¿Saben quienes lo pasan chancho? Los drones, aquellos artefactos voladores que no faltan en ningún evento deportivo, concierto y ataque militar estadounidense. Imagínense que se ponen en la fría y metálica piel de uno. Les aseguro que lo pasarían increíble. Chipe libre para merodear por todas partes, a una altura envidiable y con la opción de dejar cualquier edificio bajo nuestros invisibles pies.
Este chipe libre, que la gente fome y con corbata llamaría "falta de regulación", también tiene un lado oscuro al que estoy seguro que ustedes nunca cederían.
Espionaje, invasión a propiedad privada y daño a personas (cuando caen), son algunas de las razones por las que cada vez más gobiernos han regulado su uso mediante el requerimiento, por ejemplo, de licencias especiales.
Nuestro país fue pionero en Sudamérica en regular el uso de drones. La normativa, vigente desde abril del año pasado, especifica los lugares en los que pueden volar los aparatos en zonas pobladas y obliga a que tanto el dron como su operador obtengan una certificación.
Ahora, si un dron nos anda molestando y además no cuenta con permiso ¿Qué opciones nos quedan? ¿Dispararle? ¿Tirarle piedras? ¿Gritarle para hacerle entrar en razón?
Esta es una pregunta que fuerzas policiales y empresas privadas de todo el mundo se han hecho, y a la que han respondido de las formas más originales, futuristas y creativas. A continuación, 5 predadores naturales (y artificiales) de los drones.
Dicen que no se combate el fuego con más fuego, pero los drones sí se combaten con más drones.
Así lo entiende la policía de Tokio, institución que creó una unidad especial anti-drones compuesta por operadores que controlan grandes –adivinen– drones. Pero estos son de los buenos, porque cuentan con redes de 3x2 metros que atrapan como moscas a los bandidos del aire.
Reportes de diciembre del 2015, estimaban que esta curiosa fuerza policial llegaría a las 10 unidades para este mes.
Al otro lado del charco, en Estados Unidos, existe un dron de fabricante desconocido que también caza con redes a otros drones (e incluso personas), pero con la diferencia de que está contenida dentro de un arma que se gatilla en el aire.
El efecto, debemos decirlo, es más satisfactorio a la vista que la versión japonesa:
Seamos honestos, ondas de radio no es lo primero que se nos viene a la cabeza para derribar a un dron. Pero según Battelle Memorial Institute, son muy efectivas.
Esta organización estadounidense sin fines de lucro desarrolló un rifle de ondas de radio, llamado Drone Defender, que puede cortar la comunicación entre operador y drone a 400 metros de distancia.
Esto se logra gracias al campo electromagnético que dispara el arma, el que es capaz de interceptar las frecuencias que mantienen al dron en el aire.
"Es sencillo y neutraliza de forma fiable a la amenaza", comentaba el director técnico del proyecto en octubre del año pasado.
DroneShield es otra empresa estadounidense que logró algo casi tan cool como el candidato anterior: despliegan, en el lugar requerido, sensores acústicos que permiten identificar a un dron hasta a 45 metros de distancia. Si se registra a un invasor, la empresa avisa al encargado anti-drones del aeropuerto, prisión o evento masivo donde se haya instalado, para que actúe.
Se sabe que los productores de la última Star Wars recurrieron a los servicios de DroneShield para evitar fugas de información.
¿Qué tienen en común todas las anteriores? Tecnología, tecnología y más tecnología ¿Dónde quedaron los tiempos donde podíamos resolver nuestros problemas sin cables, sensores y ondas de radio? De Holanda nos llega una iniciativa novedosa y 100% natural.
Guard From Above es la primera empresa del mundo que entrena aves de caza para cazar drones. "Una solución de baja tecnología para un problema de alta tecnología", lo llaman.
Las águilas son entrenadas por expertos con décadas de experiencia, quienes potencian su instinto natural de caza para derribar drones de forma rápida y, gracias a las escamas de sus pies, sin sufrir consecuencias.
Actualmente la policía holandesa está probando los servicios de la empresa:
Aunque ninguna de estas opciones parecen muy ortodoxas, de lo que no nos podemos quejar es falta de creatividad. Sigan así, muchachos.