Una, otra y otra más. A inicios de este año, así fueron apareciendo las denuncias de abuso y acoso sexual en contra de académicos y estudiantes de diferentes universidades chilenas. Con esto, se hizo evidente que la mayoría de los planteles no tenían un mecanismo para investigar ni sancionar a los responsables, haciendo que muchas de estas acusaciones quedaran impunes.
Frente a esto, las estudiantes de más de 20 universidades dijeron “no más” y para lograr que sus casos salieran a la luz, empezaron a tomarse las universidades en un efecto dominó que abarcó más de 20 colegios y universidades. Así fue como nació una de las principales consignas del movimiento estudiantil y feminista: exigir una educación no sexista. Y la pregunta quedó ahí rebotando en el aire…
¿Qué es la educación no sexista?
El concepto puede sonar nuevo para algunos. Para otros, obvio. Como sea, es necesario saber de qué se trata para entender hacia dónde se orientan las demandas ciudadanas.
Las definiciones sobre educación no sexista son múltiples y nuevas bajo esta denominación, por lo que es posible afirmar que no existe una que sea universalmente aceptada.
Por ejemplo, la Unesco no se refiere a la educación no sexista, sino a la igualdad entre los sexos en educación. Acerca de esto, explica que consiste en la igualdad de oportunidades en diferentes áreas, tales como el acceso a la educación, las experiencias de aprendizaje y los niveles de rendimiento.
El Ministerio de Educación de nuestro país, por su parte, creó en junio de este año la Comisión “Por una Educación con Equidad de Género”, tras las exigencias estudiantes. Su objetivo es identificar cuáles son las diferencias que existen para hombres y mujeres en la educación, y diseñar propuestas para que la igualdad de oportunidades no se vea afectada. Pero, aún no se ha difundido algún documento en el que se exprese qué entienden sus integrantes por educación no sexista.
Sin embargo, el Mineduc también ha señalado que la educación no sexista es uno de los ejes a donde debemos apuntar, explicando que su aplicación se realiza a través de un enfoque de género. ¿Y qué diablos significa esto?
En la práctica esto significa que es necesario eliminar cualquier tipo de discriminación, estereotipo y sesgo. ¿Cómo? Dejando de decir que las niñas no pueden jugar a la pelota por el solo hecho de ser niñas; o que los niños no deben usar muñecas; o que los hombres son mejores para matemáticas que las mujeres; o que los hombres no sirven para artes plásticas porque no tienen motricidad fina. En fin, la lista podría seguir y seguir, porque los estereotipos son construcciones que se realizan principalmente sobre los géneros.
“Es una educación donde no existe una división entre lo que se espera de hombres y mujeres de acuerdo a los estereotipos de género que hoy existen en la sociedad, y donde se promueve el respeto y la valoración de la diversidad”, dicen desde Educación 2020, organización de la sociedad civil que trabaja por una educación democrática, equitativa e inclusiva.
¿Cómo implementar una educación no sexista?
El 50% de los padres espera que sus hijos estudien una carrera relacionada con ciencias, ingeniería, matemáticas o tecnología. En cambio, si se trata de sus hijas, esta cifra baja al 17%, según la prueba PISA. ¿Por qué?
Muchas de estas ideas y preconcepciones de lo que debe o no debe ser un niño o una niña, se aprende en la familia, desde pequeños. En el caso de las mamás con sus hijas, tienden a traspasar roles, o sea, decirles lo que que les corresponde hacer solo por ser niñas y según el contexto en el que se desenvuelven. En cambio, los papás suelen transferir estímulos diferenciados por el género. Esto se observa mejor a través de los juegos o juguetes, haciendo que los niños jueguen fútbol y que las niñas saltan la cuerda, por ejemplo, según plantea la directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación, Alejandra Mizala. Claramente, una práctica que debe cambiar.
Un avance para lograrlo sería la línea de acción diseñada por el Mineduc. Esta comprende cuatro puntos: promoción de un enfoque de género desde los directores y profesores, difusión de experiencias e investigaciones, aplicación del enfoque de género en material educativo y articular redes de actores.
Ahora, con la creación de la Comisión “Por una Educación con Equidad de Género”, habrá que esperar la publicación de sus primeras propuestas. Al menos la discusión, que surgió desde la ciudadanía, ya fue instalada en el debate público y está promoviendo un cambio.
¿Qué medidas tomarías para implementar la educación no sexista?
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