Hasta más o menos los 45 años el cristalino en nuestros ojos, aquel componente que actúa como el lente de una cámara, enfocando objetos a distintas distancias, está impecable (al menos en personas con una visión normal). Si cometiésemos la locura de venderlos en el mercado negro, técnicamente podríamos etiquetarlos como "semi-nuevo", porque el término "usado" no le hace justicia.

Es luego de esta edad cuando comienza la devaluación progresiva de nuestros ojos, como también las posibilidades de riqueza a través de medios ilícitos. La culpa la tienen las manchas llamadas cataratas, causadas por la descomposición de las proteínas dentro del cristalino, que de ser transparente pasa a opacarse, dando como resultado una visión borrosa.

Para que se hagan una idea de lo común que es: se estima que cerca del 90% de las personas sobre 65 años tienen algún grado de cataratas. Es importante mencionar esto de los grados, porque, como en todo tipo de afecciones, hay casos y casos. Mucha gente ni se entera que tiene cataratas porque simplemente no les molesta, otros lo solucionan mediante lentes especiales que compensan la pérdida de nitidez del cristalino o costosas soluciones quirúrgicas, y, por último, un grupo numeroso simplemente no puede hacer nada por desconocimiento o falta de recursos.

La OMS estima que cerca de un 51% de todos los casos de ceguera se deben a cataratas no tratadas, lo que se traduce en más de 20 millones de personas, ubicadas, principalmente, en países en desarrollo.

Es un panorama complejo que podría cambiar radicalmente en los próximos años, gracias a una nueva droga de sencilla aplicación, que disuelve estas manchas del cristalino para dejarlas listas para su revalorización en el mercado negro (lo decimos como dato, cada uno hace lo que quiera con sus cristalinos).

¿La clave? Un esteroide

Científicos de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, en conjunto con colegas chinos, probaron con éxito experimentando con una solución del esteroide lanosterol, precursora del colesterol.

La idea de probar con este esteroide específico, nació debido al descubrimiento y análisis genético de dos familias chinas, cuyos hijos sufrían de formas congénitas de cataratas. Ambos niños compartían una mutación que detenía la producción de lanosterol, algo que no sucedía en sus padres, quienes, extrañamente, no sufrían de cataratas.

Estos casos llevaron a los científicos a concluir que el esteroide podría tener un efecto en casos avanzados de cataratas, y así fue.

El estudio, publicado en la revista Nature, incluyó tres experimentos inéditos donde se aplicó una solución de lanosterol mediante inyección directa y "gotitas". Primero se probó en células humanas del cristalino in vitro, donde se comprobó que las cataratas se reducían en tamaño. Posteriormente se probó en lentes de conejos que sufrían de la enfermedad. Luego de seis días de tratamiento, 11 de los 13 lentes pasaron de tener cataratas severas o significativas a medias y, en algunos casos, inexistentes.

Finalmente se probaron en el mejor amigo del hombre, los perros, cuya principal causa de ceguera son también las cataratas. Se incluyeron siete especímenes, entre ellos labradores (negros), pastores australianos y pinschers miniatura. Luego de seis semanas aplicando "gotitas" dos veces por día, tres de los perros ya no tenían rastros de la mancha, y el resto presentaba una regresión de la enfermedad en algún grado. No lo han confirmado, pero inferimos que los perros movieron furiosamente la cola de felicidad y lengüetearon a los científicos.

Sobre los resultados, el doctor Xin Jin, quien formó parte del proyecto, comentó que fue "extremadamente emocionante cuando notamos que el descubrimiento podría servir de guía para una estrategia novedosa y simple de prevención y tratamiento de cataratas. Nos anima a seguir haciendo más esfuerzos que nazcan en un laboratorio y lleguen al paciente".

El estudio también ha sido destacado por otros expertos en el área. Jonathan King, biólogo del MIT que lleva 15 años estudiando la enfermedad, señala que la investigación "es realmente completa y convincente, la más concreta que he visto de su tipo en una década".

Curiosamente, aún no establecen el papel específico que cumple el esteroide, ni cómo es que actúa frente a las proteínas descompuestas que forman las cataratas. También persiste el misterio de por qué gente con niveles normales de lanosterol desarrolla cataratas en su vejez.

Herramienta de prevención

Si bien el estudio abarcó solo algunos meses, y es posible que las cataratas reaparezcan, el mayor valor que rescatan los investigadores sobre el tratamiento es que podría servir para prevenirlas cuando todavía son incipientes.

"Lo bueno de las cataratas es que pueden detectarse mucho antes de que se conviertan en un problema para la persona que las tiene", dice el investigador médico Fielding Hejtmancik, quien escribió la editorial del estudio. "Cuando realizas un examen ocular, ves algo de nebulosidad y sabes que es el comienzo de las cataratas", agrega.

Otra ventaja es que sería muchísimo más económico y sencillo que una cirugía, por lo que países en desarrollo, cuyos habitantes son los más propensos a sufrir la peor cara de la enfermedad, podrían adoptarla masivamente.

Por supuesto, todo estos son conjeturas que podrían confirmarse una vez que sea probado el tratamiento en humanos, algo que buscan lograr en los próximos dos años.

¿Te has hecho alguna cirugía ocular? ¿cómo fue tu experiencia?