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Imagen: César Mejías

Si quieres vivir cien años, adopta estos 6 rasgos del estilo de vida de Okinawa

En esta isla japonesa habita la mayor proporción de personas que sobrepasan los cien años de edad en el mundo. Mentalidad, hábitos, alimentación, familia, amigos y espiritualidad confluyen para lograrlo. ¿Qué podemos aprender de ellos?

Por Benjamín Galilea | 2016-01-18 | 07:00
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Chouju significa "vivir muchos años" en japonés, y no es coincidencia que en este país asiático tengan una palabra específica para ello, pues es bien conocido que la esperanza de vida de los nipones supera los 83 años de edad, en promedio. Pero hay un lugar en el país asiático en que esa longevidad es aún más marcada:

Okinawa es la mayor de un archipiélago de 160 islas (Ryukyu) ubicadas al sur de Japón, que forman parte de la prefectura del mismo nombre; un paisaje paradisiaco con aguas turquesas y clima caribeño. Nadie pensaría que hace setenta años ese mismo mar, que rodea la isla, estaba cubierto de sangre. Más de ciento cincuenta mil civiles japoneses perdieron la vida, al verse atrapados en los combates entre su ejercito y la fuerzas aliadas, durante la campaña de Okinawa, poco antes de que la bomba atómica pusiera fin a la Segunda Guerra Mundial.

Hoy ya no hay muerte, al contrario, hay mucha vida, demasiada vida. Por cada cien mil habitantes, de la isla de Okinawa, se pueden encontrar treinta y cuatro personas que superan los cien años de edad, posicionando a esta pequeña isla como el territorio con la población mas longeva del mundo. ¿Cuales son los factores que explican que esta gente viva tanto tiempo?.

1. Vivir con un objetivo

Los habitantes de la isla basan su vida en un principio llamado ikigai o "razón de vivir" que significa tener claridad sobre el objetivo que uno tiene en la vida. Los ancianos dicen que si una persona tiene clara la razón por la que se levanta en la mañana, esa persona vivirá una larga vida.

Ahora, obviamente esto es fácil de decir, pero muy difícil de hacer y forma parte de la búsqueda de sentido de todo ser humano, no es algo propio sólo de japoneses. Lo que parece diferenciar a la cultura de Okinawa (al menos la más tradicional), es el esfuerzo racional por buscar, comprender y vivir esa "razón vital" conscientemente. En su charla TED, Dan Buettner narra que al consultar a personas longevas de Okinawa cuál era su ikigai, todos lo tenían absolutamente claro. ¿Tú serías capaz de responder esa pregunta?

Nuevamente, se trata de incorporar ese objetivo a todo lo que se hace (y en cierta forma, también amoldar las propias expectativas a ese destino), de modo que no se va al trabajo "a ganar dinero" y luego se sale a vivir la vida, sino que el trabajo forma parte de esa razón vital.

2. Deporte como estilo de vida

En Okinawa está muy extendida, sobre todo entre ancianos, la práctica del tai chi, que es un arte marcial de bajo impacto, en que se realizan ejercicios aeróbicos, anaeróbicos y ejercicios de flexibilidad, equilibrio y fuerza, por medio de movimientos lentos y fluidos. Además, se considera un arte espiritual, una especie de meditación en movimiento, y se caracteriza por permitir que la persona realice movimientos de relajación y movimientos que permiten tensar ciertos músculos al mismo tiempo. Todo lo anterior otorga, a quienes lo practican, tranquilidad mental e integridad física.

La práctica transversal de esta milenaria arte marcial china en la isla, se explica por una importante diferencia histórica de este territorio con respecto al resto de Japón. Hasta hace poco menos de 140 años, Okinawa formaba parte de un reino independiente, el reino Ryukyu, que comerciaba e intercambiaba alegremente con China, Corea, Japón y Tailandia, desde donde incorporaron rasgos genéticos, culturales y culinarios. De ahí que muchas características de los habitantes de Osaka difieran del resto del país del sol naciente.

Pero más allá de que los isleños practiquen deportes intencionalmente, lo más importante es su manera de ordenar su vida y entorno de modo que incluya de manera natural el ejercicio físico, que sea una vida activa. Sentarse y pararse frecuentemente, hacer sus mandados caminando, asear la casa personalmente y a mano. En el fondo, moverse permanentemente, no buscar artefactos que hagan las tareas por ellos.

