Cuba, Fidel Castro, EE.UU., Donald Trump, Partido Comunista Cubano, economía, política
Imagen: César Mejías

Cómo queda Cuba sin Fidel

La muerte del histórico líder de la revolución cubana, ocurre en momentos en que la isla se encuentra estancada económicamente, con un sistema político rígido, sin una sucesión clara en el poder, pero que ha conseguido avances sociales envidiables para muchos países de América Latina.

Por Tomás Croquevielle @kroque1989 | 2016-11-28 | 12:30
Tags | Cuba, Fidel Castro, EE.UU., Donald Trump, Partido Comunista Cubano, economía, política
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Más allá de la ideología, la mística y el recuerdo de la Guerra Fría, la isla de Cuba es única dentro de la región y ha alcanzado ciertos avances sociales destacables para una región en donde en muchos lugares reina la precariedad, y un sistema político de partido único diferente al de sus vecinos.

Al mismo tiempo enfrenta desafíos similares a los de cualquier país latinoamericano, como la pobreza, la dependencia económica de las materias primas y la falta de renovación política.

Pero, ¿cómo es la Cuba que dejó su carismático líder Fidel Castro? Para entender mejor lo que significa su muerte y lo que se viene ahora, en El Definido les contamos más detalles sobre el estado actual de la isla y su contexto.

Lejos del referente revolucionario de antaño

Cuba ya no es la misma de antes mijito, podrían decir las abuelas cubanas a sus nietos, sean o no seguidoras de Fidel. ¿Por qué? Varias razones, pero primero, por el cambio de estilo de la revolución.

Por buena parte de la segunda mitad del siglo XX Cuba financió, armó y entrenó a fuerzas guerrilleras en países como Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Chile (el Frente Patriótico Manuel Rodríguez), además de haber enviado tropas a combatir en Angola, África, tras el desmoronamiento de la Unión Soviética (que había sido el más importante soporte económico de su economía socialista régimen). Pero después de todo, Castro llegó a la conclusión que la lucha armada para transformar las sociedades ya no tenía sentido.

Por lo que para comienzos del siglo XXI, la Cuba castrista empezó a apoyar el denominado "Socialismo del Siglo XXI" de la Venezuela de Chávez, impulsado a los partidos y líderes de izquierda latinoamericana, como Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega, entre otros. Buscando "exportar", más de manera simbólica que concreta, la revolución por medios democráticos.

Sus avances sociales

En los casi 58 años de gobierno del Partido Comunista de Cuba, la isla ha conseguido avances sociales y desarrollos humanos destacables para un país con una economía pequeña y un ingreso per cápita relativamente bajo.

Medir la pobreza en Cuba es complicado, pues la mayoría de las mediciones internacionales no incluyen la gran cantidad de productos de la "canasta básica" entregada a sus ciudadanos de forma, aunque racionada.

Entre los éxitos que la isla se puede anotar son: la ausencia de la desnutrición infantil, algo que la misma Unicef le reconoció en 2009; la tercera esperanza de vida más alta de América Latina(solo detrás de Chile y Costa Rica) con una media de 79,1 años; una tasa de alfabetización entre adultos(mayores de 15 años) de un 100%, junto a una transmisión de la enseñanza primaria a la enseñanza secundaria de un 99%en 2011; la erradicación de la transmisión en el embarazo del VIH y el sífilis, reconocido por la OMS el año pasado.Por otro lado, Cuba, un país de apenas 11 millones, tiene más de 50 mil médicos prestando servicios en 66 países de América Latina, África y Asia.La isla además cuenta con la peculiar distinción de ser el único país del mundo con desarrollo sostenible, según la Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés).

Pese a carecer de una democracia plena, Cuba tiene el tercer nivel mas bajo de percepción de la corrupción en Am. Latina, con 47 ptos. en el último informe de transparencia internacional (siendo 0 nada de corrupción y 100 total corrupción), superando a democracias consolidadas como Argentina, Brasil y Colombia. De izq. a der. Hugo Chávez, Fidel Castro y Evo Morales.

Pese a todos estos avances sociales, la Cuba que deja Fidel mantiene importantes carencias económicas, políticas y de DD.HH., que han sido visibilizadas principalmente por los detractores del régimen castrista y que no han sido mejoradas. Se transforman en un desafío en esta nueva etapa.

Una economía dependiente, una política rígida

El hermano y sucesor de Fidel, Raúl Castro (al mando del país desde 2006), ha impulsado un buen número de reformas económicas, pero no se ha hecho realmente frente a los problemas estructurales de la economía de la isla, que aún es muy dependiente de los préstamos internacionales y subsidios internaciones.

Y es que el mismo mandatario de Cuba ha reconocido que este 2016, el PIB de la isla solo crecerá un 1%, la mitad de lo que se había planificado, lo que justificó, en gran medida, por la "contracción en los suministros de combustible pactados con Venezuela”. Crudo que desde la llegada de Chávez al poder, es vendido a un precio preferencial a la isla.

Según las autoridades cubanas, desde abril de 2013 a junio de 2014, el daño al comercio exterior en Cuba producto del embargo estadounidense habría ascendido a US $3.900.

Por otro lado, persisten bajas tasas de inversión (menos del 12% del PIB), débiles incentivos a la producción, bajos salarios que imposibilitan el ahorro y sobre regulaciones que no permiten una mayor integración del sector no estatal a la dinámica de la economía nacional. Además la situación política, aunque mejor que en décadas pasadas, aún se encuentra bajo una lógica de la guerra fría. Recién el 2013, se les permitió a los cubanos salir "sin permiso" de la isla. Pero, aunque las restricciones han disminuido, el sistema político sigue controlado por un solo partido y no existen elecciones presidenciales (solo parlamentarias y municipales), impidiendo objetivamente el desarrollo de una democracia plena.

