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Imagen: César Mejías

¿Fin al conflicto entre taxistas y ubers? Esto busca la ley de aplicaciones de transporte que pasó al Senado

Pagar impuestos y prohibir el trabajo a quienes presenten antecedentes penales, son algunos requisitos que se aplicarían para las plataformas de transporte si se acepta el proyecto que acaba de pasar el Senado, la famosa “Ley Uber”.

Por Romina Diaz | 2019-04-05 | 07:00
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Estas empresas deberán someterse a "toda la jurisdicción tributaria, legal y toda la normativa que tiene que cumplir cualquier empresa chilena pagando sus impuestos en Chile y contratando la gente" (Gloria Hutt, Ministra de Transporte y Telecomunicaciones).
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Podríamos decir que el mundo del transporte era muy distinto en todas partes en 2009. En gran parte el cambio ocurrió por la aparición de Uber hace más o menos una década. A partir de ese momento, no en Chile aún pero sí en otras latitudes, la gente pudo pedir taxis solo apretando un botón en sus celulares, conocer a su conductor, y dejar registradas sus tarjetas de crédito para ahorrarse el proceso de pagar.

El avance trajo soluciones para muchos, pero también problemas para otros. A medida que Uber y otras apps de transporte crecían (en cuatro años Uber tenía más de dos millones de usuarios en Chile), el conflicto con taxistas aumentaba, acá y en todas partes del mundo (como te lo relatamos alguna vez en El Definido). Pero próximamente se podría solucionar, porque la ley que busca regularizar estas aplicaciones de transporte, ya pasó el primer paso y fue aprobada por la Cámara Baja. En El Definido te explicamos los detalles del nuevo proyecto de ley que regula las aplicaciones de transporte, también conocido como “Ley Uber”.

¿Fin de una guerra?

Con el crecimiento de este tipo de aplicaciones, los taxistas tradicionales de todas partes comenzaron una guerra bajo el argumento de que estas plataformas generan una competencia desleal, ya que su servicio no ha sido formalmente regulado.

En Chile, esta discusión ha generado graves problemas, por ejemplo, cuando en 2017 el gremio de taxistas se movilizó, tapando las salidas y accesos del aeropuerto, motivo por el que posteriormente fueron formalizados.

“Es una competencia desleal, porque a nosotros nos piden decenas de permisos y nos hacen exigencias que ellos no tienen. Necesitamos una ley con urgencia”, dijo el año pasado Luis Reyes, presidente de la Confederación de Taxis de Chile, a La Tercera.

“Esa ausencia de regulación es lo que ha traído incertidumbre y lo que ha hecho que existan fricciones entre las autoridades fiscalizadoras y los conductores por lo tanto, queremos justamente tener pronto una regulación”, dijo por su parte Nicolás Sánchez, Gerente de asuntos gubernamentales de Uber Chile.

Es por esto que, en 2016, durante el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, se envió al Congreso el proyecto para regularizar aplicaciones como Uber y Cabify. Sin embargo, la tramitación estuvo un poco estancada y el presidente Piñera envió una indicación sustitutiva a mediados del 2018, como explicaron en Emol. El camino para formalizar el proceso ya se encuentra encaminado y ayer, luego de su aprobación en la Cámara de diputados, pasó a el Senado.

Pero ¿significará esto el fin de la guerra entre el gremio de taxistas y las apps de transporte? Primero veamos qué implica la nueva ley.

Afinando las reglas

Luego de que el miércoles el proyecto fuera aprobado por 105 votos en la cámara baja, la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, destacó en la conferencia de prensa que la ley busca establecer un marco regulatorio que se haga cargo de una realidad, que beneficie a los usuarios y potencie la competencia.

"Como gobierno entendemos que las tecnologías están cambiando la forma de transportarse y que es necesario establecer un marco regulatorio prudente que se hace cargo de esta nueva realidad, poniendo en el centro de debate la calidad de servicio para los ciudadanos que lo usan cotidianamente", dijo Hutt en una conferencia de prensa.

Algunas de las reformas establecen que ahora los conductores de estas aplicaciones, deberán contar con licencia profesional A1. Solo podrán ingresar a este sistema los vehículos particulares que tengan una capacidad máxima para cinco personas y tengan seguros en caso de accidente. Y también se prohíbe realizar este trabajo a quienes presenten antecedentes penales por delitos sexuales, de tránsito y por manejo en estado de ebriedad.

La ministra explicó que se exige también que los vehículos presenten características similares a las que tienen los taxis, en cuanto a exigencias de antigüedad, seguridad, técnicas y tecnológicas, las que serán fijadas por reglamento. Que tengan seguros para los vehículos y para los pasajeros, los que ahora no se tiene certeza de que existan (como funcionan actualmente), y que tengan algún distintivo para que puedan ser identificados, como también detallaron en un comunicado.

Los conductores y sus vehículos tendrán tres meses para inscribirse en “un registro de aplicaciones digitales para transporte” desde que entre en rigor la nueva ley, y a la vez, deberán ir informando de sus viajes (sin identificar a los clientes) al organismo encargado. Todo con el objetivo de planificar las necesidades de viajes y poder fiscalizar a través de medios digitales.

Por lo tanto, si se aprueba en el Senado, estas empresas deberán someterse a "toda la jurisdicción tributaria, legal y toda la normativa que tiene que cumplir cualquier empresa chilena pagando sus impuestos en Chile y contratando la gente", señaló la ministra.

Cumplir o cumplir

Y en la ley que ahora avanza hacia el Senado, también se definieron las sanciones, que se aplicarán tanto a las empresas como a los conductores. Estas pueden ser entre $145.050 a $4.835.000 en el caso de las empresas, y entre $967.000 y $9.670.000, si vuelven a cometer el delito. En el caso de los conductores, pueden ser entre $48.350 y $483.500.

Además, se puede revocar la autorización por acumulación de infracciones, suspendiendo la licencia por seis meses al conductor no inscrito a una empresa autorizada. Y puede llegar a afectar a cualquier usuario también, si es que acepta la prestación irregular o si entorpece de alguna manera la fiscalización.

¿Todos felices?

Aunque por fin se está avanzando con el proyecto, siempre es difícil que queden todos felices. Algunas de las medidas que pedían los taxistas, eran que en la ley se limitara el parque automotriz de los vehículos de estas plataformas digitales, y también que se estableciera una tarifa mínima por tramo recorrido, pero ninguna de estas se incluyó en el proyecto.

En resumen, de ser aprobada, estas plataformas tendrán que constituirse como empresas de transporte remunerado de pasajeros en el país, iniciar actividades y pagar impuestos, entre otras.

Gracias a esto, se podrá "asegurar la igualdad de condiciones tanto para taxis como para las plataformas, avanzar hacia la profesionalización del sector y garantizar un foco en calidad y seguridad para los usuarios", dijo la Ministra Hutt.

Así, si todo sale bien, en Chile podríamos utilizar estas aplicaciones libremente, pero con protección y regulación, que es lo que ha faltado hasta ahora. Poder tomar un Uber o Cabify desde el aeropuerto sin que sea un problema o tener la capacidad de elegir por nosotros mismos según lo que ofrezca cada empresa de transporte, es impagable. Y especialmente es importante que se termine el conflicto, casi mundial, que se ha establecido entre el mundo de las apps de transporte y los taxistas.

¿Crees que el proyecto finalizará el conflicto entre taxis y las aplicaciones de transporte? 

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