usamos el cinturón de seguridad o incurrimos en otro tipo de conductas de riesgo al manejar, nuestros niños no aprenderán a tomar en serio el autocuidado en este ámbito.
Isofix y Latch son sistemas de anclaje que simplifican la instalación del asiento de seguridad para niños, sin tener que usar el cinturón de seguridad, reduciendo la posibilidad de cometer errores en la instalación de la silla. Además permite reducir la distancia de desplazamiento de la cabeza en un choque frontal, reduciendo el riesgo de lesiones cervicales y también mejora la estabilidad del asiento en caso de impacto lateral. Por eso, se pueden reducir hasta en un 22% las lesiones graves de niños pequeños en accidentes de tránsito.
Isofix es un estándar ISO (ISO 13216) de sistema de sujeción para sillas de seguridad de niños. Latch es el sistema usado en Estados Unidos y significa Anclajes Inferiores y correas de anclaje para niños por las siglas en inglés: Lower Anchor and Tether for Children. Actualmente, por ley, es obligación que todos los autos lo tengan incorporado.
Estos sistemas definen puntos de anclaje estándares para ser manufacturados en los vehículos. Los puntos de sujeción van atornillados o soldados a la carrocería del auto con los correspondientes enganches para el asiento del niño. Por su parte, los asientos de seguridad para niños equipados con estos sistemas tienen ganchos que se abrochan a los puntos de sujeción del vehículo. La mayoría de los asientos de seguridad que miran hacia delante tienen también una correa en la parte de arriba que se ajusta a otro anclaje en el vehículo que va en la parte de atrás del asiento trasero (punto de anti-rotación).