Es el fruto más grande que jamás ha colgado de un árbol y según varios testigos que la han probado, es riquísima, pero más allá de estas dos características, la jackfruit podría ser uno de los frutos que nos salve de la hambruna.
De aspecto similar a una chirimoya gigantesca, la fibrosa fruta que sabe a una mezcla de piña con mango y otros, es adaptable como ninguna a climas calurosos e incluso la sequía. Natural de Asia meridional y sudoriental, la jaca, como también es conocida, está asomándose como una alternativa ante el retroceso del maíz y el trigo, que se han visto afectados por los cambios climáticos.
"Creo que podría jugar un papel mucho más importante en la dieta que en la actualidad y ser un elemento básico", asegura a The Guardian Nyree Zerega, investigadora de biología de las plantas del Jardín Botánico de Chicago, que ha estudiado la jaca.
No solamente tiene una buena resistencia en climas calurosos y sequía, clave en tiempos en que el calentamiento global ha subido los índices del termómetro mundial, sino que por su cáscara exterior, la jaca posee una buena defensa ante plagas que sufren otros cultivos.
Esto la hace una buena alternativa para proliferar en muchos suelos del mundo. Además, el árbol puede hacer brotar hasta 150 frutas con sus dos temporadas de cosecha al año, de un tamaño que va entre los 5 Kg. hasta los 45 Kg. las más grandes (un niño de unos 15 años).
Según indican, esta jaca pesa tan solo ¡61 kgs!, vía 30bananasaday.com
La jaca es rica en hierro, vitamina A, B y C, calcio y potasio y sus comestibles semillas contienen altas concentraciones de proteína. En lugares como Sri Lanka, Vietnam y Bangladesh, es común verla convertida en harina o fideos y añadida en salteados, jugos, helados e incluso papas fritas.
Aunque sinceramente no huele muy bien por fuera (comentan que su aroma es similar a una cebolla o a algo descompuesto), una vez abierta y madura, es una combinación de mango, piña, palmitos y pera, en consenso general, una combinación de sabores dulces.
Además, el curioso fruto también tiene su alter ego como "carne". Una de las formas en las que se está probando la jaca es como "mechada de cerdo", una alternativa diferente a su frutosa esencia, que además de ofrecer variedad en su consumo, se alza como una alternativa para veganos y vegetarianos. Al ser cocinada durante varias horas, cuando está menos madura, adquiere una textura muy similar a la carne, que actualmente se vende condimentada de distintas maneras y envasada (aquí un ejemplo). Claro, es más dulce, pero nada muy diferente a unas costillitas barbecue que tanto éxito tienen.
El hecho de que se cultive en zonas donde hay grandes poblaciones que viven en pobreza y hambruna a diario, hace que la jaca sea una respuesta al problema de la desnutrición en esas zonas, y mañana, de la falta de alimentos en el mundo.
Según informa el Banco Mundial, nuestra nueva realidad climática podría generar pérdidas de hasta un 50% en los cultivos de maíz y trigo en las próximas décadas por el aumento de las temperaturas y las precipitaciones impredecibles.
"Es un milagro. Puede proporcionar tantos nutrientes y calorías... todo", comenta Shyamala Reddy, investigadora de la biotecnología en la Universidad de Ciencias de la Agricultura en Bangalore (India). "Con solo comer 10 o 12 bulbos de esta fruta, no necesitas alimento durante medio día".
Jackfruit, neajjean/Flickr.
La jaca fue un importante alimento básico hace unos 50 años, pero hoy generalmente es visto como un alimento inferior y asociado a la pobreza en sus países de origen, una reputación injustificada, a juicio de Zerega.
El desafío es dar a conocer el fruto en sus múltiples formas, mejorar su reputación y expandirlo por el mundo, al fin y al cabo, la jaca podría convertirse en un alimento clave para combatir la hambruna en el corto plazo.