Así como lo indicó The New York Times, uno de los grandes problemas que tenía Florencia con uno de sus lugares más históricos y turísticos, eran los grafitis.

Algunas - bastantes - personas de las que pasaban por el Duomo de Santa María del Fiore, una catedral construida en 1294 y famosa por su construcción neogótica y diseñada por Giotto di Bondone, uno de los artistas pioneros del Renacimiento, no encontraban nada mejor que dejar su marca para la posteridad, rayando las paredes del lugar.

Los carteles puestos en distintas partes de las paredes, que imploraban a los visitantes no escribir en los muros, fueron un fracaso. Tanto así, que no faltó quien rayó encima de dicho cartel.

Nombres, fechas, mensajes políticos, sentimientos - para ese que se sintió poeta justo cuando estaba ahí - reflexiones y, por supuesto, las famosas declaraciones de amor. Eso y mucho más se podía ver cada vez con más frecuencia en las paredes del Duomo.

Fue así como decidieron utilizar el mundo moderno para proteger los recuerdos del mundo antiguo, creando la forma de que las personas dejaran sus mensajes, pero como grafitis virtuales.

Todos los grafitis para la eternidad en el Duomo, pero online

El diario estadounidense puso algunos ejemplos de los grafitis más insólitos que las personas dejaron.

Desde "no me gusta esta escalera", pasando por "Cate, me quiero sacar contigo", escrita en noviembre de 1999, hasta las más recientes; "28 de febrero 2015 - Jackie + Denise - Nueva Jersey".

Este último fue escrito en la campana de bronce del Duomo, hecha en el siglo 18, y como si eso no fuese suficiente, lo escribieron con lápiz rojo.

Ya con las ideas agotadas y esfuerzos inútiles para intentar concientizar a las personas a no rayar la histórica catedral, decidieron limpiar absolutamente todas las paredes del lugar, pero no sin antes dejar un lugar para los grafitis.

Su solución fue la digitalización de los mensajes. Hoy se pueden apreciar tres tablets en el Duomo, específicamente donde está la campana - Campanario de Giotto, el Campanile -, para que así todo aquel que se sienta romántico o poético, pueda dejar su grafiti pero en la pantalla. Así, el lugar histórico no será dañado por un lápiz.

El visitante, al utilizar la pantalla para dejar su mensaje, puede elegir el fondo en el que quiere escribir; madera, mármol, hierro o yeso, tal como puedes encontrar en el monumento.

Después, viene la herramienta de escritura: ¿Lápiz labial o aerosol? ¿Plumón o lápiz pasta? El que tú quieras puede ser, y con cualquiera serás capaz de utilizar tus dedos para dejar tus declaraciones de amor, momentos de inspiración de poeta o qué otra cosa se te ocurra.

Lo mejor de todo, es que si antes año a año se borraban los grafitis -por lo que si tú fuiste alguno de los que dejó su "marca para la eternidad", bueno, no hay forma sutil de decirlo... fracasaste en tu misión- ahora sí que quedarán para toda la eternidad y los siglos de los siglos, porque los grafitis serán almacenados en un sitio web y podrán ser vistos en línea.

Resultados esperanzadores

Para todo aquel que desista de utilizar las nuevas pantallas y siga con su plan de rayar las paredes, un cartel explica que ese mensaje será borrado de forma inmediata. Ni siquiera esperarán al siguiente año para borrarlo.

Así, la estratega de medios de la Opera de Santa María del Fiore ‒institución que supervisa la catedral–, Alice Filipponi, dijo al diario estadounidense que su objetivo "es permitir que la gente pueda dejar su testimonio sin manchar las paredes nuevamente".

Beatrice Agostini, arquitecta de la Opera de Santa María del Fiore, que mantiene en pie la catedral, explicó que esta parece ser la solución más amigable para los turistas, porque hasta poner cámaras es complicado por lo estrecho de los espacios.

Agregó, además, que de esta forma no hay daño al monumento, el cual se daña cada vez que hay que eliminar los grafitis, y que de hecho cuando se hace en mármol es casi imposible sacarlo.

Esta iniciativa ha dado muy buenos resultados. De hecho, en los primeros tres días contaron con más de 3 mil visitantes y un total de 304 mensajes digitales, y absolutamente ningún nuevo grafiti en las paredes.

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