“Cuando hablamos de mayores de edad, todos asumen que nos referimos a gente débil, frágil y dependiente, pero eso no es cierto”, enfatiza Thomas Kamber, fundador de la organización Older Adults Technology Services, OATS (Servicios de tecnología para adultos mayores).
Cambiar la manera en que la gente percibe a los adultos mayores, es la principal dificultad. Son personas capaces de crear grandes cosas, pero hoy todos giran en torno a la tecnología, que es casi un idioma distinto para muchos que crecieron en un mundo anterior a la era digital. Kamber considera que con un empujón y ayudándolos a entenderla, los ayudas a cambiar sus vidas, y toda la percepción general que hay actualmente sobre la vejez.
Conversamos con Thomas Kamber en ENANDES 2018, evento organizado por Caja Los Andes, dedicado especialmente al emprendimiento, inclusión y felicidad en el mundo laboral. Esto es lo que nos contó.
Habían pasado dos años desde el atentado terrorista a las Torres Gemelas. Thomas estaba trabajando en un sitio web para recuperar el sentido de comunidad en las afueras de Manhattan.
“Estábamos organizando una fiesta para la comunidad y me llamó una señora de 87 años, Pearl. Me dijo: `Vi que harán una fiesta para inaugurar una página web, pero no sé qué es una página web ni si debería ir al evento`”, nos contó Thomas Kamber.
Él le dijo que le enseñaría sobre las páginas web. Así que por un año se juntaron todos los lunes a las 8 de la mañana en su oficina para que ella aprendiera a usar un computador y aparatos tecnológicos.
“Todas las mañanas llegó puntual, con su desayuno envuelto en una servilleta. Tenía tanto potencial, pero ella no tenía idea porque no sabía cómo utilizar la tecnología, y ayudarla haría que convirtiera sus ideas en proyectos y sus proyectos en una realidad”, dice Thomas.
Así se le ocurrió la idea de una organización especialmente dedicada a acercar la tecnología a las personas de la tercera edad.
Hace 14 años que Thomas Kamber comenzó con OATS y posteriormente con un programa llamado Senior Planet, que tenía el fin específico de enseñarle a los mayores de 60 sobre tecnología. Comenzaron a instalar centros donde impartían cursos de cómo usar distintos aparatos tecnológicos como computadores, smartphones, tablets, etc., y además otros talleres relacionados a redes sociales, enviar emails, emprendimiento online, manejo de cuentas, entre muchas otras opciones.
“OATS aprovecha el poder de la tecnología para cambiar la forma en que envejecemos. [...] Nuestra misión es más que simplemente enseñar a los adultos mayores a cómo usar las computadoras. Nuestros programas permiten que tengan vidas exitosas, independientes y más conectadas”, explican en su página web. Todo con el objetivo de involucrarlos más y posicionarlos como agentes de cambio, en salas de clases, en sus comunidades, en su hogar y en la sociedad.
Tienen una amplia gama de cursos gratuitos de tecnología digital que pueden durar entre 5 y 10 semanas. Desde cursos introductorios básicos, como Computer Basics —diseñado especialmente para personas que nunca han usado un computador— hasta habilidades de investigación en línea, aprender a usar Google Docs y calendarios y crear páginas web.
También ofrecen algunos cursos que no solo ayudan en el ámbito tecnológico, sino que en otros aspectos importantes como manejar mejor sus cuentas bancarias, aprender sobre hábitos financieros, reducción de gastos y ayudar a los adultos mayores a acceder a los beneficios de bancos en línea, entre otras opciones.
Para algunos adultos mayores, aprender nuevas tecnologías puede ser intimidante, pues es aventurarse en un mundo nuevo. Pero aun así hay gente dispuesta y varios casos exitosos entre los estudiantes de Senior Planet.
Hace unos años, Madelyn, una mujer de 77, se detuvo por casualidad en uno de los centros de la organización, donde estaban haciendo un taller básico de computación. Quedó interesada y a la semana estaba en un curso sobre cómo usar un iPad. Así aprendió que se podían vender cosas a través de internet y con una página de venta de manualidades, comenzó su emprendimiento de bordado.
Madelyn vivía en Harlem, un barrio principalmente afroamericano al norte de Manhattan. Siempre había soñado con viajar en un crucero, pero nunca había tenido suficiente dinero. Esto cambió un año después de que se inscribió en el curso de Senior Planet. Cada vez fue vendiendo más y finalmente cumplió su sueño e invitó a una amiga a un crucero por las Bermudas.
“Es una triste paradoja que la revolución tecnológica que tanto ha hecho para conectar al mundo, ha sido, en muchos sentidos, una fuente de creciente alienación y aislamiento para las personas mayores”, escribe Kamber en un estudio sobre el aislamiento social.
En el mismo estudio, explica que en EEUU hay más de 15 millones de adultos mayores que no saben enviar un mail, usar Facebook o hacer simples búsquedas en internet. La tecnología de la información es fundamental, especialmente para las personas más aisladas. “los programas que involucran y capacitan a los adultos mayores en el uso de estas herramientas, se encuentran en la primera línea de los esfuerzos para superar la epidemia de aislamiento social entre las personas mayores”, explican en el estudio.
Y en Chile ocurre lo mismo, o peor. Según la novena encuesta de accesos y usos de Internet de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, hay grandes brechas en cuando al nivel de acceso. En los hogares con jóvenes entre 5 y 24 años, el 94% tiene acceso a internet, pero en los hogares compuestos por gente de 65 años o más, solo la mitad tiene acceso. Además, solo un tercio de los adultos mayores del primer quintil (o el grupo más pobre) tiene acceso a internet, mientras que el 70% de los adultos mayores del quinto quintil (los más ricos), tiene acceso.
En la misma encuesta, explican que el desinterés es la principal razón de por qué los adultos mayores no obtienen internet, pero en gran parte esto se puede deber a no saber los beneficios que la tecnología les podría brindar, si supieran usarla.
14 años después, el programa ha tenido muchísimo éxito en Estados Unidos. Han impartido más de 30.000 clases gratuitas a mayores de 60 años y ya tienen 24 centros, algunos en zonas rurales.
“Ha cambiado la forma en que nuestra comunidad se conecta, encuentra recursos, y se mantiene vital. Nuestra población está envejeciendo, y Senior Planet entrega valiosos servicios para poder mantenernos activos frente a una sociedad cada vez más mediada por tecnología. Al ser una comunidad rural, este nivel de conectividad es crítico”, explica el supervisor de la ciudad de Plattsburgh, Michael Cashman.
El proyecto es financiado por donaciones y patrocinadores, aunque un tiempo después de demostrar el funcionamiento del programa, le pidieron ayuda al gobierno de Estados Unidos, por lo que ahora el 50% de sus fondos proviene del Estado.
En estos años también han ido cambiando sus estrategias, no solo para mejorar la manera en que enseñan sobre tecnología, sino que también para abordar el aislamiento social. Así, decidieron concentrarse en cinco áreas (compromiso social, salud, seguridad financiera, compromiso cívico y expresión creativa), en las que el aprendizaje y el uso de la tecnología podría llevar a cambios medibles.
¿Y qué aconseja el fundador de OATS para replicar esto en otras partes? Solo el interés de entregarle a los mayores herramientas para aprender de tecnología, comenzar con los dispositivos mainstream como smartphones y computadores, y lo más importante, paciencia al enseñar.