A todos nos ha pasado más de alguna vez que, cuando nos empezamos a sentir enfermos, no tenemos la claridad suficiente para saber si es necesario ir al médico, a urgencias o solo habrá que esperar que se pase.
Bueno, yo he estado en esa situación un par de veces (OK, seamos honestos, más de un par de veces, porque me baja la hipocondría), pero en vez de quedar con la duda o googlear los síntomas (por favor no hagan esto, porque todos terminamos pensando que tenemos cáncer y vamos a morir), contacto a un par de amigos que, por suerte, son doctores. Ellos me guían y listo, ya sé que tengo que hacer.
Pero la realidad es que no todos tienen un amigo doctor, entonces, volvemos al punto inicial: pensar por horas qué es lo que diablos tenemos. Afortunadamente para esos casos es que sirve la telemedicina. A continuación, les cuento de qué se trata y sus beneficios gracias a una conversación con la doctor Claudia Torrealba, parte del equipo de Teledoc.
Para quienes por primera vez escuchan o, literalmente, leen este concepto, se pueden estar preguntando ‘¿¡de dónde salió este invento!?’.
Pues bien, esta práctica se empezó a volver más conocida en la década de los 70s en respuesta a las barreras geográficas y las distancias entre los pacientes y los centros médicos. Con esta modalidad, se buscaba aumentar la accesibilidad a la medicina, especialmente en zonas rurales y en los países en desarrollo, gracias a la masificación de la tecnología que facilitaba esta idea.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), tampoco es un tema lejano. Por lo mismo, la define como: “la prestación de servicios de salud —donde la distancia es un factor crítico- por parte de todos los profesionales de la atención médica que utilizan tecnologías de información y comunicación (TIC) para el intercambio de información válida para el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades y lesiones, investigación y evaluación, y para la continuidad de la educación de los proveedores de atención médica, todo con el fin de mejorar la salud de las personas y sus comunidades”.
Para llevarlo a la práctica, vale la pena conocer cuáles son sus principales servicios, según define el propio Ministerio de Salud:
• Asistencia remota: teleconsultas de diagnóstico, tratamiento o seguimiento a distancia del paciente, tales como los servicios de telemonitorización de pacientes, incluidos con enfermedades crónicas.
• Gestión administrativa de las personas usuarias: considera la solicitud de exámenes y la facturación por la prestación de servicios.
• La formación a distancia para profesionales: su objetivo es suministrar pautas y evidencias sobre la salud que faciliten la educación continua de los profesionales del área.
• La evaluación y la investigación colaborativa en red: el uso de las TIC's para compartir y difundir buenas prácticas, así como conocimientos a través de las acciones y reacciones de sus miembros.
En nuestra querida angosta y larga franja de tierra, también se está integrando la telemedicina, particularmente a través del Programa Nacional de Telesalud. La medida no es nueva e incluso se remonta a 1993 cuando surgieron los primeros proyectos liderados por la Universidad Católica y el Hospital Dr. Sótero del Río para incluirla en los servicios de salud pública.
Actualmente, también podemos encontrar servicios privados de telemedicina que al estar disponibles a través de isapres, permiten reembolsar las atenciones. Una de estas iniciativas es Teledoc, y una de sus doctoras es Claudia Torrealba, con quien tuve la oportunidad de conversar.
Según cuenta Claudia, las atenciones son realizadas por Skype a través de la plataforma de la empresa, por lo que los médicos pueden esar en diferentes lugares y no necesitan estar en una misma oficina.
Para coordinar una atención, los pacientes solo deben ingresar al sitio de Teledoc, ya sea desde un computador o teléfono. Si es necesaria una inspección visual, Claudia les solicita que envíen una foto de la zona a evaluar, sobre todo cuando la resolución de la cámara no es la mejor o si la consulta es telefónica. Tras el diagnóstico y continuar con el tratamiento, los profesionales de la salud pueden emitir órdenes para exámenes o recetas de medicamentos, y estas son igual de válidas que aquellas que se emiten de manera presencial, porque cuentan con firma electrónica.
Para Claudia, la recepción del servicio ha sido una grata sorpresa, porque ha logrado solucionar numerosos problemas que aquejan a los pacientes, lo que era una de sus preocupaciones iniciales. Además, como el servicio también orienta a los pacientes, permite aclarar numerosas consultas cotidianas, las que van desde qué debe comer un niño que presenta vómitos y diarrea, pasando por cómo saber si se trata de un virus o no y cuáles son las precauciones que debe tomar el resto de la familia, hasta lograr identificar si una lesión más concreta requiere ir a un servicio de urgencia o no.
En su experiencia, Claudia destaca que el sistema es bastante resolutivo, por lo que son muy pocos los pacientes que han tenido que ir a urgencias. Otros aspecto positivo es que se trata de un servicio reembolsable por las isapres (lo que depende de la isapre en cuestión y el plan, por supuesto), lo que se traduce en que el paciente no tiene que hacer filas interminables ni trasladarse hasta el lugar de atención, algo que es muy desagrable, sobre todo cuando uno está enfermo. Otro punto a favor de esta modalidad de atención es que se le puede realizar controles breves a los pacientes durante el mismo día.
La doctora reconoce que este servicio de medicina es que puede observar al paciente, lo que en muchos casos le entrega información sobre la real gravedad de la dolencia. Adicionalmente, dice que este tipo de servicios ayudan a descongestionar las urgencias, porque es común que muchas personas vayan a ellas cuando realmente no necesitan este tipo de atención pero que, frente a las dudas, igual va. Otra ventaja no menor de este formato es la posiblidad de ofrecer una consulta a aquellos pacientes que están en zonas más alejada. Al respecto cuenta que durante este verano ha atendido a pacientes que están de vacaciones fuera del país.
Desde la verde del frente, la de los pacientes, se puede conocer que han tenido una muy buena recepción del servicio, porque después de la primera experiencia, vuelven a utilizarlo.
Claudia nos cuenta que Teledoc pronto comenzará a ofrecer consultas psicológicas, las que se podrán agendar y se dará por videollamada. Y, eventualmente, esperan lograr atención de especialistas a través de consultas que también se podrán pedir online.
¿Qué les puedo decir? Me encantó este sistema y pienso usarlo en el futuro, y así no seguir molestando a mis amigos de bata blanca. En caso que lo quieran usar, les recomiendo que averigüen si sus isapres o sistemas de salud tienen este servicio en convenio, porque es una gran ayuda para evitar un viaje innecesario al hospital y para aprovechar las ventajas de la tecnología. No todo es dar likes y mandar memes cuando uno está pegado al teléfono y este útil servicio lo demuestra.