No es oficial, pero ya se considera a PPK como el futuro presidente de Perú. Son las elecciones más reñidas de Sudamérica en los últimos 25 años y los resultados son cada vez más estrechos. Pero con un 99,8% de las actas contabilizadas, el candidato sigue manteniendo su triunfo (50,12%) frente a Keiko Fujimori (49,87%), diferencia que la candidata ya no puede revertir sin recurrir a un recuento de votos. ¿Quién es este personaje que ocupará el sillón de la presidencia?
Pedro Pablo Kuczynski (PPK) no era el favorito de las encuestas y hace solo unos meses no se encontraba siquiera entre los tres candidatos con más posibilidades, si no que en un distante cuarto lugar en los sondeos. Pero una serie de eventos fortuitos, como fue la eliminación por parte de la Junta Nacional de Elecciones (el equivalente peruano de nuestro Servel) de los candidatos de la primera vuelta, Julio Guzmán y Cesar Acuña, quienes se encontraban en segundo y tercero respectivamente en las encuesta, lo posicionó como el rival más fuerte contra la gran favorita Keiko Fujimori.
Tampoco lideraba las encuestas previas a la segunda vuelta, solo días antes de la elección se encontraba a unos 5 puntos porcentuales debajo de las encuestas. Sin embargo la ola antifujimorista que se generó frente a la gran posibilidad de que llegara al poder la hija del ex Presidente Alberto Fujimori (quien cumple condena por violaciones a los Derechos Humanos y corrupción), y que con ella volvieran las prácticas autoritarias, antidemocráticas y clientelares que caracterizaron la gestión de su padre (1990-2000), como ha sido catalogado su gobierno, produjo que candidatos de la primera vuelta que estuvieron en las antípodas ideológicas de PPK, como Veronika Mendoza del izquierdista Frente Amplio, llamaran a votar por él para “cerrarle el paso al fujimorismo” .
Esto último pareciera haberle dado el impulso final que necesitaba para dar vuelta el marcador y lograr una estrecha (e infartante) victoria virtual, manteniéndose puntero con un 50,12%, cuando solo quedan alrededor de un 0,2% de actas por contabilizar.
También ayudó el hecho de que, a pocas semanas de la elección se revelará que a Joaquín Ramírez, congresista y Secretario General de Fuerza Popular, el partido del fujimorismo, estaba siendo investigado por la DEA, (la agencia estadounidense contra el narcotráfico internacional) por acusaciones de lavado de dinero.
Gracias a esos factores, entre otros, una vez oficializados los resultados, PPK juraría como presidente el próximo 28 de julio en el Congreso peruano.
Con 77 años, este empresario liberal era el candidato de los inversionistas y los mercados, que abogó a lo largo de su vida por la economía de libre mercado, la desregulación y las privatizaciones, a su vez que ha sido un fuerte defensor de la institucionalidad democrática, la separación de poderes y la igualdad ante la ley.
PPK tiene una biografía atípica. Su padre, Maxime Kuczynski, fue un médico de ascendencia judeo-polaca pionero en el tratamiento de enfermedades tropicales, lo que significó que, por sus investigaciones, un pequeño PPK pasara su infancia en lugares tan diversos del Perú como Iquitos, Puno y Cuzco.
Luego estudió en el elitista Markham College de Lima, terminando la secundaria en Reino Unido desde y comenzó sus estudios universitarios de Composición Musical en Suiza. Estudió además flauta y piano en la Royal Academy of Music de Londres, luego Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Oxford. Finalmente hizo un Magister en Administración Pública en la Universidad de Princeton gracias a una beca. “Una cosa poca”, como diríamos en buen chileno.
Con solo 22 años ingresó a trabajar al Banco Mundial, en donde participó de diversos proyectos latinoamericanos. En 1966 fue nombrado gerente del Banco Central, y tras el golpe militar de 1968 tuvo que partir al exilio en EE.UU., donde volvería a trabajar en el Banco Mundial. A su vuelta al país (1980), luego de trabajar en proyectos relacionados con la industria minera africana, fue nombrado ministro de Energía y Minas.
Se retira temporalmente del mundo público encabezando los directorios del banco Credit Suisse International, Westfield Capital y otra decena de empresas, la mayoría relacionadas con el rubro energético o minero.
Con la llegada de Alejandro Toledo (2001-2006), PPK vuelve a la política como ministro de Economía y Fianzas, pero renunció a su cargo tras masivas movilizaciones de trabajadores del sector eléctrico que se oponían a sus políticas de privatización. Volvió al cargo en 2004 y luego presidió el Consejo de Ministro hasta el fin de la administración de Toledo.
En 2011 lanza su primer intento de llegar al Palacio Pizarro (el equivalente peruano a nuestro palacio de La Moneda) y para sorpresa de muchos, quedó en tercer lugar con el 18,5% de los votos. Tras los cuestionamientos de sus rivales, el año pasado renunció a la nacionalidad estadounidense que poseía.
La discusión de esta elección giró en torno a la falta de seguridad pública y la corrupción, alimentado por el hecho de que Perú actualmente padece de una de las tasas más altas de victimización en la región, y de un sostenido crecimiento del crimen organizado, dedicado a actividades como el narcotráfico, muchas veces facilitado por las autoridades, y la falsificación de divisas.
- Seguridad y transparencia
A diferencia de Keiko que prometió una “mano dura”, ha defendido la necesidad de impulsar una política anti delincuencia “inteligente” en donde se analice bien el auge del crimen, enfocándose en los puntos neurálgicos, por lo que ha considerado como necesario el revivir el sistema de inteligencia policial.
