Hoy en Chile solo un 0,4% de los empleados chilenos trabajan desde sus casas, pero al 74% le gustaría hacerlo, según afirma el gobierno. ¿A quién no le ha pasado que ha tenido que trabajar lejos de la oficina, por algún viaje, algún problema familiar o simplemente por no poder estar físicamente en la oficina? Con un computador en la mano, al final no es tan difícil trabajar a la distancia.
"Hoy día, más de la mitad de los trabajos que se están creando tienen que ver con el área digital, con trabajos que se manejan a través de un computador. ¿Por qué entonces no abrir las puertas de las casas, de distintos lugares para que se pueda trabajar con total libertad? Esto es mejorar la calidad de vida”. Esas fueron algunas de las declaraciones del ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, la semana pasada cuando, junto al presidente, presentaron el proyecto de ley de trabajo a distancia, uno que busca modernizar la legislación laboral y darle la oportunidad a todos de tener esa opción de trabajar a distancia.
Para conocer más sobre este tema, cómo funciona y lo que se viene a futuro, conversamos con Fabián Acuña, gerente general de Nube Cowork y uno de los organizadores de 9punto5, la principal conferencia de trabajo remoto de América Latina, que realizará su tercera versión el 6, 7 y 8 de septiembre en Valdivia (conferencia a la que puedes inscribirte aquí). “Es una tendencia que va a seguir al alza”, nos dijo.
El proyecto de ley de trabajo a distancia
Cuando hablamos de teletrabajo, trabajo remoto o trabajo a distancia, nos referimos a la práctica de trabajar desde un lugar físico distinto a la oficina, con horarios flexibles y de manera digital.
“El trabajo remoto ya lleva un buen tiempo realizándose, pero en Chile y en Latinoamérica todavía falta marco regulatorio”, nos dijo Fabián. Pero esto ya se está empezando a controlar por ley desde este año, según él.
El proyecto de ley presentado la semana pasada, establece que la decisión de acogerse a esta modalidad de trabajo a distancia será voluntaria, tanto por el lado del empleador como del empleado. Especialmente busca beneficiar a los trabajadores con responsabilidades familiares, estudiantes, personas en situación de discapacidad, que viven lejos de centro urbanos y adultos mayores.
Como informa El Mercurio, en el caso de que una persona ya haya iniciado su relación laboral (y quiera cambiarse a esta otra modalidad), ambas partes deberán establecer un plazo no inferior a tres meses donde cualquiera de ellas pueda modificar las condiciones originalmente pactadas. Por el contrario, si el contrato comienza bajo esta modalidad, solo se podrá cambiar a una modalidad presencial si ambas partes lo acuerdan así.
El proyecto excluye a los trabajadores a distancia de los límites de la jornada laboral, pero puede haber excepciones. Así también, mantendrían los mismos derechos individuales y colectivos que cualquier otro empleado. Los gastos, costos de operación, mantenimiento y reparación, los pagaría el empleador, aunque acordado antes en el contrato y aparte de la remuneración.
El trabajo remoto es el futuro, pero no para todos
En un mundo altamente globalizado, el trabajo remoto es el futuro. Estudios del London Business School, una de las principales escuelas de negocios del mundo, muestran que las empresas en Inglaterra y Estados Unidos esperan tener más de la mitad de sus empleados trabajando en modalidad remota de aquí al 2020 (una fecha no muy lejana). El 2016, de hecho, el 43% de los empleados estadounidenses dijeron haber pasado al menos un tiempo trabajando a la distancia.
Y sus beneficios son muchos. “Si se implementa bien”, dice Acuña, “el trabajo remoto permite generar equipos de trabajo que estén altamente motivados y comprometidos con la pega”. Porque muchas personas no tienen la posibilidad de ir a trabajar físicamente y esto les abre nuevas oportunidades, lo que a su vez los motiva más.
“Cuando tú a la gente le das flexibilidad laboral, lo perciben como un beneficio [...] Es una forma de decir: ‘sabes, no te puedo pagar más, pero sí te puedo dar algunos beneficios para que te den ganas de quedarte’”, dice Acuña. “En el trabajo remoto, como tú ya no puedes medir a la gente por hora silla, eso ya no importa. Mides el desempeño en base al cumplimiento de objetivos, de avances, de progreso. Eso hace que haya un link importante entre trabajo remoto y productividad”.
