Los que somos padres más jóvenes sabemos lo hipnotizantes que resultan las pantallas para los niños, en especial todo lo que sea touch. El movimiento, los colores, la buena gráfica y el hecho de que pueden manejarlo solos con sus dedos, se apodera rápidamente de su atención, incluso más que con la televisión.

Y si bien es sabido que pasar mucho tiempo frente a una pantalla es dañino, que la creatividad se limita y el sedentarismo se activa; los niños de hoy nacen conectados y es prácticamente imposible prohibirles el contacto con la tecnología. Además el material que da vuelta por las redes, es muchas veces inapropiado para los niños, y no es fácil censurarlos y orientarlos todo el tiempo. ¿Pero si existieran juegos que los hicieran pensar, usar su imaginación e interactuar con el mundo real?

Exactamente en esto pensó el equipo mexicano de Ochogallos, una desarrolladora de aplicaciones para niños, compuesto por el especialista en juegos digitales Alfonso Ochoa, la ilustradora Valeria Gallo y la pedagoga Edaena Mata, quienes lejos de pensar que los dispositivos electrónicos alejen a los niños de los procesos creativos, asumieron que estos están presentes y decidieron crear juegos interactivos que fomentaran la crítica y la imaginación. Y ha sido un éxito.

Transformando el concepto de interactividad

“La interactividad no se trata de pulsar botones con un dedo, se trata de provocar que la mente forme parte de un proceso creador”, se lee en uno de los principios del proyecto, cuyo enfoque principal es desarrollar aplicaciones digitales, infantiles y culturales; integrando poesía, música, juegos de roles, artes plásticas y juego de palabras en cada una de sus creaciones.

Un equilibro entre el juego como tal y aplicaciones que estimulen procesos creativos es lo que busca Ochogallos, y esto, sumado a las geniales ilustraciones y a la simpleza de su funcionamiento, han motivado a más de 18 mil niños a jugar y la respuesta ha sido muy buena. Niños y papás conformes y felices con estas creaciones que además incentivan el juego en familia y el contacto con el mundo de afuera.

Además de los juegos, cuentan con una revista digital que se llama Bulpo, cuyo objetivo es ofrecer propuestas literarias y estéticas que permiten a los niños ampliar el espectro de lo socialmente considerado correcto, lindo o permitido a través del cuestionamiento de los parámetros preestablecidos.

Las aplicaciones por ahora sólo están disponible para equipos Apple y tienen un costo que no supera el dólar.

¡Ya apaga esa tableta!

Así se llama una de las aplicaciones que propone de partida cuatro escenarios en los que los niños habitualmente utilizan el tablet: el auto, la casa, el restaurante o la calle.

Una vez elegido el lugar, irán apareciendo propuestas divertidas y originales para que los niños pongan en práctica la creatividad, imaginación, observación y construcción narrativa. “¿A qué se dedica cada una de las personas que ves en la calle?”, “Consigue un lápiz y un papel y dibuja lo que comes”, “Elige algo que veas en el paisaje, ponle nombre de un conocido y cuéntanos por qué”, “Inventa una leyenda sobre el primer animal que veas en la carretera”; son algunos ejemplos de las 120 actividades que propone la aplicación.

«El restorán y el auto en la carretera son lugares límite para el potencial ‘aburrimiento’ del niño y –tal vez por lo tanto– los que más nos gustaron para trabajar», cuenta Alfonso Ochoa en esta entrevista.

El juego obliga de cierta forma a que los niños se “desconecten” de la propia tableta, invitándolos a interactuar con el mundo real, a observar y analizar su entorno y a darle rienda suelta a la imaginación y a la creación.

Haiku-mático

Este juego busca acercar a los niños a la poesía de una forma lúdica y es súper simple. El niño debe construir su propio haiku (poema breve) a través de la elección y selección de versos de una gama de posibilidades con más de 20 mil combinaciones de frases e ilustraciones, que les permite finalmente crear su propia poesía.

Es una aplicación muy sencilla, tiene la apariencia de una máquina vieja con tres botones que generan de manera aleatoria los tres versos naturales del haiku, los que puedes ir intercambiando para crear un nuevo poema. Y así entonces, cambiar versos y alterar los significados es lo que busca esta app, que de pasada incentiva en los niños el gusto por las palabras, la lectura y el lenguaje en general.

Árbol con patas

Esta aplicación se asemeja un poco al juego del “teléfono”. Consiste en ir armando una frase a partir de una palabra inicial que los niños tienen que escoger y luego decidir cómo continuarla con otras palabras hasta formar un texto congruente y divertido.

De cabeza

Mirar el mundo con otros ojos es lo que busca esta app, que invita a los niños a tener mayor perspectiva y estimular la observación y fijarse en los detalles.

Por ejemplo, el piso, si lo ves de cabeza, es un techo. Una acróbata arriba de un caballo al darla vuelta, puede aparecer la mujer más fuerte del mundo. Y así el juego te va mostrando distintas imágenes que al voltearlas adquieren un significado diferente.

¿Cuál es tu app infantil favorita y por qué?