Generalmente la misión de regular la fertilidad a través de anticonceptivos recae en las mujeres, quienes mes a mes invadimos nuestros cuerpos con pastillas químicas, anillos, chips, inyecciones, parches, etc; y aunque los métodos de ginecología natural están siendo cada día más utilizados, el que predomina sigue siendo el de los anticonceptivos hormonales (sin contar los preservativos, claramente).
A la mayoría de las mujeres nos gustaría que la tarea fuese más compartida, porque los efectos secundarios que produce la ingesta de anticonceptivos hormonales no son menores: cambio hormonal, aumento de peso, pérdida de libido, dolor de cabeza, entre otros. Y sí, existen los condones, pero el riesgo a que se rompan no es menor. Así que la verdad los hombres no tienen muchas otras opciones de métodos anticonceptivos aparte de los preservativos o la invasiva vasectomía que muchas veces resulta irreversible.
Por el lado contrario, cuando existen problemas de fertilidad masculina y lo que se quiere es engendrar hijos biológicos, las parejas deben recurrir a tratamientos impagables, como la fecundación in vitro o la inseminación artificial. Un proceso de angustia y estrés permanente que además de caro, tiene una eficacia inferior al 30%.
Pero el avance de la tecnología ha permitido la creación de dos nuevos dispositivos sencillos y más económicos que buscan combatir estas dos problemáticas. Uno funciona como anticonceptivo y el otro como método fertilizador. Los dos son para los hombres y prometen ser un éxito.
Se trata de Bimek SLV, un interruptor de esperma que permitirá a los hombres apagar y prender su fertilidad simplemente accionando un interruptor que se encontrará en el interior de su escroto. ¿El fin de esto?, que los hombres puedan tomar el control personal de su fertilidad y no depender exclusivamente de las mujeres.
¿Cómo funciona? Según el inventor alemán Clemens Bimek, el interruptor de esperma funciona desviando el flujo de espermatozoides de nuevo a los testículos del hombre una vez que el interruptor se activa. El dispositivo está programado para ser tan eficaz como la vasectomía, con la única diferencia que no es permanente. Si el usuario decide que le gustaría llegar a ser fértil de nuevo, el hombre simplemente debe apagar el dispositivo a través de un interruptor que se encuentra en el escroto y la esperma nuevamente circular.
¿Cómo se instala? El interruptor se inserta en el escroto del hombre a través de una cirugía ambulatoria de no más de 30 minutos que no requiere inactividad alguna posterior. El Bimek SLV se introduce en modo “off”, de ese modo "apagando" la opción de ser padre. Pero como todos los métodos anticonceptivos, éste también demora un poco en ser 100% efectivo, y es porque el esperma se mantendrá presente en los fluidos eyaculatorios durante unos tres meses o aproximadamente 30 eyaculaciones, por lo que se recomienda utilizar un preservativo durante ese tiempo.
Luego de ese tiempo, la protección es del 100%, al igual que la vasectomía, pero en el momento en que se quiera ser padre, sólo bastará con una intervención ambulatoria para encender el interruptor para la fertilidad. Y luego apagarlo de nuevo, y volver a encenderlo para el segundo hijo, y así hasta los que se quieran.
Se llama Spermbot y es un dispositivo que ayuda a darle un empujón a los espermatozoides lentos o vagos, problema que se ha convertido en la principal causa de infertilidad de los hombres y que se denomina astenospermia. Este nano robot lo que hace entonces, es ayudar a los espermatozoides a fecundar el óvulo, dirigiendo su camino.
El dispositivo mide 50 micras de largo por 8 de diámetro, y es un microtubo con forma de espiral que se engancha a la célula y la convierte en un espermatozoide motorizado. Se controla a través de campos magnéticos a través de los cuales se puede hacer que el espermatozoide avance o cambie su orientación, razón por la que es prácticamente 100% efectivo.
Los creadores confían en que éste “ se convierta rápidamente en el método de inseminación artificial por excelencia, una alternativa evidente a la fecundación in vitro”. Y si bien aún no se ha probado en personas, los investigadores del Instituto de Nanociencias Integrativas de Dresden han conseguido conducir a los espermatozoides animales hasta el óvulo de la vaca como si estuvieran manejando un submarino teledirigido.
Resaltan además su carácter reciclable, ya que una vez alcanzado el óvulo y después de cumplir con su misión de fecundación, el nano robot podrá hacer el viaje de vuelta, a modo de submarino teledirigido que viaja por los fluidos corporales, y dirigirse después hacia el exterior a través de la vagina. Toda la maniobra, por control remoto.
Además, su uso podría aplicarse para otras cosas importantes, como por ejemplo, la entrega de fármacos en cualquier parte del cuerpo, al poder cargar con dosis específicas de ciertos fármacos contra el cáncer, por ejemplo, y dirigirse con gran nivel de precisión a células o tejidos muy determinados, como los tumores, evitando dañar otros tejidos.