Esto ha significado que la situación de los DD.HH. y su protección se mantenga débil. La represión en Cuba ha sido denunciada muchas veces y organizaciones como Amnistía Internacional (que no tiene permiso de entrar a la isla desde 1990) asegura que hasta hoy, en la isla se mantienen las "fuertes restricciones de la libertad de expresión, asociación y circulación". En donde, según la ONG, han habido miles de "casos de hostigamiento y detenciones arbitrarias de personas críticas con el gobierno".

Sólo el 25 % de la población cubana usa Internet, y sólo un 5% de los hogares tiene conexión, siendo el país menos conectado de América.

En 2007 el Consejo de Derechos Humanos de la ONU removió a Cuba de su lista de países que requieren vigilancia especial, por lo que la violación de estos derechos no es completamente generalizada como en otras dictaduras o regímenes no democráticos del mundo.

La incógnita de la sucesión

Fidel Castro tenía 90 años al morir, Raúl Castro 85 y los históricos de la revolución de 1959 prácticamente han ya desaparecido. Solo quedan el comandante Ramiro Valdés o el segundo secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), José Ramón Machado Ventura, y salvo por el vicepresidente primero, Miguel Díaz Canel, de 56 años, no existe una verdadera sucesión.

En marzo de 2009, Raúl Castro realizó una drástica remodelación ministerial. A la cabeza de los caídos estuvieron dos pesos pesados, considerados los herederos naturales de la revolución debido a su cercanía con Fidel : el ex vicepresidente Carlos Lage (izq.) y el exministro de RE.EE. Felipe Pérez Roque (der.)

Desde la llegada al poder del hermano menor de Fidel, Raúl, se ha renovado en casi un 80% el Consejo de Ministros y la cúpula del Estado, posicionando al frente de muchos organismos estratégicos a cuadros de su confianza y altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), cuyas corporaciones empresariales controlan el 60% de la economía. En el VI Congreso del PCC (2011), Raúl Castro admitió que no había una “reserva de sustitutos maduros y con experiencia suficiente para asumir el relevo en los principales cargos del país”.

En dicha ocasión, el mandatario promovió la limitación a dos períodos de cinco años para ejercer cargos públicos y anunció que abandonará el Gobierno en 2018, para darle paso a una nueva generación de dirigentes. ¿Quién será el que ocupará el sillón de mandatario? Probablemente la respuesta no esté tan clara para los isleños.

¿Volverá Trump a la Guerra Fría?

Tras la muerte de Fidel Castro, las respuestas entre el saliente Presidente de EE.UU., Barack Obama, y el Presidente-electo Donald Trump no pudieron haber sido más disimiles.

Mientras el primero ofreció sus condolencias al pueblo cubano, por la muerte de su histórico líder, el segundo calificó al fallecido de "brutal dictador", dando la idea de que este enterrará la política de acercamiento Washington a la isla impulsado en 2014 por Obama y Raúl Castro, una vez que asuma la presidencia este 20 de enero.

Sin embargo, durante las primarias, el entonces precandidato republicano había considerado como "positivo" que se retomaran las relaciones diplomáticas entre ambos países. Solo en el tramo final de la campaña electoral estadunidense, la posición de Trump cambió en busca del voto anticastrista de Florida, asegurando que revertiría la apertura hacia la isla, la cual ha incluido la restauración de vuelos comerciales entre ambos países y el levantamiento de restricciones a ciertas actividades empresariales en la isla, a menos que el régimen impulse la inmediata democratización del país.

Ya sea en economía, política o relaciones internacionales, la partida de Fidel Castro, significa un punto de inflexión para Cuba luego de toda su historia tras la revolución de 1959. Aunque hace años que gobierna su hermano Raúl, la desaparición de la figura de Fidel tendrá ciertamente un impacto. Su futuro es incierto aún, y los ojos internacionales estarán puestos sobre esta isla que, para bien o para mal ha marcado y seguirá marcando la historia y la discusión política de América Latina y el mundo.

¿Qué significa para ti la partida de Fidel Castro? ¿Crees que el rumbo de la isla cambie en los años que vienen?

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Comentarios
Pedro Hargous | 2016-11-28 | 17:46
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Si los "avances sociales" de Cuba son tan envidiables y maravillosos, ¿porqué 1,5 millones de Cubanos (más del 10% de la población) huyó a Estados Unidos (donde no gozan de tales "beneficios"), cruzando un mar infestado de tiburones, a veces en balsas improvisadas e incluso en tinas de baño?
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Damián | 2016-11-28 | 00:23
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Precisamente porque derechos básicos como la salud y la educación no pueden darse a costa de la privación de un derecho inherente y esencial del ser humano el cual es su libertad.
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Will Mesa | 2017-07-02 | 07:36
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¿cómo es la Cuba que dejó su carismático líder Fidel Castro? Muy buena pregunta. Como Cubano, puedo decir que desde que los hermanos castros se apoderaron de Cuba, la "perla del Caribe" ha sido y tadavia es,un lugar donde impera las tristeza y el abuso, en contraste con la alegria y la apertura de antaño. No hay que olvidar que el dictador Fulgencio Batista perdono a Fidel despues del ataque al cuartel Moncada Fidel nunca perdono a sus enemigos. En cuanto al carisma del lider de la revolucion Cubana, tampoco hay que olvidar que muchos de los lideres politicos de siempre han sido muy carismatico. Se dice que Hitler experimentaba un orgasmo cada vez que daba un discurso. Yo estuve siete horas frente a un telivisor escuchando un discurso del carismatico Fidel. La verdad es que no se si tuvo un orgasmo. Lo que si se es que yo casi me muero de aburrimiento.
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