Tres centímetros. Eso es lo que mide la Bionic Spine, o en español, "columna vertebral biónica" y sólo unos pocos milímetros de ancho. Su objetivo principal es claro y prometedor: hacer que personas con parálisis o prótesis puedan volver a caminar, utilizando su mente.
No sólo caminar, sino recuperar su movilidad en caso de personas que hayan perdido, por ejemplo, un brazo, y sin la necesidad de otro motor más que el subconsciente. Según informó The Guardian, las personas detrás de este avance médico son científicos australianos, quienes ya hicieron las primeras pruebas en ovejas.
Los investigadores son del Hospital Royal Melbourne, la Universidad de Melbourne y el Instituto Florey de Neurociencias y Salud Mental.
La idea es que este dispositivo sea capaz de encontrar otra vía para conectar los pensamientos con las acciones del cuerpo, en lugar de usar la vía dañada. A su vez, su funcionamiento está ligado a extremidades biónicas, es decir de manos, brazos o piernas, y en el caso de quienes tengan parálisis, a un traje biónico.
Uno de los objetivos para los científicos australianos, es que la persona sea capaz de realizar los movimientos con los pensamientos a nivel subconsciente. Es decir, que no tenga que concentrarse o hacer fuerza mental para lograr mover el brazo biónico, sino que, como cualquier otra persona, pueda moverlo con el solo deseo de agarrar algo.
Para insertar el dispositivo, los doctores harán un corte en el cuello de la persona para poder ingresar el catéter que tendrá la columna vertebral biónica, la cual finalmente va inserta en uno de los vasos sanguíneos que van directo al cerebro. El dispositivo debe llegar hasta la corteza motora, lugar de donde provienen los impulsos nerviosos, los cuales inician los movimientos musculares voluntarios.
El catéter se retira y solo queda la columna vertebral biónica. Ésta tiene electrodos (conductores eléctricos que hacen contacto con partes no metálicas de un circuito) que detectan las señales de la corteza motora, las que son enviadas a un dispositivo que se coloca en el hombro, y es ese el que traduce las señales en comandos, que finalmente hará que las prótesis biónicas se muevan a través de bluetooth.
Este procedimiento fue calificado por los investigadores como sencillo, por lo que solo tomaría un par de horas
Esta investigación fue publicada en Nature Biotechnology.
El nuevo dispositivo se aplicará, el año que viene, en tres personas, seleccionadas en la unidad de médula espinal Austin Health, y las pruebas se llevarán a cabo en el hospital Royal Melbourne, en Victoria.
En una primera etapa se seleccionará personas con parálisis en los miembros inferiores, para ir probando el dispositivo de forma gradual.
Según dichos de uno del profesor Terry O'Brien, jefe del departamento de neurología del hospital, esta columna vertebral biónica es el "santo grial" de los investigadores de la tecnología biónica.
El procedimiento no sería complicado para las personas que estarán a prueba, según el co-investigador principal e ingeniero biomédico de la Universidad de Melbourne, el doctor Nicholas Opie.
"Este es un procedimiento que el personal del Royal Melbourne hace comúnmente para eliminar los coágulos de sangre," dijo Opie, solo que esta vez dejarán el dispositivo dentro.
También explicó después de la intervención, el procedimiento igual será extenso, porque las personas tendrán que aprender a pensar y mover las extremidades biónicas, hasta que con el tiempo esos pensamientos pasen al subconsciente y se haga de forma fácil y natural.
La columna vertebral biónica no pretende reparar las vías dañadas del cerebro, sino encontrar nuevas maneras de llevar las señales a las extremidades.
"Lo que está haciendo es poner una grabadora sobre las señales del cerebro y proporcionar a un conducto para mover la extremidad a través de esas señales sin pasar por la zona dañada", explicó el doctor.
Las esperanzas con este dispositivo son altas, pero no por ser un nuevo descubrimiento, sino por los avances que tiene. Con anterioridad se han creado dispositivos que intentaron llegar al objetivo, pero sin buenos resultados.
El mejor ejemplo fue en 2014, cuando Juliano Pinyo, un hombre parapléjico de 29 años utilizó un traje biónico que se controlaba mentalmente, que también tenía una intervención en el cerebro para introducir electrodos.
Sin embargo, solo fue eficaz hasta los doce meses, porque después de eso el cerebro empezó a tratarlo como un objeto extraño, y al rechazarlo se generó un tejido de cicatriz por encima del dispositivo.
¿Por qué ahora piensan que será diferente? Esta columna vertebral biónica es mucho más pequeña y mínimamente invasiva que todos los dispositivos anteriores. Aquello podría ser crucial para que el cuerpo lo acepte, pero sólo el tiempo lo dirá.
Esta investigación fue financiada por el Consejo de Investigación Médica de Australia y Nacional de Salud y el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Este último estaría motivado por la rehabilitación de los soldados heridos.
De tener éxito, se espera que también pueda ser utilizado para ayudar a personas con epilepsia, trastorno obsesivo-compulsivo o Parkinson, eso sí, con algunos ajustes antes.