Como todo arte, la música es una disciplina subjetiva: las interpretaciones que el público puede dar a las canciones de sus artistas favoritos son tan interminables como los momentos que estas acompañan. Esta, si bien es una de las cualidades que hacen que la música sea tan linda, es también una de las características más controversiales de este arte.
Prueba de ello son las más de 90 mil visitas y las decenas de comentarios que la primera parte de este artículo suscitó. Muchas gracias a todos por hacer de ese artículo el más exitoso de mis dos años como columnista.
Y como somos un medio que lee la sección de comentarios (porque nuestros comentaristas son bacanes), decidimos escuchar el clamor popular y hacer una segunda parte con seis canciones más y sus respectivas historias.
La famosa canción de la banda argentina Los Gatos fue revolucionaria en varios sentidos: nunca antes una balada rock de este tipo había sido un hit en Argentina, menos con la estructura que tiene, sin estribillo, y con la secuencia de acordes que posee. Ha sido utilizada como material de estudio en teoría musical, especialmente en armonía, pues detrás de su bella melodía tiene elaborados arreglos y progresiones bastante inusuales.
Su recurrente alusión a querer “volar” hizo pensar a muchos que la canción hablaba sobre un joven hippie con ganas de fumar marihuana. El hecho de que uno de los versos cantara “yo estoy con mi compañera hace una semana sin poder volar” parecía indicar que el protagonista de la canción quería fumar con su novia, probablemente con fines afrodisíacos.
Sin embargo, fue su mismo autor, Litto Nebbia, quien reveló que la canción en realidad era un canto contra la dictadura de Juan Carlos Onganía, en la que expresaba su disconformismo y sus ganas de ser libre. En entrevista con la periodista argentina Malena Aboitiz para su libro Antología del rock argentino, el compositor contó cómo en aquel entonces los mensajes debían ser inteligentemente encriptados: “los militares te cagaban a palos por la ropa, por el pelo largo, te metían preso (…) no se podían decir las cosas directamente, porque te lo prohibían y quedabas marcado”.
Una de las canciones más famosas de la banda de rock y new wave Blondieoculta tras su enérgico ritmo y pegadizos coros un oscuro significado. La canción fue escrita por su vocalista Debbie Harry, inspirada por lo que le tocó vivir tras sufrir el acoso y el hostigamiento de parte de un exnovio que, presa del despecho y los celos, no dejaba de perseguirla a todas partes.
“De una forma u otra voy a encontrarte, voy a pillarte (…) Voy a pasar por tu casa, y si las luces están apagadas, veré quién anda ahí (…) Y si las luces están apagadas, perseguiré tu bus al centro de la ciudad y veré con quién te estás juntando”.
Según Harry, esta canción fue un ejercicio de supervivencia para sacar algo bueno de un recuerdo traumático.
A lo largo de los años, han sido dos las interpretaciones predominantes en torno a esta famosa canción del español José Luis Perales.
La primera interpretación da a esta canción un carácter de desamor romántico: al ver cómo su mujer se separaba de él para iniciar una nueva vida con otro hombre, Perales cantaba su despecho con el famoso coro: “¿y cómo es él? ¿En qué lugar se enamoró de ti?”
La segunda lectura a esta canción apunta a que esta estaba dedicada no a su pareja, sino a su hija. La letra hablaría de un padre triste y aprehensivo por la partida de su pequeña que abandona el nido para formar su propia familia, y por la preocupación de que el hombre que ella escogió sea realmente bueno para ella.
Sin embargo, ambas interpretaciones son erradas. Para desilusión de los más románticos, esta canción nunca estuvo relacionada con ningún suceso de la vida de José Luis Perales. De hecho, fue escrita por encargo.
La carrera de Perales ha sido muy prolífica a nivel compositivo: además de escribir su propia música, el español ha escrito canciones para artistas como Isabel Pantoja, Miguel Bosé y Paloma San Basilio, sumando a lo largo de su carrera alrededor de 500 composiciones. Por eso, nadie se extrañó cuando Julio Iglesias le encargó una canción.
Cuando les mostró a los representantes de su sello discográfico la canción que había escrito, estos lo convencieron de que se la quedara y la lanzara como single, pues sería un éxito asegurado. Perales no quería cantarla, pues no la sentía como suya, pero accedió.
Y tal como previeron sus promotores, la canción se convirtió en uno de sus más grandes éxitos. Bueno, pero y ¿con qué sentido la escribió? Perales se basó vagamente en el divorcio de Iglesias, pero la canción no está estrechamente vinculada a ningún suceso en particular.