3. No al stress

Otro aspecto importante, es el bajo nivel de tensión con que viven los habitantes de Okinawa, en severo contraste respecto a sus compatriotas de Tokio, que presentan altísimos niveles de estrés, al punto que un preocupante porcentaje decide poner fin a su propia vida. Y es que el clima sub tropical del que gozan los okinawenses y las bellas playas de aguas tibias, arrecifes de coral y arenas blancas, sumado a sus influencias culturales, parecen haber dado origen a una actitud de vida que tiene mucho en común con el de los relajados Hawaianos.

El Dr. Bradley J. Willcox, geriatra de Harvard Medical School, considera que el estilo de vida de Okinawa enseña valores, actitudes y conductas que conducen a lo que él llama una “personalidad resistente al estrés”. Willcox ha indetificado siete rasgos cuturales de los okinawenses que contribuyen a esta personalidad, en que el ikigai, los grupos de apoyo, la meditación y el deporte (todos los cuales mencionamos en otras partes de este artículo) aparecen listados. Pero hay otros que tienen que ver con la actitud hacia la vida:

Una de ellas es lo que se denomina taigai o “personalidad relajada”. Las personas de Okinawa viven la vida a su ritmo. Por ejemplo, si tienes una cita con alguien en la isla, esa persona –al igual que muchos latinos– llegará cerca de media a una hora atrasada; cosa realmente sorprendente en un país en que los atrasos de los trenes se miden en segundos. Ahí rige el “tiempo de Okinawa” y nadie se complica por ello.

Otra cualidad, según Willcox, del okinawense promedio, es una actitud positiva a toda prueba, que les permite “soltar” los sufrimientos pasados y disfrutar del presente. Lo anterior se ve reflejado en otro punto que el Dr. Willcox destaca, la ubicua frase “Nan kuru nai sa” o “todo saldrá bien” (más literalmente “las dificultades no vendrán), arraigada en una profunda fe en la buena fortuna para todo el que la merece. No se trata tanto de una frase de apoyo, sino de una verdadera convicción de que las cosas, de alguna manera, se arreglarán.

4. Meditación y espiritualidad

La paz mental es un aspecto muy importante para las personas en la isla, y es por esto que practican constantemente la meditación, actividad que ocupan para calmar el ritmo de vida y mantener a raya el estrés.

El budismo, religión cuya herramienta principal es la meditación- llegó a Okinawa en la época dorada de la cultura Ryukyu, y se mezcló con la religión principal denominada Ryukyuan, creencia que se caracteriza por la veneración de los ancestros y el respeto que existe entre los vivos, los muertos y los espíritus del mundo natural.

La meditación tiene muchos beneficios, que tienen amplia comprobación científica. Dentro de estas características positivas se encuentran las siguientes: mejora tu salud aumentar la actividad del sistema inmune y reducir el dolor e inflamación a nivel celular; te ayuda a ser más feliz, al aumentar tus emociones positivas, disminuir la depresión, ansiedad y estrés; beneficia tu vida social, al mejorar tu inteligencia emocional, compasión y sentido de conexión; acrecienta tu autocontrol; cambia tu cerebro, desarrollando las áreas de autocontrol, emociones positivas y atención; te hace más productivo al trabajar la atención y foco, memoria y creatividad; y te hace más sabio.

Al practicar la meditación, los habitantes de la isla mejoran su salud y, gracias a sus múltiples beneficios, incluso pueden retardar el proceso de envejecimiento de manera multicausal.

5. Alimentación sana (y en baja cantidad)

Los ancianos de Okinawa consumen cerca de mil quinientas calorías al día, es decir quinientas calorías menos de lo recomendado.

No comen azúcar ni harinas refinadas, ya que para ellos esto representaría consumir calorías vacías (de hecho, los japoneses en general tienden a encontrar los snacks y postres occidentales demasiado dulces u hostigosos). Por el contrario, tienen una dieta de alto contenido vegetal: consumen muchas frutas y verduras de distintos colores a lo largo de la jornada, y toman de ocho a doce vasos de agua en promedio al día. Evitan comer carnes rojas, pero sí comen bastante carne de pescado. Esto les permite recibir el ácido graso Omega-3 y así prevenir enfermedades cardiovasculares. “Comen de media tres raciones de pescado a la semana, muchos cereales integrales, tofu y soja”, dice el Doctor Craig Willcox, master en ciencias de la salud, que ha estudiado largamente la dieta de los habitantes de Okinawa.

