Estamos viendo televisión por internet. Hace 15 años cuando usábamos la web para descargar fondos de pantallas y ringtones polifónicos para nuestro celular, jamás habríamos pensado que década y media después pasaríamos gran parte de nuestro tiempo viendo tele de esta forma. Especialmente si eres millennial.
Y ya son muchas las personas que hasta han dado de baja sus suscripciones a la TV por cable para dar paso a un contrato que llena nuestros corazones: el que firmamos con Netflix.
Si no nos creen, vean lo que está pasando en Estados Unidos. Por primera vez la plataforma de series y películas en streaming superó en cantidad de suscriptores al imperio de la tele por cable. Para el primer cuatrimestre de este año, Netflix contaba con 50,8 millones de usuarios, versus los 48,6 millones de la industria televisiva privada.
Bastante loco si consideramos que Netflix fue fundada en el ‘97, comenzó a transmitir en el ’99 y recién en el 2009 alcanzó los 10 millones de suscriptores a nivel global y que ya supera los 100 millones. Esto, versus la TV cable que tiene sus orígenes en la década de los ’40 (y cuya dimensión de usuarios a nivel mundial es tan grande que ni la cifra tenemos).
Es un hecho que la televisión tradicional está viviendo un éxodo de usuarios a las plataformas de streaming para ver el contenido que quieren a la hora que quieren. Y uno de los casos más emblemáticos ha ocurrido en el Reino Unido, en donde este “escape” hizo que la edad promedio de los televidentes tradicionales se disparara.
¿Cómo es eso? Básicamente, la gente más joven se fue a Netflix y dejó de ver tele, lo que significó que se quedaron los de edad más avanzada. Es por eso que ahora la edad promedio de la audiencia de la BBC (uno de los principales canales de la TV británica) es de alrededor de 60 años.
Ok, los ven más viejos. ¿Qué tiene? ¡Pues mucho! ¿Te imaginas si en Chile solo vieran televisión las personas de 60 años o más? Eso significaría que una enorme cantidad de programas que vemos en la actualidad no se transmitirían (y jamás se habrían hecho). Después de todo, la edad de tu audiencia tiene mucho que ver con el contenido que se genera.
Por ejemplo, si todos los que leen El Definido tuvieran 80 años, probablemente escribiríamos más artículos sobre el cuidado de la salud durante la tercera edad, los beneficios del Estado para este grupo etáreo y cómo elegir la pastilla de limón más rica del mercado (bueno, eso no). ¿Cambia, no?
Otra de las características de Netflix y la TV en streaming en general (como HBO GO, Crunchyroll y Hulu) es que existe el Binge-watching: un término anglosajón para describir la manera en la que uno termina de ver un capítulo e inmediatamente comienza a ver el siguiente, después que la plataforma lo reproduce casi automáticamente (binge significa atracón, comilona o borrachera). Algo así como una maratón.
Lo curioso es que además de haberse ganado el premio Collins a la “mejor” palabra en inglés del 2015, también está modificando la forma en la que consumimos y cómo se nos presenta la TV.
Desde tiempos inmemorables hemos tenido que acostumbrarnos a esperar hasta que el capítulo siguiente de nuestra serie esté disponible. Esto puede ser tanto de un día para otro como con una semana de diferencia. Está bien, estamos acostumbrados, pero todo cambió cuando Netflix empezó a tirarnos TODO el contenido de una.
Así, hay muchos quienes se vieron una temporada completa de Orange is the New Black entre un ocho y un diez de junio (que es más o menos la fecha en la que estrenan temporadas). ¿Cuándo antes tuvimos la opción de comernos un estreno de temporada en solo unos pocos días?
Hablando del Binge-watching, hasta creó una nueva forma de dividir las series: las que te devoras y las que saboreas. Esto tiene que ver con la frecuencia con la que las ves. Por ejemplo, si apenas salen capítulos nuevos te los ves todos, entonces es una serie que te devoras (como Sense8, Marco Polo y Orange is the New Black).
En cambio, si es una serie que vas dosificando, ya sea porque es muy pesada como para verla de una o porque su formato así lo permite, entonces es una serie que saboreas (como House of Cards, Narcos y Daredevil).
Y las estadísticas tienen mucho que decir aquí. Por ejemplo, se estima que el 70% de los estadounidenses “Binge-watchea” sus shows favoritos. Así, ven en promedio cinco episodios de una sola vez. Además, el 35% de ellos lo hace de forma recurrente y el género que la lleva en ese sentido es el drama: 53% de los Binge-watching ocurren con series de este tipo.