Si hace 20 años hubiésemos dicho que tendríamos dispositivos 100 veces más potentes que los computadores del momento en un conveniente formato de bolsillo, a más de alguno le habría dado un ataque de risa.
Sí, claro, cuando los chanchos vuelen.
Los chanchos siguen muy apegados al suelo, pero el tiempo ha demostrado que la tecnología evoluciona a pasos agigantados, haciéndose más eficiente y, al mismo tiempo, más portátil. Los dispositivos para cosechar energía renovable no son la excepción. Por ejemplo, el primer panel solar de silicio, que data de 1954, tenía un 6% de eficiencia; hoy el récord llega al 25,6%.
En cuanto a turbinas eólicas, la tecnología ha avanzado lo suficiente como para escalar aquellas imponentes torres aspadas a miniaturas portátiles, quizá no tanto para el bolsillo, pero aptas para un pequeño bolso de paseo. Prueba de ello es Trinity, un invento islandés que arrasa en Kickstarter con el que podrás cargar dispositivos, literalmente, en la punta del cerro.
Islandia es verde y no hablamos solamente de su flora, sino también de su cultura de energía renovable. El 100% de la electricidad y calefacción en hogares islandeses viene de fuentes de energía renovables, lo que lo convierte en un caso único en el mundo.
Tiene bastante sentido que de allí mismo haya nacido la empresa Janulus, hoy asentada en Estados Unidos, que recurrió por segunda vez a la plataforma de crowdfunding para producir Trinity, su turbina eólica de bolsillo.
El año pasado financiaron exitosamente la primera versión del producto, logrando reunir $ 75 mil dólares (unos 52 millones de pesos chilenos). Esta vez son más ambiciosos, ofreciendo la segunda versión del producto en cuatro tamaños.
El hermano menor y el mayor Trinity.
El mayor atractivo, claramente, es su portabilidad. El modelo más pequeño, por ejemplo, se pliega en un tubo de 30 centímetros de alto por 5,5 de ancho, de apenas 650 gramos de peso, y el mayor en uno de 100 centímetros por 18,5 con un peso más sustancial de 19 kilos.
Del tamaño también dependen las prestaciones. En sus dos modelos más portátiles, Trinity incorpora un cargador USB y una salida CC, mientras que en los otros dos agrega, además, un enchufe de pared.
Sus creadores explican que la batería de ion-litio de la turbina es similar a la usada en autos eléctricos, y que almacena desde 7.500 mAh (equivalente a 3 a 4 cargas de smartphone) en su modelo más chico, hasta 300.000 mAh en el mayor, que gracias a sus 2.500 voltios de potencia, sería capaz de cargar un auto eléctrico e incluso una casa smart, si tienes botada una de esas por ahí.
Trinity puede armarse en forma horizontal, con las aspas abiertas, cuando haya poco viento y en formato vertical en caso contrario, para aprovechar el viento sin que éste la derribe o destruya.
Trinity en formato vertical saca el provecho a vientos fuertes sin desestabilizarse.
Para funcionar correctamente, los creadores estiman que se necesita un viento de 7 kilómetros por hora mínimo. En zonas costeras no sería un problema, no así en valles donde, dependiendo de la altura del terreno, podrían haber problemas para aprovechar el viento.
Janulus calcula que con un viento de 16 kilómetros por hora, el modelo más chico tardaría menos de una hora en cargarse, mientras que el mayor demoraría un día y medio. Nosotros calculamos que en Punta Arenas tardaría un microsegundo.
Pese a su considerable costo de $ 399 (unos 280 mil pesos chilenos) en su versión más pequeña, Trinity ya duplicó la meta en apenas una semana. Quienes apuesten por este invento, ya sea para sus viajes pachamámicos a la cordillera o una fuente alternativa de energía para la casa, pueden esperar su envío en abril del próximo año.
Si te gustan los desafíos y quieren ahorrarte algo de dinero, el sitio Instructables tiene un manual paso a paso para hacer tu propia mini-turbina eólica. No es tan efectiva como la Trinity (solo alcanzaría para recargar pilas), pero ¿cuántas personas pueden decir "sí, yo hice una turbina eólica portátil"?