También comen goya, que es un melón amargo lleno de antioxidantes que ayudan a reducir el nivel de glucosa en la sangre. Comen mucho tofu y sopa Miso, que contiene algas que ayudan a prevenir el cáncer. Llama la atención también, que los habitantes de Okinawa consumen mucho menos arroz que el resto de los nipones.

Además, los ancianos siguen un principio que se denomina hachibu, que significa comer hasta estar en un 80% de capacidad del estomago, es decir, evitar la gula y la ingesta excesiva de calorías, que terminan transformadas en grasa y sobrepeso. Según ellos, es una de las claves para una larga vida y para ejercitarlo, suelen servirse raciones más pequeñas.

6. Vida social

La vida social en la isla juega un rol muy importante a la hora de vivir una larga vida, fomentando las relaciones sociales, y el concepto de sentirse parte de la sociedad.

“El auto cuidado dice relación con tener conciencia sobre la salud propia, y de chequearse periódicamente, mientras que el cuidado en comunidad es importante para extinguir problemas en la mente. En Okinawa muchos ancianos van al moai, o lugares de encuentro, en donde pueden cimentar amistades y ayudarse mutuamente, en problemas que pudiesen presentar”, dice el doctor Makoto Suzuki, autor de una larga investigación sobre los ancianos de Okinawa, llamada The Okinawa Way.

Los moai (literalmente: "encontrarse con un propósito común") más que lugares, son grupos de apoyo social, que se forman para proveerse mutuamente de apoyo financiero, social, de salud o espiritual, según los intereses de los participantes. Aunque surgen habitualmente entre amigos y familiares, no es raro que nazcan a partir de otros grupos sociales, como clubes u organizaciones.

La vida sexual también es importante, ya que muchos ancianos afirman practicarla hasta incluso pasados los ochenta años de edad.

¿Pero no será una cuestión genética?

Aunque todo lo anterior, por simple sentido común, coincide con un estilo de vida que uno describiría como sano y propenso a asegurar una larga vida; siempre queda la duda de si no se tratará, simplemente, de un afortunado rasgo genético compartido por los habitantes de Okinawa. Afortunadamente, un suceso histórico permite desestimar esta teoría.

La historia que apuntaría a que la longevidad de estas personas no es un rasgo genético, es que en el año 1960 hubo una emigración masiva de habitantes de Okinawa a Brasil. Lo que sucedió con estas personas, que viajaron fuera de la isla, fue que comenzaron a consumir mucha carne de vacuno y a vivir el estilo de vida brasileño. El resultado fue desastroso ya que, en promedio, la gente que adoptó el estilo de vida occidental, vivió diecisiete años menos que un okinawense promedio.

Occidentalización: adiós longevidad

Otro suceso que se está dando en la actualidad, es que las generaciones jóvenes de la isla están adoptando el estilo de alimentación occidental, con frituras y carbohidratos, lo que ha generado un aumento en las enfermedades corporales. El cambio en los parámetros alimenticios es evidente, si comparamos los alimentos del año 1949 con los del año 1982, año en el que ya se había instaurado la comida norteamericana.

“La comida y más específicamente, la grasa, es el mayor problema. Los jóvenes prefieren comer una hamburguesa antes que comer goya, cuando comen en algún restaurant. El numero de hombres obesos ha aumentado dramáticamente y esto ha llevado a que se generen muchos problemas médicos, incluyendo ataques al corazón, infartos cerebrales y diversos canceres”, concluye Suzuki.

Según el doctor Makoto, la esperanza de vida de los varones de Okinawa ha bajado desde el numero uno hasta el numero veintiséis al interior de Japón, mientras que las mujeres japonesas siguen siendo las más longevas, pero si la población isleña sigue adoptando el estilo de alimentación occidental, lo mas probable es que pierda el primer puesto de la lista de los lugares con la población con mejor expectativa de vida del mundo.

¿Haces alguna de estas cosas? ¿Cuál es tu ikigai (razón de vivir)?

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Comentarios
Alonso Rojas | 2016-01-18 | 09:56
0
soy el único que leyó el artículo con la canción e Sabina sonando en la cabeza?
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