Apuesto a que más de una vez a la semana, partes el día con ganas de que termine para así poder estar en casa y descansar. Sin embargo, no eres el único que una vez que lo hace, no logra desconectarse; los mails en el celular no dejan de llegar sin importar la hora que sea y, probablemente, si se trata de algún tema importante, no dudarás en dejar lo que estabas haciendo (ver televisión, jugar con tus hijos, o simplemente descansar) y te tomarás el tiempo de contestar, aun te tome 5 minutos o 3 horas.

¿Será que esto nos sucede por miedo a perder nuestro trabajo? ¿O la sensación de que estamos dejando pasar una oportunidad? ¿Acaso aquellos que nos envían mails, tampoco descansan? Son preguntas difíciles de contestar, pero Francia encontró una solución y se trata de la llamada Ley "El Khomri", en honor a la ministra del Trabajo Francesa que la promovió, Myriam El Khomri, que se puso en marcha este recién pasado 1 de enero de 2017.

Necesidad de desconexión

Este cambio quiso impulsarse para defender el descanso de los trabajadores franceses. Un 37% de los activos usan herramientas digitales profesionales fuera de los horarios de trabajo y un 62% estaba a favor de su regulación, según un estudio del gabinete Eléas.

Por eso, la medida, que se inserta dentro de una amplia (y controvertida) Reforma Laboral, viene como anillo al dedo. ¿Y en qué consiste específicamente?

Para garantizar el derecho de los trabajadores al descanso, y para promover una vida equilibrada entre el trabajo y la vida privada, las empresas con más de 50 empleados deberán regular el uso de las tecnologías de comunicación (mensajerías y correos electrónicos o teléfonos móviles). O sea, deberán reunirse con los trabajadores y llegar a un acuerdo del uso de los aparatos tecnológicos durante y después del trabajo.

"La ley no exige apagar el smartphone profesional al llegar a casa, ni a la empresa a cortar los servidores a las seis de la tarde. No estaría adaptado al caso de una empresa que trabaja a nivel internacional”, explica el abogado laboral Patrick Thiébart, quien es entendido en esta materia. “No hay unas instrucciones de uso concretas. A cada empresa le corresponde encontrar sus soluciones a medida”, agrega.

Por eso es clave la flexibilidad en esta nueva ley, porque la idea no es perjudicar a nadie. Y aunque la norma tampoco contempla sanciones en caso de incumplimiento, sí es un gran avance en cuanto a la defensa del derecho al descanso, pues desde este año, los trabajadores franceses podrán decidir si aceptar o no la política de la empresa al respecto.

De llegar a acuerdos convenientes, significará que una vez que lleguen a sus casas, finalmente podrán disfrutar de la tranquilidad de la desconexión, sin cargar con la responsabilidad de responder el teléfono, whastapps, o mails. ¡Adieu!

¿Qué les parece? ¿Creen que en Chile funcionaría una ley como esta?