De todos los juguetes de la actualidad, probablemente Lego es el que une a más generaciones. Abuelos, adultos, jóvenes y niños de todas las edades y épocas han dado forma física a su imaginación con sus icónicos ladrillitos de colores. Pero aunque la palabra "plástico" parece ser inseparable del popular producto (que desde 1963 se fabrica de ABS o acrilonitrilo butadieno estireno), lo cierto es que desde su fundación en 1932 y durante varias décadas, Lego fabricó sus productos principalmente en madera. La adopción del plástico como material principal (en aquel entonces Acetato de Celulosa) fue muy resistida por los distribuidores, que incluso devolvieron cargamentos argumentando que eran de inferior calidad que los productos de madera.
Si bien el plástico finalmente ganó la batalla, hoy en día encuentra nuevamente resistencia, pero por razones muy diferentes: el medio ambiente. Y a juzgar por un reciente anuncio, la marca está decidida a cambiar su materia prima una vez más para ajustarse a los tiempos.
Es que Lego anunció que invertirá 150 millones de dólares (algo así como 95 mil millones de pesos chilenos) para encontrar de aquí al año 2030, un sustituto del plástico que sea más amigable con el medio ambiente, preocupándose no sólo de la composición del material, sino también por la cadena productiva completa, desde la obtención de las materias primas, hasta el final de su vida útil. Además se preocuparán de desarrollar envases más sustentables.
Según señalan en su comunicado, el nuevo material debe tener "una huella incluso inferior que el material que reemplaza, a lo largo de áreas clave de impacto ambiental y social, como uso de recursos fósiles, derechos humanos y cambio climático". El impacto de la medida no sería menor, pues Lego fabricó 60 mil millones de piezas plásticas sólo el último año.
Para hacer la promesa realidad, la compañía danesa ya está construyendo el Centro Lego de Materiales Sostenibles que, se espera, estará listo a finales del año 2016. Por mientras, ya se encuentra reclutando a más de 100 especialistas para trabajar en la investigación y firmando acuerdos con socios que le ayuden en la tarea, como la World Wildlife Fund for Nature (WWF) que le ayudará a medir el impacto de las diversas alternativas productivas.
"Nuestra misión es inspirar y desarrollar a los constructores del mañana. Creemos que nuestra principal contribución a esto es a través de las experiencias de juego creativo que proveemos a los niños. La inversión anunciada es un testamento a nuestra continua ambición de dejar un impacto positivo en el planeta, que las próximas generaciones heredarán", declaró Kjeld Kirk Kristiansen, dueño del Grupo Lego, en el comunicado de prensa.
Esto se suma a una serie de medidas ecológicas que ha aplicado la compañía en años recientes, como reducir el tamaño de sus envases, invertir en granjas eólicas marinas y el término de su relación con la petrolera Shell, tras una fuerte campaña de presión de Greenpeace.
Esperemos que la iniciativa tenga éxito, para que el fabricante del juguete más popular del mundo pueda hacer honor al origen de su nombre, leg godt ("jugar bien") y al lema de su fundador: "Solo lo mejor es suficiente".