A su vez, ha prometido elevar los salarios y pensiones de las policías y las Fuerzas Armadas. Además, reformar el Poder Judicial e implementar penas acumulativas en casos de violación, matanzas y corrupción.
En relación a la problemática del narcotráfico su objetivo a mediano plazo como Presidente es poder reducir las hectáreas de cultivo de coca desde las 42.900 que según la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) había en 2014, a unas 25 mil al fin de su mandato en 2021.
En materia de corrupción, PPK defiende el fortalecimiento de la Unidad de Inteligencia Financiera y la implementación de un “sistema nacional anticorrupción”, que haría que los delitos de corrupción sean imprescriptibles. Al mismo tiempo que implementaría la “ficha limpia” y “la muerte civil” para los funcionarios implicados en casos de corrupción.
- Economía
Los temas económicos son relevantes por la combinación de la desaceleración económica que enfrenta Perú y la existencia de una enorme cantidad de gente que no ha sido beneficiada con el sostenido crecimiento económico, pero pasaron a un segundo plano en la campaña de la segunda vuelta. Esto en gran medida porque ambos candidatos se caracterizan por un programa de derecha en donde se defiende el modelo económico actual.
Aún así, en materia económica, que sigue siendo su fuerte dada su larga experiencia, PPK asegura que lo que el país necesita no son más leyes, sino la “implementación de políticas claras”. Por esto, ha prometido eliminar los trámites que dificultan la inversión, otorgando incentivos tributarios a las Pymes y reduciendo desde el próximo año un punto porcentual anual el impuesto General a las Ventas (equivalente de nuestro IVA), hasta un 15% en 2019, desde el 18% actual.
Propone impulsar la industrialización del cobre (la principal exportación del país), buscando la diversificación de la economía, duplicar el turismo y promover los grandes proyectos de riego para incrementar las exportaciones agrícolas y ganaderas. Ofreció además emplear el gas de Camisea (Cusco) para industrializar el sur del país y crear de un banco encargado de apoyar a los mineros artesanales para que puedan vender su producción de oro de manera formal.
- Políticas sociales
Buscando alejarse del perfil frío y tecnocrático con el que se le conoce, PPK ha tratado de ganarse el apoyo de las clases populares y medias (más proclives a votar por la izquierda o el fujimorismo), prometiendo que en su futuro gobierno mantendrá y mejorará los programas sociales implementados durante la administración de Ollanta Humala.
A lo largo de la campaña PPK buscó alejarse de la imagen de " gringo" alejado de las preocupaciones de la gente |
Entre sus propuestas sociales se encuentra: la instauración de un seguro de desempleo, el aumento del salario mínimo a unos 950 soles mensuales (unos 190 mil pesos chilenos), la construcción de 25 mil colegios, el aumento de los sueldos los profesores, la creación del ministerio de apoyo a las regiones, y la ley de igualdad de salarios para el hombre y la mujer, entre otras propuestas.
Bueno, todas estas propuestas son promesas, y una vez en el poder, quedará comprobar si la capacidad de gestión del gobierno es capaz de cumplir con las expectativas de sus votantes.
Con respecto a la relación con nuestro país, un tema que nos atañe directamente, es posible pensar que PPK mantendrá las buenas relaciones, profundizando los lazos económicos entre ambos países. A diferencia de campañas anteriores las relaciones con Chile no jugó un mayor rol en el debate público peruano.
Después de la celebración con pisco peruano, PPK tendrá que hacer frente al hecho de que su futuro gobierno se encontrara en una posición muy débil en el Congreso. Su partido "Peruanos Por el Kambio", sacó el 16,46% de los votos en las elecciones generales del pasado 10 de abril, consiguiendo solo 18 escaños, de los 130 del parlamento unicameral de Perú, quedando relegado al tercer lugar en presencia parlamentaria, tras el Frente Amplio y Fuerza popular, los cuales obtuvieron 20 y 73 escaños respectivamente.
Peruanos Por el Kambio (PPK) es desde octubre de 2014 el nombre de la agrupación política del Presidente electo, caracterizado por ser un partido de centroderecha en Perú, que aúna e a una conservadores y liberales. La palabra "Kambio" está escrita con «K» para que el partido tenga las mismas iniciales que su líder Pedro Pablo Kuczynski, lo que denota el tinte personalista de la agrupación. |
La enorme presencia del fujimorismo en el parlamento, le permitirá a la oposición aprobar o rechazar leyes sin necesidad de tener apoyo de otros grupos políticos. Esto lo obligaría a negociar con el fujimorismo, tanto porque esta fuerza política contará con mayoría absoluta en el parlamento, como por el hecho que pese a las diferencias de estilo tanto Peruanos Por el Kambio, como Fuerza Popular, son fuerzas políticas que comparten una agenda política y económica similar. Dato "rosa": curiosamente en la segunda vuelta de 2011, PPK apoyó a Keiko Fujimori sobre Ollanta Humala, en gran medida por que tenía más cercanía sobre la economía con la dama del fujimorismo que con el actual Presidente.
En caso de no conseguirse un pacto de gobernabilidad entre PPK y el fujimorismo, existe el riesgo de que el país se entrampe en una guerra de poderes entre el ejecutivo y el legislativo, paralizando cualquier tipo de aprobación de leyes desde el parlamento. Esto sería perjudicial para un país que ha venido avanzado tremendamente en su institucionalidad democrática (PPK será el cuarto presidente democráticamente elegido de manera interrumpida, situación inédita en la historia del país) y en materia de reducción de la pobreza, la cual ha disminuido desde un 54,7% en 2001 a un 22,7% en 2014.