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Imagen: César Mejías

5 conductas raras de nuestro cuerpo, explicadas por la ciencia

Son las Stranger Things de nuestro organismo. Aquí te contaremos por qué ocurren estas extrañas reacciones de nuestro cuerpo, que apenas entendemos de dónde vienen.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-02-27 | 16:26
Tags | cuerpo, humano, ciencia, explicacion, raro, efecto
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A veces simplemente no podemos controlar nuestro cuerpo. Ya sea porque tenemos un hipo que nos agobia, porque no paramos de ir al baño en medio de una fiesta o porque la vergüenza nos hace ver como que tenemos un parentezco con los tomates de Limache. Es por eso que en El Definido investigamos por ahí para entender por qué recórcholis nos pasan todas estas cosas.

El bostezo (y por qué se contagia)

Si bien no existe una razón “oficial” para explicar la existencia de los bostezos, sí hay una que otra teoría. Una de ellas viene de un estudio elaborado el 2007. Ahí se intentó ver qué tanto bostezaba la gente al ver videos de otras personas haciéndolo, pero con una pequeña trampa: un grupo llevaba en su frente una bolsa tibia y el otro lo hacía con una bolsa fría. ¿El resultado?

Quienes llevaban la bolsa tibia bostezaron el 41% de las veces, mientras que los otros lo hicieron solo el 9% de las veces. A partir de eso, los investigadores concluyeron que nuestro cerebro y la forma en la que regula su temperatura tendría mucho que ver con este fenómeno.

De hecho, se estima que este órgano ocupa alrededor del 40% la energía metabólica de nuestro cuerpo. Eso significa que se tiende a calentar mucho más que otras partes. Por eso mismo, creen que al bostezar, nuestras cavidades orales y nasales se llenan de aire, nuestras mandíbulas se abren aumentando el flujo de sangre y entre el proceso de inhalar y exhalar, se crea una “corriente” de aire que termina enfriando nuestro cerebro.

Otro estudio analizó lo mismo con ratones y también pudieron determinar que el bostezo incidía en la reducción de la temperatura en sus cerebros. Así que sí, puede ser que esta acción sea una respuesta termoreguladora de nuestro cerebro (al menos para quienes lo usan harto).

Ahora, por qué es contagioso (entre el 60% y el 70% de las personas bostezan si ven a otro hacerlo), se dice que tendría que ver simplemente con el funcionamiento de nuestro cerebro y no necesariamente porque seamos más o menos empáticos, aunque sí se da más en las personas que presentan niveles más altos de empatía.

El desgraciado hipo

El hipo es una contracción involuntaria del diafragma, lo que hace que inhalemos aire de una manera muy poco sexy. Por su parte, el diafragma es como una capa fina de músculo que separa a nuestro pecho de nuestro estómago y cuando inhalamos profundamente, se contrae, lo que es normal. Pero, ¿por qué a veces es incontrolable?

El culpable sería el nervio vago, que atraviesa desde el cerebro hasta el abdomen. El problema es que cuando se irrita, se genera estra contracción involuntaria que nos interrumpe en la rutina, o nos hace ver aún más ebrios de lo que estamos. Y entre las causas de esta irritación se encuentran inhalar mucho aire de una sola vez, el estrés emocional, comer en cantidades enormes y el consumo de alcohol.

Por suerte, es inofensivo, pero si llevas dos días seguidos con hipo, mmm… deberías ir a ver eso al doctor. (Psst, la efectividad de inhalar y exhalar para solucionarlo, no ha sido comprobada).

Ponerse rojo de vergüenza

Es un reflejo involuntario que se activa a través del sistema simpático nervioso, que es de donde viene la reacción de lucha o de huida. Por eso, cuando tenemos vergüenza liberamos adrenalina, se acelera nuestro ritmo cardíaco y de respiración, se dilatan nuestras pupilas y la energía se dirige hacia nuestros músculos. Y, desafortunadamente para los más vergonzosos, también se dilatan nuestros vasos sanguíneos, incrementando el flujo de sangre y la oxigenación de esta misma.

Extrañamente, las venas suelen no manifiestar cambios visibles cuando se trata de la liberación de adrenalina, excepto por las de nuestra cara. Al final, eso es lo que hace que nos pongamos tan rojos. Dato aparte: este fenómeno ocurre solo en los humanos.

Pipí cuanto tomamos alcohol

Saliste de fiesta, están haciendo micheladas y tu corazón dio un salto de felicidad. Te tomaste un par de vasos y ahora no paras de ir al baño. ¿Qué clase de brujería es esta? Te preguntas. Y la verdad es que no hay nada de magia negra involucrada en el asunto.

Todo esto, en realidad se debe a la hormona antidiurética ADH o vasopresina. Básicamente, lo que hace es inhibir la absorción de agua a nivel del nefrón (que es la unidad estructural del riñón, dedicada a limpiarlo y de las que tenemos más de un millón). O sea, hace que no retengamos los líquidos que ingerimos, lo que significa que pasan rápidamente a nuestra vejiga, algo que sirve para que nuestro organismo almacene más líquidos.

La podemos encontrar en el café, el té, el mate y la cerveza. Así que ya sabes a qué se deben tus incesantes idas al baño.

Flojera sobrenatural

Nuestro cerebro ha evolucionado para responder de manera positiva a recompensas naturales, como la comida, el sexo o el ejercicio. Aunque por una cuestión genética, no todos compartimos el mismo interés por esta última “recompensa”.

Para entender eso, un estudio de varios años con ratones separó a los roedores en dos equipos: a los que más les gustaba correr en su ruedita y a los que no tanto.

Con el paso de las generaciones (ya en la séptima era evidente), se dieron cuenta que los ratones del grupo atlético corrían diariamente 11,2 kilómetros, mientras que los más flojos corrían solo 6,4 kilómetros. Así que una de las principales conclusiones que sacaron al respecto fue que la flojera se debe, en parte, a una cuestión genética. ¡Muéstrale esto a tu mamá!

Pero no por eso hay que echarse a morir. Existen varias formas de fomentar nuestra voluntad a la hora de hacer ejercicio y en El Definido tenemos uno que otro artículo con recomendaciones para lograrlo

¿Qué otra explicación sobre conductas de nuestro cuerpo añadirías?

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Comentarios
Carolina Larenas | 2017-02-28 | 17:39
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No tengo las respuestas, pero me encantaría saber por qué sentimos mariposas en la guata cuando estamos nerviosos, por qué nos pica la nariz cuando tenemos ambas manos ocupadas, por qué nos da sueño cuando nos aburrimos y tantas otras dudas.
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Feño Lagos | 2017-03-07 | 00:34
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Interesante y divertido como siempre!
Pero no puedo evitar corregir un pequeño gran detalle: la hormona antidiurética no inhibe la reabsorción de agua en el nefrón, más bien todo lo contrario, actúa aumentándola.

De ahí el nombre antidiurética: inhibe la diuresis o en español, orinar.

En realidad el efecto del alcohol es sobre el hipotálamo, inhibiendo la liberación de ADH y por tanto el agua se nos escapa (si a eso le sumamos que la cerveza es casi sólo agua, entonces tienes la tormenta perfecta).

Aparte de eso, todo muy interesante, sobre todo lo de la flojera (una más a mi lista de excusas jajaja)
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