En agosto de este año cumplió medio siglo de existencia una de las bandas más importantes, o tal vez la más de Chile. Un aniversario inédito en los registros de nuestra historia musical.
Por primera vez en su historia Los Jaivas lanzaron una colección de videos recopilados desde 1972 hasta el 2009, en un DVD doble con 19 clásicos, llamado "Obras Cumbres", que repasa distintos momentos de la agrupación nacional y sus diferentes integrantes. La selección está compuesta por actuaciones en vivo destacando presentaciones en la Antártida, Machu Pichu, Isla de Pascua, Torres del Paine y el Desierto de Atacama, entre otras impresionantes locaciones. Sin duda, un material de lujo que sus fanáticos querrán atesorar por siempre.
Es que resulta difícil no sentir apego a Los Jaivas, por lo que representan, por su historia, su lucha por permanecer unidos en la adversidad y por sobre todo, por su música.
Este fue el primer nombre de la banda, que se constituyó como tal el 15 de agosto de 1963, en su primera presentación en el Teatro Municipal de Viña del Mar. Los hermanos Eduardo, Claudio y Gabriel Parra, junto a sus compañeros de colegio Eduardo "Gato" Alquinta y Mario Mutis, se subieron al escenario tocando rock de la época, siendo pifeados por el público. Comenzaban los primeros aprendizajes del grupo, que durante varios años se dedicaron a tocar en fiestas, cumpleaños y kermesses, antes de encontrar su rumbo musical.
Fue en 1970 cuando comenzaron a explorar las raíces de la música latinoamericana, con instrumentos andinos ancestrales y cambiando su nombre al definitivo, "Los Jaivas". Ese año logran lanzar su primer disco “El Volantín” y realizan una gira que los llevará a diferentes escenarios, entre ellos el recordado recital hippie de Piedra Roja. El estilo desarrollado y su particular puesta en escena empezaba a cautivar al público.
Gracias a esta canción, editada en el álbum del mismo omónimo de 1972, Los Jaivas alcanzan fama total en Chile y comienza el despegue continental. Así, inician una etapa de construcción de identidad viajando por diferentes países de la región, rescatando material de valor para su música. Justamente, en este proceso aconteció el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que provoca el traslado de la banda a Argentina.
Haciendo honor a su canción emblemática, Los Jaivas se mantienen unidos en la tranquila localidad de Zárate, pensando en su proyección internacional. Realizan giras por todo el país, además de Uruguay, Paraguay y Brasil. En esos años, ganaron respeto y admiración en el país trasandino, donde eran considerados parte del mundo artístico argentino. Sin embargo, la inestable situación política en Argentina en 1977 y las ganas de probar suerte en nuevos mercados, hacieron que el Gato Alquinta y compañía mirasen hacia Europa.
Al viejo continente llegaron en barco y no los conocía nadie. Decidieron instalarse en Paris, en una casona del siglo XVII, decididos a hacerse un nombre. Empezaron tocando en parques y clubes pequeños, pero a mediados de 1978, ya se estaban presentando en el Teatro L'Olympia de París y luego partieron a Bélgica, Alemania, España, Italia y Londres, donde alcanzaron una popularidad inusitada. La prensa británica catalogaba a Gabriel Parra como uno de los tres mejores bateristas del mundo y los viajes alrededor de Europa se hacían cada vez más frecuentes.
En ese contexto, vuelven de gira a Latinoamérica durante los '80, con la idea de musicalizar los poemas del Canto General de Pablo Neruda, el que a la larga terminaría siendo su álbum más trascendente, Alturas de Machu Picchu. Los años venideros transcurren con éxito y mucho vértigo, tocando ininterrumpidamente tanto en Europa como Sudamérica.
En eso estaban, cuando la muerte de Gabriel Parra los azotó en 1988, lo que significó la primera pérdida de uno de sus integrantes.En Agosto de ese mismo año, la banda se reúne en París para editar el álbum Los Jaivas en Vivo: Gira 1988 para homenajear al baterista. La actividad del grupo siguió a pesar del duro revés, encontrando un nuevo baterista el año 1991: Juanita Parra, la hija de Gabriel, de 19 años, tomaría el relevo en las baquetas.
La década de los '90 marca el regreso de los Jaivas a sus raíces musicales, el reencuentro con su público y la consagración de Juanita como la nueva dueña de la batería. Así, después de años en Europa, la banda vuelve a Chile, donde inicia una etapa creativa que traerá interesantes frutos como los álbumes Hijos de la Tierra y Mamalluca, éste último tocado íntegramente junto a la Orquesta Sinfónica de Chile y al Coro Sinfónico de la Universidad de Chile.
Los años transcurrían entre nuevas composiciones e importantes presentaciones como la del 2002 en el Festival de Viña del Mar. Sin embargo, en enero del 2003, la tragedia nuevamente los golpea. Eduardo "Gato" Alquinta fallece sorpresivamente en Coquimbo mientras vacacionaba con su familia. Al igual como sucedió con Gabriel Parra, se realizaron distintos homenajes y una vez más aparecían las dudas sobre el futuro de la agrupación. Y fueron los propios hijos del Gato los encargados de reemplazarlo. Ankatu, Eloy y Aurora llegaron para realizar la gira "Gato Presente" ese mismo año. Al terminarla, Aurora abandona el grupo y a los pocos meses Eloy fallece a los 33 años producto de un ataque al corazón, justo un año después de la muerte de su padre.
Después de los sucesivos cambios que sufrió la banda, comenzó una etapa de rejuvenecimiento musical donde se subieron a múltiples escenarios compartiendo con grupos consagrados y emergentes, dándose a conocer a las nuevas generaciones.
El 2006 el grupo realiza un histórico concierto en la Isla de Pascua y ese mismo año se lanza el disco "Homenaje a Los Jaivas", donde participan artistas como Álvaro Henríquez, Los Bunkers y Javiera y Los Imposibles, entre otros. La Gran Cumbre del Rock Chileno, el Festival del Huaso de Olmué, Santiago Rock y Lolapalooza (EEUU) fueron testigos de la potencia de la banda que parecía ganar un tercer y cuarto aire.
Hoy Los Jaivas lamentan el alejamiento de Eduardo Parra, uno de los Fundadores del grupo, y de Ankatu Alquinta, pero cumplen 50 años y siguen tocando a pesar de todo.
¿Pero Cómo? Se preguntarán varios. La respuesta sólo la saben ellos. Lo concreto es que al escucharlos todavía se puede sentir ese latido andino setentero, junto a ese misticismo que lo envuelve todo y hace recordar nuestras raíces. Es parte del legado de Los Jaivas, que a estas alturas ya trascienden su propia voz, siendo los creadores de un movimiento musical, o bien un grupo de amigos que ya le ganaron a la poderosa muerte y esperan seguir tocando por otro medio siglo más.