Al momento de ser agredidas sexualmente, con toda la violencia que implica un acto como ese, las mujeres pensamos que tenemos pocas herramientas para defendernos. ¿Recurrir a nuestra fuerza física? Difícil, porque seguramente el abusador es un hombre que tiene mucha más que nosotras. ¿Gritar y pedir ayuda? Sí, por supuesto que es una opción que debe aplicarse, pero también es posible que estemos solas y nadie nos escuche.

Existen también técnicas de lucha que pueden ayudarnos y que probablemente todas debiésemos tener más o menos claras. Pero en un momento de total indefensión, ¿cómo salvarnos?

Cuando Manisha Mohan era estudiante de ingeniería en automóviles en la India, le incomodaba la situación de vulnerabilidad en que se encontraban las mujeres de su campus, quienes no podían salir solas después de las 6 pm, pues se arriesgaban a sufrir agresiones sexuales. Hoy es estudiante en el MIT Media Lab, Estados Unidos, y está explorando cómo otorgar seguridad a las personas a través de la integración de wearables (tecnología “ponible”) en la ropa. Como el abuso sexual es una de las violaciones a los derechos humanos más comunes, desarrolló un sticker capaz de evitar que se concrete este terrible delito.

1 de cada 3 mujeres en el mundo, ha sufrido de violencia

De acuerdo a la ONU, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido o va a sufrir violencia física o sexual durante su vida. El 70% de ellas declara que su agresor fue, ni más ni menos, que su pareja, mientras el resto señala que se trató de una persona externa. A las enormes y tristes consecuencias psicológicas, se suman también otras físicas: “Las mujeres que han sufrido maltrato físico o sexual (…) tienen más del doble de posibilidades de tener un aborto, casi el doble de posibilidades de sufrir depresión y, en algunas regiones, 1,5 veces más posibilidades de contraer el VIH”, agregan desde la organización.

Si nos trasladamos a la India, los índices son aún más abrumadores, pues sólo en Nueva Delhi un 92% de las mujeres comunican que alguna vez han sufrido violencia sexual en espacios públicos. Y al hablar de grupos vulnerables –mujeres no heterosexuales, discapacitadas, pertenecientes a un grupo étnico minoritario o viviendo en lugares en crisis humanitarias- las estadísticas también se disparan.

Es precisamente a estos grupos más vulnerables -niñas, ancianos y discapacitados- a los que va enfocado Intrepid, el invento de Manisha.

Tecnología al rescate

Intrepid es una banda adhesiva de hidrogel y materiales conductores, que puede ponerse en cualquier prenda de ropa interior: calzones, calzoncillos, sostenes o medias. Así, puede detectar signos iniciales de agresión, para luego desarrollar métodos de comunicación que alerten al círculo cercano de la víctima, a través de bluetooth. El dispositivo funciona paralelamente a una aplicación que los usuarios deben descargar en su smartphone, para luego seleccionar los cinco contactos que serán alertados en caso de que sea detectada la agresión. La banda inteligente es tan resistente, que si por descuido entra a un ciclo de lavado, saldrá intacta. Y, además, no deja residuos al ser quitada de la ropa. ¿Cómo funciona?

Los materiales con que está diseñado Intrepid, son capaces de aprender la forma en que el usuario habitualmente se quita su ropa interior (por ejemplo, cada mujer tiene una forma de quitarse el sostén por la noche, ¡no todas son iguales!). Cuando la banda adhesiva detecta que hay un patrón distinto, comienza la alerta de violencia sexual gradualmente. Durante los primeros veinte segundos, comenzará a sonar una ruidosa alarma en el celular de la víctima, preguntando en pantalla si lo que está ocurriendo es con o sin consentimiento. Si se responde que hay consentimiento, la alarma dejará de sonar, pero si no se responde, Intrepid enviará una alerta a los cinco contactos y a servicios de emergencias, quienes recibirán la geolocalización del smartphone de la víctima. Desde este punto en adelante, el celular se convertirá en una grabadora que registrará todo el audio de la escena de violencia, y lo emitirá en vivo a uno de los contactos designados. Toda esta información grabada, luego puede utilizarse como evidencia en procesos legales.

El sistema actúa aunque la víctima se encuentre inconsciente o incapacitada de moverse por sí misma. Por ejemplo, en el caso de mujeres que han sido drogadas para cometer abusos. Pero también existe un modo de activarlo voluntariamente con un botón directo -que puede instalarse en un bretel del sostén- que la víctima puede presionar para desencadenar todo el proceso.

Todo el sistema desarrollado por Manisha, tuvo la colaboración de víctimas de violaciones que participaron de diversas formas: 338 de ellos a través de encuestas en línea, 67 como voluntarios y 20 como usuarios de prueba del producto. Todos evaluaron su funcionalidad y retroalimentaron a Manisha con información que fue fundamental para ella.

“No necesitamos guardianes de nuestro cuerpo. Pienso que yo debería tener las habilidades para protegerme a mí misma y andar sola, y es eso lo que quiero que este proyecto logre”, señala la ingeniera.

Quizás a muchos les pueda parecer un tanto “exagerada” esta solución, porque no se han visto expuestos a peligros de este tipo, pero Intrepid podría ser de gran ayuda para aquellas mujeres, niños o personas en estado vulnerable, que se encuentran permanentemente en situaciones de riesgo, sobre todo en zonas donde los índices de violencia sexual, aún son una cifra vergonzosa.

Intrepid aún se encuentra en desarrollo, pero si te interesa puedes ponerte en contacto con Manisha a través de sus datos en este link.