Samir Lakhani estaba estudiando en la Universidad de Pittsburgh cuando llegó el momento de realizar una nueva pasantía. Como ya había estado involucrado en proyectos de nutrición y soluciones de iluminación en Camboya, se motivó a volver.
Viajó hasta Siem Reap, centro turístico cercano a los famosos templos de Angkor.La pasantía no fue la razón de por qué ese viaje cambiaría significativamente el curso de su vida, sino otra cosa.
Mientras estaba trabajando vio algo que no podía creer: una madre estaba bañando a su hija con detergente en polvo. Se preocupó por lo que le podría pasar a la piel de la niña y recordó la gran cantidad de jabón que se perdía en el hotel que se estaba hospedando.
Fue así como llegó a la idea de que reciclar jabón de hoteles podría salvarle la vida a miles de personas. Compró trituradores de carne y ralladores de queso, repasó libros de química, pidió ayuda a amigos que sabían de ciencias, y en su misma pieza encontró la forma de sanitizar el jabón.
En un principio Samir era quien pedía las sobras de jabón de los cientos de hoteles de la ciudad, pero luego recibió ayuda de compañeros que viajaron con él. Cuando volvió a Estados Unidos, empezó a reunir dinero, logró el patrocinio de cadenas hoteleras, se capacitó y entrenó a las mujeres camboyanas que hasta el día de hoy procesan el jabón. Así nació Eco Soap Bank en 2014.
Fuente: Eco Soap Bank |
El simple acto de lavarse las manos con jabón es considerado un lujo en Camboya. Por resultar más económico, prefieren utilizar detergente de ropa, ceniza de bambú o restregar sus manos en el suelo. Y aunque no lo creas, las consecuencias de no controlar su higiene son muy peligrosas.
Según Unicef, la contaminación del agua y la falta de higiene son unos de los principales problemas de salud en los niños camboyanos. Sobre todo aquellos que viven en zonas rurales, ya que no pueden acceder a agua limpia, un baño, ni mucho menos al jabón. Es por esa razón que sufren de periódicas diarreas, enfermedades a la piel, respiratorias e intestinales. La situación es tan crítica que estiman que un 20% de los menores de cinco años mueren debido a malas prácticas de higiene, es decir, cerca de 10.000 niños al año.
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Los países más pobres enfrentan un gran desafío: rebajar las 1,6 millones de muertes al año que se le atribuyen al agua contaminada, saneamiento deficiente, falta de higiene y nulo acceso al jabón. En algunas partes del mundo, solamente el 1% de los hogares cuentan con jabón para lavarse las manos.
Samir dice que la dificultad para acceder al jabón en Camboya tiene que ver con tres factores:
●Es muy poco asequible. Las familias son tan pobres que prefieren gastar el dinero en comida.
●La demanda es muy baja (y su precio es alto), por lo tanto, el jabón no se encuentra fácilmente en el comercio.
●Debido a la falta de educación, los camboyanos no asocian la falta de higiene con las enfermedades. “La cultura de Camboya es bastante fatalista. En ese sentido, si se enferma es probable que crea que es porque se lo merece, por haber hecho algo mal en una vida pasada. O, si su hijo tiene diarrea es probable que sea porque sus antepasados lo están castigando, no porque no se lavó las manos o bebió agua contaminada", dice Samir.
El turismo en Camboya representa un gran aporte económico para el país, ya que se estima que reciben cerca de 5 millones de extranjeros al año. Por lo mismo, son cientos de hoteles y hospederías que disponen de jabón, lociones y shampoo,que en vez de ir a dar a la basura, pueden ser fácilmente reciclados.
En Eco Soap Bank hacen el trabajo de recolectar, sanitizar y remoldear el jabón, para luego entregarlo a distintas ONGs que lo reparten en escuelas, clínicas, orfanatos, aldeas y a los más necesitados.
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Fuente: Eco Soap Bank |
Pero la tarea no queda ahí: educan a niños sobre la importancia de la higiene. Luego, son estos mismos pequeños los encargados de enseñar a sus familias la necesidad de utilizar el jabón.
Hasta la actualidad, Eco Soap Back ha reciclado 12 toneladas de jabón, que han sido proporcionados a más de 660.000 personas.
Fuente: Eco Soap Bank |
La organización también contrata a mujeres locales provenientes de entornos desfavorecidos. Las entrenan como recicladoras, les proporcionan salario mes a mes, les realizan capacitaciones empresariales y clases de inglés. Ellas también son embajadoras de higiene: venden el jabón y promueven su uso.
A otras mujeres les entregan suministro gratuito de jabón para que generen ingresos para sus familias y de paso concienticen sobre su uso en la comunidad. También han creado un programa para entregar jabón a prisiones de mujeres.
Por último, han decidido dar un segundo paso: comenzaron a recolectar ropa de cama, shampoos,bálsamos, kits de costura y pantuflas. ¡Todo lo que se pueda volver a reutilizar es donado!
Además, el proyecto ya no está solamente en Camboya, sino que lo replicaron a otras nueve sucursales de otras ciudades necesitadas y abrieron pasantías para voluntarios. ¿Te animarías a participar?