La exactitud no es opcional en las ciencias, es una característica inherente de ella. Un gramo más o menos puede significar la diferencia entre el descubrimiento del siglo y el titular "científico loco hace explotar su casa". Pero no se limita solo a números, sino también a las palabras propias del medio.
¿Se imaginan un paper científico hablando de una "cuestión" que hace "así como una gran explosión" con una fuerza equivalente a "un cornete del Manny Pacquiao"? No niego que sería divertido (¡y mucho!), pero claramente se necesita de términos horizontales que sean entendibles y aplicables por otros científicos.
Muchos de estos términos del día a día científico se han incorporado al vocabulario del ciudadano promedio por su utilidad, aunque perdiendo en el camino parte de su rigurosidad. En la mayoría de los casos se trata inocentes desviaciones ante las que sólo un científico extremista apretaría los dientes, pero en ocasiones pueden ser utilizados para manipular nuestro consumo, por ejemplo, de alimentos.
¿Curioso por conocer algunos de los ejemplos más típicos? Aquí destacamos 8 de ellas con la asesoría de Ricardo Doberti, ingeniero en biotecnología molecular y gerente de operaciones de R2B Catalyst, hub científico destinado al desarrollo de negocios.
Si alguien dice que la evolución de las especies o el cambio climático (o la gravedad) son "solo teorías", tienes todo mi permiso para pegarle un SCIENCE SLAP en toda la cara.
Sí, son teorías, pero no son solo teorías. A diferencia de una hipótesis, que es una explicación que debe ser apoyada por evidencia, una teoría se genera cuando existen suficientes de estas explicaciones aprobadas por la ciencia. Si bien existe una definición de teoría que la equipara con hipótesis, aquella jurada por científicos habla de una explicación bien sustentada y probada mediante observación y experimentación.
Decir que la evolución de las especies es "solo una teoría" es como decir que la Nutella es "solo chocolate". No lo es ¿ok? Si deseas profundizar en este tema, recomiendo "Evolución: El mayor espectáculo sobre la Tierra" del biólogo Richard Dawkins, quien le dedica el primer capítulo del libro a "¿Solo una teoría?".
Jurassic Park, además de engañarnos con velociraptores que distan bastante de cómo se piensa que eran, nos acostumbró a llamar "dinosaurio" a todo: desde el pterodáctilo hasta el amigo que insiste en usar un walkman.
Curiosamente, y para shock personal, los dinosaurios son solo un sub-subgrupo de los saurópsidos. Este grupo taxonómico incluye también a los pterosaurios (como el pterodáctilo), mesosáuridos (como el mesosaurio), las tortugas, los lagartos, aves y cocodrilos. O sea, un pterodáctilo, desde el punto de vista taxonómico, es tan dinosaurio como un pajarillo.
¿Qué distingue, entonces, exactamente a un dinosaurio? Para ser precisos, hay que limitarnos a llamar "dinosaurio" solo a reptiles vertebrados terrestres que hayan vivido desde el inicio del Jurásico (hace unos 200 millones años) hasta el final del Cretácico (hace 66 millones de años). Si vuela, nada o vivió fuera de esos años, no es un dinosaurio.
A diferencia de la generalización que sufre el término "dinosaurio", con fósil pasa lo contrario.
Un fósil es cualquier prueba de existencia de un organismo que tenga, según el consenso científico, al menos 10 mil años. Es decir, no solo huesos son fósiles, sino también huellas, nidos, marcas de piel, madrigueras e incluso mierda. Sí, dije mierda (siempre que tenga 10 mil años al menos).
Si lo orgánico es bueno o no, lo dejaremos para otro día, ahora tocaremos un tema aún más fundamental ¿Es lo orgánico orgánico? Claro que sí ¡como prácticamente todo lo que observamos!
"Algo orgánico es cualquier cosa que en su composición tenga carbono e hidrógeno, y dentro de esa definición se da que cosas como el petróleo, solventes de pintura y ciertos tipos de ácidos", nos dice Doberti. "A fin de cuentas, decir que un alimento es orgánico es no decir nada, porque todo lo que comemos es orgánico", agrega.
¿Qué impide, entonces, que nos vendan productos "orgánicos" que no cumplen con los requerimientos de lo que nosotros consideramos tradicionalmente "orgánico"? Este es un punto polémico, ya que desde hace años existen voces que nos previenen sobre el uso indiscriminado de términos como éste ¿Quién o qué puede determinar la "organidad" de un tomate o un pedazo de carne?
Para evitar caer en el hype marketero, podemos partir por hablar en términos más concretos. "Se puede ocupar el término ‘alimentos ecológicos’ para referirse a aquellos que no fueron obtenidos usando pesticidas, herbicidas o fertilizantes sintéticos", aconseja Doberti.
Otro término adorado por los gerentes de marketing gringos: "All natural". El mensaje detrás del término es "saludable", porque si está presente en la naturaleza (su definición) debe ser sano ¿No?
"El uranio es natural y si te inyectas suficiente vas a morir", dice Dan Kruger, biólogo de la Universidad de Michigan. Ocurre lo mismo con una larga lista de elementos naturales que nos matarían en pocos minutos. También existe una no menos larga lista de compuestos creados por el hombre que son perfectamente seguros y saludables.
Mientras sigamos equiparando "natural" con "saludable", el marketing nos seguirá metiendo el dedo en la boca toda las veces que quiera.
Tal es la mala fama que tiene la palabra "químicos" que de solo escribirla siento que mi riesgo de sufrir cáncer se dispara ¡y nada más lejos de la verdad!
"Libre de químicos" es otro sinónimo que el marketing ha apadrinado para decir "orgánico" (que, ya sabemos, es erróneo). Si somos rigurosos, algo "libre de químicos" contradice los fundamentos mismos de la existencia porque ¡todo tiene químicos!
"Sería parecido decir ‘¿Sabes cuanta materia tiene esa carne?’ o ‘Ese helado que te estás comiendo tiene pura sustancia’", dice el ingeniero.
"Lo más curioso es que es usado de manera despectiva, como si el hecho de que las cosas estuvieran hechas de químicos fuera algo malo. Hasta la gente está hecha de puros químicos”, agrega.
¿Se han topado con noticias sobre drogas o dispositivos mágicos que curan enfermedades? El culpable en muchos casos es una simple palabra en contextos distintos.
Para un científico, un resultado "significativo" tiene que ver con su distancia de un valor referencial, la que es suficiente para descartar el azar. El problema es que para un periodista, es un sinónimo de "importante" (de ahí que sea común que en la prensa se exageren los resultados de algunos estudios). Es decir, en las ciencias un resultado puede ser estadísticamente significativo y, al mismo tiempo, no tener mayor relevancia en el panorama general. Este punto lo tratamos en mucho más detalle en este otro artículo sobre cómo interpretar los estudios científicos.
El escéptico suele ser entendido como el "mono porfiado", que por mucha evidencia que se le muestre no sale de su estado de negación, ej: los escépticos del cambio climático.
El escepticismo es una doctrina filosófica que considera que no hay ningún saber firme, ni puede encontrarse ninguna opinión segura, por lo que se requiere de evidencia sólida para sustentar una tesis. Para el astrónomo Carl Sagan, una de las deidades de las ciencias, ser escéptico era un requerimiento para encontrar la verdad: "el escrutinio escéptico es el medio, tanto en la ciencia y la religión, por el cual los pensamientos profundos pueden ser separados del más profundo sin sentido". Eso significa que, una vez llegada la evidencia, el paso lógico para el escéptico es aceptar la verdad.
Es decir, los "escépticos" del cambio climático no son verdaderos escépticos; son giles simplemente.