Nota al margen: existe una tercera interpretación defendida por un pequeño sector de la fanaticada, que supone que el coro en realidad decía “¿Y cómo es Cell?”, y que se referiría a los tormentos vividos por la Androide 18 al querer ser absorbida por Cell.
La canción Wake Me Up When September Ends de la banda estadounidense Green Day está enmarcada en su famoso disco American Idiot de 2004. El álbum abarca temáticas como la Guerra de Irak y la pobreza cultural estadounidense de principios del nuevo milenio, y es considerado por muchos una Opera Punk Rock.
Por esto, muchos supusieron que Wake Me Up When September Ends (“Despiértame cuando se acabe septiembre”) tenía que ver con los atentados a las Torres Gemelas y la guerra contra el terrorismo. Su videoclip, protagonizado por un joven que deja a su novia para enlistarse en el ejército y ser enviado al campo de batalla, reforzó aún más esta idea. A muchos les pareció que la canción hablaba de “Septiembre” como una forma figurativa de referirse a toda la pesadilla vivida por los estadounidenses tras el 9/11.
Pero lo cierto es que esta frase data de septiembre de 1982, cuando el guitarrista y vocalista de Green Day, Billie Joe Armstrong, perdió a su padre producto de un cáncer. Tras el funeral, Armstrong, de 10 años, se encerró a llorar en su pieza y gritó a su madre la famosa frase que da el título a la canción: “wake me up when september ends!”.
Al principio de la canción nos encontramos con la frase “como mi padre vino y se fue, siete años han pasado demasiado rápido”, aludiendo al tiempo que pasó entre la muerte de su padre y la formación de Green Day.
Luego, al final de la canción, la frase se repite, solo que con una pequeña modificación: “como mi padre vino y se fue, veinte años han pasado demasiado rápido”, en alusión a los 22 años transcurridos desde la muerte de su padre hasta la publicación del álbum.
La romántica canción que lanzó a la fama al británico James Blunt en 2005, y que ha sacado suspiros alrededor del mundo, puede no ser tan romántica cómo crees.
Algunas interpretaciones de la canción apuntan a que la letra hablaría de un encuentro fortuito en el metro entre Blunt y su exnovia, acompañada por su actual pareja. Al percatarse de lo hermosa que ella sigue siendo, además de no poder dejar de mirarla, acaba lamentándose profundamente de haberla perdido.
Sin embargo, fue el mismo Blunt quien terminó de precisar el sentido real de la canción. En realidad la canción habla de un hombre que, fuertemente influenciado por sustancias psicotrópicas (en otras palabras: volao como chancho), termina hipnotizado por la belleza de una extraña en el transporte público. La clave de esta interpretación está en la segunda estrofa, en la que Blunt canta “Yes, she caught my eye as we walked on by. She could see from my face that I was fuckin' high“, lo que traducido vendría a ser algo así como “ella capturó mi mirada al pasar de largo. Pudo ver en mi rostro que estaba demasiado drogado”.
En palabras de Blunt: “la canción habla de un tipo que está en el metro volando en drogas como un volantín, mirando a la novia de un tipo en presencia de él, y que debería ser encerrado en prisión por ser un pervertido”.
Dato freak: si te fijas, el primer verso “My life is brilliant” es dicho dos veces al comienzo por Blunt. Esto es porque, al estar grabando en el estudio, Blunt se equivocó y entró cantando antes de tiempo. Curiosamente, este error se conservó y la canción fue publicada así.
Si lees la letra de Can’t feel my face, del rapero y compositor canadiense The Weeknd, probablemente la interpretarás como que habla de un romance que va escalando, aun cuando el que canta está al tanto de que no es una relación sana, y que todo terminará mal. La sensación de bienestar provocada por el amor no le permite tomar las decisiones correctas y velar por su propio bien.
“Sé que ella será la muerte para mí, pero al menos ninguno de los dos sentirá nada. Ella siempre saca lo mejor de mí, pero lo peor está por venir. Al menos ambos seremos hermosos y jóvenes por siempre (…) No puedo sentir mi rostro cuando estoy contigo, pero te amo, oh, te amo”
Pero no, la canción no habla sobre un amor tortuoso, ni sobre un hombre enamorado de su dentista. La canción habla sobre el consumo de cocaína, y sobre cómo el consumidor, sabiendo que va a terminar muerto por su adicción, no es capaz de dejarla, porque las drogas lo tienen demasiado enganchado y no es capaz de tomar sus propias decisiones.