En República Dominicana hay más de 1 millón y medio de madres solteras, y gran parte de ellas son muy jóvenes, con escasa educación, con varios hijos y ningún recurso para el progreso social o trabajo.
Una problemática social preocupante e injusta, que el joven empresario Daniel Dalet y su familia quisieron abordar de forma directa, útil y con perduración en el tiempo. ¿Cómo? Capacitando e integrando a estas mujeres al mundo laboral, y buscando registrar una marca país para agregar valor a la agricultura dominicana y fomentar así su economía.
Así es como nace SoloCoco el año 2015, una industria de aceite de coco de República Dominicana que sólo contrata a madres solteras de escasos recursos y que además, utilizan parte de sus ganancias para financiar programas de desarrollo social para su beneficio y el de sus hijos.
Al abrir las puertas de la fábrica se acercaron muchas mujeres a pedir trabajo, y la mayoría de ellas eran madres solteras, jóvenes, con bajos niveles educativos y que nunca habían trabajado.
"Sus historias eran muy parecidas: esposos irresponsables que las habían dejado a la suerte con los niños y con la honestidad de confesar que no sabían nada, pero dispuestas a aprender a trabajar. Nosotros quisimos darles una oportunidad para que pudieran empoderarse, ayudándose a sí mismas. Y es aquí cuando entra el impacto social de nuestros productos", señala Daniel.
Su propósito es parte de la cruzada de Comercio Justo que promueven muchas empresas en el mundo y en nuestro país, como Orgánicos Brita, Rupestre, Glocart, Newén Maqui, Chilote Shoes, Terrium.
SoloCoco confió en ellas y no se equivocaron. En menos de un año la empresa logró ventas extraordinarias que la posicionaron como líder en el rubro. En gran parte, gracias al compromiso de sus artesanas y a los beneficios de sus productos culinarios (aceite de coco virgen y harina de coco orgánica), y cosméticos biodegradables (SoloCoquette), como lociones humectantes, anti arrugas y anti estrías, jabones, exfoliantes y bloqueadores solares.
Además de su impacto social, SoloCoco tiene un importante impacto medioambiental, ya que, por ejemplo, utiliza todas las cáscaras de coco como medio energético para calentar el proceso completo de la producción.
Hoy, la empresa da empleo a más de 60 madres solteras de San Pedro de Macorís, y ya se ha posicionado en más de 10 países del mundo, especialmente en Estados Unidos. Hace poco la marca llegó también a Chile a través del comercio justo (Fair Trade) que promueve Mercado Birus, la nueva plataforma chilena que reúne productos y servicios de Empresas con propósito, que buscan generar un impacto positivo en la sociedad y en el medioambiente.
El fotógrafo dominicano Alex Otero, amigo del fundador de SoloCoco fue quien trajo el producto a Chile, luego de ver los increíbles resultados estéticos que el aceite provocó en su esposa, borrando las manchas de su cara que no se quitaban con nada.
Pueden encontrar los aceites a través de la página de Mercado Birus y en diversas tiendas de Santiago como La Chakra, tiendas El Ruco, Infierno Gourmet, Jugos La Prensa, Tostaduría La Siembra, entre otros almacenes.
El Comercio Justo o Fair Trade es una forma alternativa de comercio promovida por organizaciones no gubernamentales, sociales y políticas que buscan promover una relación comercial justa entre productores y consumidores.
Lamentablemente, muchas veces la producción de los productos que compramos, se hace en condiciones muy injustas para los trabajadores, y cambiar esa realidad es el compromiso de todas las empresas que adhieren al Comercio Justo.
"Es una asociación comercial, basada en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional. Contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de productores y trabajadores. Las organizaciones de Comercio Justo (respaldadas por los consumidores) están activamente comprometidas en apoyar a los productores, sensibilizar y desarrollar campañas para conseguir cambios en las reglas y prácticas del comercio internacional convencional", señalan en ComercioJusto.cl
Dentro de sus principales propósitos, se encuentran:
- Rechazo a la explotación infantil y protección de los derechos de los niños
- Fomentar la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres
- Se valora la calidad, la producción sostenible y el cuidado y preservación del medio ambiente
- El precio que se paga a los productores permite condiciones de vida dignas
- Precio que paga el consumidor también debe ser justo
Mercado Birus, siguiendo esta lógica, reúne en una sola plataforma a más de 60 "empresas con propósito" que ofrecen productos y servicios que generan impacto positivo en la sociedad y en el medioambiente, integrando aquellos que promueven el Comercio Justo. Y como les contamos en esta nota anterior, la variedad que ofrecen es muy amplia.
Hay más de 500 productos a la venta, desde lavalozas para la cocina, hasta entretenidos juegos para niños, como las muñecas Dollversity, los vasos Green Glass fabricados con botellas recicladas, las exquisitas frutas y verduras de Huertas a Deo y TriCiclos, una empresa que busca facilitarles a los chilenos la posibilidad de reciclar.
El problema es cuando creemos que existen alimentos mágicos o productos salvadores que promueve muchas veces la publicidad. Además, obviamente ningún exceso es bueno y lo más importante es tener dietas balanceadas. De todos modos, el mismo Daniel Dalet aclara que las grasas saturadas del aceite de coco son de la cadena media, por lo que consumidas con moderación, no constituyen riesgo alguno para el organismo. Para más detalles, puedes ver sus aclaraciones aquí.