“Los estudios demuestran que las empresas con equipos altamente motivados y comprometidos, tienen desempeños excepcionales y generan el doble de ingresos”, según Peña. Esto toma bastante importancia si se considera que solo el 13% de las personas en el mundo están comprometidas con su trabajo, según este estudio realizado en 142 países. Bien implementado, el trabajo remoto podría hacer que muchas más estén dentro de ese porcentaje.
Además de mejorar la motivación de los equipos, Peña nos contó que el trabajo remoto aumenta la productividad de la empresa, reduce costos de operación, reduce el impacto ambiental (considerando que muchas personas no necesitan transportarse de un lado a otro), aumenta la atracción y la retención de talento, y permite acceder a un grupo más amplio de talento, que por diversas razones se puede estar quedando afuera.
Pero es importante también tener en cuenta que, para trabajar a distancia, hay que tener sistemas de comunicación muy buenos. En ciertos equipos, de hecho, esta modalidad puede no funcionar y bajar la productividad grupal, porque no se produce una buena comunicación entre sus miembros y no hay una colaboración efectiva.
“Hay que tener un plan de contingencia para que toda la organización, incluidos los que trabajan en modalidad remota y los que no, puedan tener un buen flujo de información y de comunicación. Cuando eso no pasa, en general cualquier organización falla y baja su productividad”, nos dijo Fabián.
Por ejemplo, puede haber madres con hijos pequeños en la casa a las que no les acomode el trabajo a distancia, pues los niños no les permitirían concentrarse. Sin embargo, es probable que esa mujer agradezca un día a la semana en casa, pues podría, paralelamente, atender temas domésticos y familiares. Cada caso es diferente y, por lo tanto, implica la generación de modelos de comunicación eficientes en la empresa y conversaciones que conduzcan a saber quién se siente cómodo con la modalidad y quién no.
La mejor forma es implementarlo poco a poco
El trabajo remoto mal implementado puede hacer que los trabajadores se sientan mal, frustrados, desorientados, solos y desconectados, porque no saben cómo se miden sus objetivos ni qué es lo que quieren de ellos, nos dijo Fabián.
“Todo lo contrario es cuando está bien implementado, cuando la película está súper clara, los objetivos micro y macro están bien definidos, hay un lineamiento estratégico organizacional grande y cada uno sabe cuál es el rol que juega en él. Esa es una súper buena implementación, que contempla ese nivel de profundidad organizacional”.
Lo que él propone para lograr esto, es hacer primero un plan piloto con un equipo pequeño con potencial de realizar trabajo remoto. Poco a poco se les van entregando este tipo de lineamientos, de objetivos, mecanismos de comunicación y de medición de resultados. Después de eso, se puede implementar a mayor escala.
Es lo que hizo el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) el 2016, nos contó Fabián. Ese año implementaron un plan piloto de trabajo remoto con el 10% de su fuerza laboral. Después de probarlo y de tener buenos resultados, decidieron ampliar ese porcentaje al 35% de su fuerza laboral.
Valdivia dará de qué hablar sobre el tema
Según Acuña, “las empresas y los profesionales necesitan desarrollar sus habilidades para el trabajo remoto, porque implica cambiar la forma en que se ve el trabajo, en que se planifica, en que se miden los resultados, en que se comunican las personas. Entonces hay mucho que aprender en temas de desarrollo de habilidades”.
Para eso se realizará la conferencia el próximo 6, 7 y 8 de septiembre, en la que se realizarán más de 50 charlas. “Lo que hacemos en la conferencia es juntar mucha experiencia sobre trabajo remoto y cultura de empresa para entregar contenido relevante, brindado por personas que tienen experiencias súper reales y concretas en esto, para que así ellos mismos lo traspasen a la gente”.
Habrá que ver cómo sigue avanzando el proyecto de ley y sobre todo empezar a pensar de manera distinta el trabajo, porque para trabajar a distancia necesitamos más que una ley, necesitamos un cambio cultural en la manera cómo nos relacionamos en el trabajo.
Conferencia 9punto5
¿Cuándo? 6, 7 y 8 de septiembre
¿Dónde? Hotel Villa del Río, Valdivia.
Inscripciones aquí.
¿Te gustaría trabajar desde la casa?
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