Hace veinte años, una noticia como ésta hubiese sido casi un suceso de ciencia ficción pero –en vista de la conciencia mundial frente al cambio climático- hoy es realidad: el Banco Central Noruego, que administra el fondo de riqueza soberana más grande del mundo,aconsejó al gobierno deshacerse de sus acciones en compañías de petróleo y gas.
Este suceso es inédito, pues considerando que parte del billón de dólares del que son poseedores se construyó en base a la explotación de hidrocarburos, la propuesta es una muestra impresionante de consciencia frente al problema. De hecho, el 6% de su riqueza se invierte en compañías de petróleo y gas actualmente.
Obviamente, una noticia como esta hizo bajar las acciones de las compañías petroleras y gasíferas europeas, alcanzando su nivel más bajo a mediados de octubre pasado. Sin embargo, el banco declaró que la riqueza del gobierno podría volverse menos vulnerable a estas caídas, si el fondo deja de invertir en estos recursos, lo que pretende hacer a la larga (aunque no se han especificado fechas).
El gobierno noruego dijo que consideraría la propuesta después de un estudio exhaustivo, la que también fue bien acogida por varios grupos medioambientalistas, incluido Greenpeace Noruega.
Hay que considerar que la recomendación es netamente en base a análisis financieros -no a una voluntad ambientalista- y no hay aún una fecha de implementación. Sin embargo, esta propuesta da luces claras que indican que los combustibles fósiles no seguirán siendo rentables a largo plazo. Especialmente si consideramos que, además, el estado noruego prohibirá la venta de autos con gasolina en 2025.