Eran nueve los candidatos que se postulaban a la presidencia, pero de ellos solo tres tenían más posibilidades de ganar. Los hondureños fueron a votar el pasado domingo 26 de noviembre, pero la situación se complicó a tal nivel que a pesar de que hay un ganador “oficial”, el proceso fue dudoso y la gente ha salido a las calles a manifestarse.
Los candidatos favoritos
● Luis Zelaya, aspirante del Partido Liberal.
● Salvador Nasralla, un popular presentador de televisión, de la coalición Alianza de Oposición contra la Dictadura. Dato curioso: su mamá es chilena y estudió ingeniería civil en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
● Juan Orlando Hernández, candidato conservador del Partido Nacional, quien se postulaba a la reelección, a pesar de considerarse de una acción inconstitucional en el país centroamericano.
¿Cómo lo hizo entonces?
Si no le conviene, pues cámbiela.Desde 1982 la Constitución de Honduras prohibía la reelección presidencial, sin embargo, la Sala Constitucional aceptó un recurso que presentó un grupo de diputados oficialistas para declarar improcedente la prohibición y eso le permitió presentarse como candidato a la presidencia nuevamente.
¿Y qué pasó?
Todo terminó mal. Si en Chile el pasado 17 de diciembre solo una 1,5 horas después del cierre de las mesas, el Servel reveló que con 96,31% de los votos, el candidato ganador era Sebastián Piñera con el 54,57% de las preferencias; en Honduras la cosa fue bastante más complicada (y sospechosa).
En un primer conteo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) dio una ventaja de cinco puntos con el 57% de los votos a Nasralla, pero después de una serie de interrupciones, el resultado se fue revirtiendo y no había claridad de lo ocurrido.
Al día siguiente, los dos candidatos con mayor votación, Hernández y Nasralla, se autodeclararon ganadores. ¿Qué? Sí, y una semana después de las elecciones, los hondureños todavía no tenían un ganador definitivo.
La lentitud tipo tortuga en la entrega de resultados por parte del TSE comenzó a inquietar tanto a opositores como a observadores internacionales, quienes exigieron una nueva elección. Incluso antes de que se llevaran a cabo las elecciones ya existía cierta desconfianza en el proceso, por lo ocurrido con la reelección y por el control que el presidente Hernández y su Partido Nacional ejercen sobre las diferentes instituciones del Estado, que afectó la credibilidad del TSE.
Después de esto, los seguidores de candidato Salvador Nasralla, salieron a las calles y comenzaron las protestas en varios puntos del país. Cortaron carreteras, quemaron llantas e incluso hubo enfrentamientos con la policía. Hasta ahora se han registrado cerca de 30 personas fallecidas en estas protestas.
Amnistía Internacional acusó al gobierno de desplegar "tácticas peligrosas e ilegales para silenciar las voces disidentes". La ONU y la Comisión Interamericana de DDHH han denunciado la tortura de detenidos en instalaciones militares y dijeron que estaban "alarmados por el uso ilegal y excesivo de la fuerza para dispersar las protestas".
¿Y los resultados finales definitivos? Ah verdad… recién fueron publicados por el TSE el 17 de diciembre, justo tres semanas después de las elecciones.
Con el 100% de los votos, arrojaron como ganador a Hernández con el 42,95% y el segundo lugar lo obtuvo Nasralla con el 41,42% (cerca de 50 mil votos de diferencia).
Sin embargo, Nasralla insiste en que hubo fraude, de hecho, él lideró la elección durante gran parte del recuento y afirma que recién la tendencia cambió a favor de Hernández cuando se llegó al 68% de los votos escrutados.
La Organización de Estados Americanos (OEA) aseguró ese mismo día que “el proceso electoral estuvo caracterizado por irregularidades y deficiencias” y lo calificó como de muy baja calidad técnica y carente de integridad. Por eso sugirió realizar un nuevo llamado a elecciones generales, con las garantías de un TSE que goce de la capacidad técnica y de la confianza de la ciudadanía y los partidos políticos.
Dentro de las acusaciones del informe elaborado por la Misión de Observación Electoral de la Organización (MOE/OEA) en Honduras, se incluyen:
● Intrusiones humanas deliberadas en el sistema informático
● Eliminación intencional de rastros digitales
● Imposibilidad de conocer el número de oportunidades en que el sistema fue vulnerado
● Maletas de votos abiertas o sin actas
● Improbabilidad estadística extrema respecto a los niveles de participación dentro del mismo departamento
● Papeletas de voto en estado de reciente impresión e irregularidades adicionales
● La estrecha diferencia de votos entre los dos candidatos más votados, hacen imposible determinar con la necesaria certeza al ganador.
Una gran-crítica-gran, a lo que el TSE respondió en este documento a cada uno de los puntos de la acusación. El presidente del Tribunal Supremo Electoral, David Matamoros y el gerente de la compañía encargada de la transmisión de los resultados, Theodore Dale Vukanovich, defienden la validez del proceso electoral.
¿En qué quedó todo?
Hoy, a 39 días de la elección, todavía hay desconfianza en el resultado emitido por el TSE. El asunto se puso aún más de película, pues Nasralla está convencido de que ganó y está organizando una toma de posesión.
“Tomaré posesión el 27 de enero como presidente de Honduras. Nosotros vamos a hacer un acto grande en un estadio como corresponde”, aseguró. Él y expresidente hondureño Manuel Zelaya no están de acuerdo con la propuesta de la OEA de convocar a elecciones nuevamente, porque dicen que Nasralla ya fue electo por los hondureños.
Así que ahora queda esperar qué pasará los próximos días especialmente el 27 de enero, donde Nasralla planea un acto de toma de posesión paralelo al oficial, que corresponde al acto donde Hernández asumirá como presidente reelecto.
¿Qué dijo Chile al respecto?
Sin querer involucrarse más de la cuenta en “peleas ajenas”, el 3 de diciembre, antes de que se entregaran los resultados definitivos de la elección, el Ministerio de Relaciones Exteriores manifestó sus condolencias por las víctimas de las protestas y expresó que espera que “las circunstancias sean investigadas y quienes resulten responsables sean sancionados”. Además hizo un llamado a respetar los resultados oficiales de los comicios. “No hay otro camino legítimo que el estricto respeto de la voluntad popular expresada en las urnas”.
Uno de los países más peligrosos
No sabemos mucho sobre Honduras. Sí, es un país que está en Centroamérica pero, ¿por qué es tan violento y tiene una de las tasas de homicidio más altas del mundo?
La explicación principal sería el narcotráfico y la inestabilidad política del país. Por su ubicación hace las funciones de corredor de la droga, pues está entre los consumidores de cocaína (Estados Unidos) y los productores de esta (Colombia, Perú y Bolivia). El corredor de la droga está conformado por países como Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, El Salvador y Costa Rica.
Por muchos años fue el país sin guerra más violento del mundo, aunque en los últimos años las cifras han caído: cada día asesinan a 11 personas aproximadamente.
Desde que asumió la presidencia Juan Orlando Hernández, su técnica de mano dura contra el crimen organizado empezó a dar resultados y la buena noticia es que la tasa de homicidios se redujo más de 25% en 2017.
El 2016 fueron en 59,1 por cada 100.000 habitantes y el 2017, los homicidios se ubicaron en 42,8 por cada 100.000 habitantes. Cifra que sigue siendo alta, pues se mantiene dentro de los punteros a nivel mundial (Chile tuvo una tasa de 2,7 el 2016).
¿Crees que se deberían repetir las elecciones en Honduras?
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