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Imagen: Josh Spradling (The Planetary Society)

La vela solar ¿el futuro de la exploración espacial?

Mientras miles de millones de dólares se gastan en la exploración espacial basada en cohetes, existe una alternativa mucho más económica y que solo necesita de un "empujón" del sol. Hoy, una ONG sin fines de lucro busca demostrar que es éste el futuro de la exploración espacial.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2015-05-25 | 07:00
Tags | espacio, tecnología, NASA, crowdfunding

Hemos explorado tan poco del universo conocido que expresarlo en un porcentaje sería chocante. Solo digamos que nuestro conocimiento está tan limitado como el del Chico del Pórtico en Oye Arnold!, un niño que era incapaz de abandonar la entrada de una casa.

Eso sí, no hay duda de que hemos avanzado. Desde los primeros pasos del hombre en la Luna, a robots recorriendo Marte, lentamente hemos ido explorando nuestro vecindario espacial. Hasta ahora, han sido las agencias espaciales, como la NASA, las responsables de desarrollar tecnologías que permiten este avance, aunque, en la última década, la parrilla se ha ido ampliando con nuevos protagonistas y nuevas ideas.

El empresario Elon Musk, la figura detrás de Tesla Motors, por ejemplo, creó la compañía de transporte espacial SpaceX en 2002. Sir Richard Branson, fundador de Virgin, amplió su espectro de negocios para incluir el espacio con Virgin Galactic, compañía con la que planea proporcionar vuelos espaciales suborbitales tripulados, lanzamientos suborbitales para misiones científicas y lanzamientos orbitales para satélites pequeños.

Más recientemente se ha sumado la ONG Planetary Society, quienes no solo apuestan por una tecnología que podría abrir la exploración espacial a más organismos no gubernamentales gracias a su bajo costo, sino que lo harán gracias al aporte de personas como nosotros. Es el caso de su más nuevo proyecto, LightSail, la vela solar.

La primera misión espacial financiada por crowdfunding

La vela solar LightSail, es la apuesta por la exploración espacial de esta ONG sin fines de lucro fundada por Carl Sagan, Bruce Murray y Louis Friedman en 1980, y que hoy es presidida por el científico y celebridad Bill Nye.

Apenas más grande que una hozaga de pan, LightSail incorpora tecnología de propulsión solar que promete ser suficiente para llevar la nave a las más recónditas partes del universo.

"La nave del pueblo", como la llaman, cuenta a la fecha con el aporte de más de 14.000 personas en Kickstarter, quienes se han sumado a la campaña para financiar su lanzamiento en 2016. En pocos días lograron la meta de $200 mil dólares (cerca de 130 millones de pesos chilenos) y hoy ya superan los $700 mil dólares con aún más de un mes restante de campaña.

El hecho ya es revolucionario en sí, pues nunca antes una misión espacial había sido financiada de este modo. A esto hay que sumarle la gran promesa de que la tecnología detrás de esta nave nos permitirá explorar el espacio por relativamente poco dinero y "democratizar el espacio", según la ONG.

Velerismo solar: Tecnología simple y de alto alcance

¿Pero qué es exactamente una vela solar? ¿y cómo podría revolucionar el acceso al espacio y a la exploración espacial?

¡Buena pregunta, Timmy! Comencemos por la primera. Una vela solar es una forma de propulsión que se sirve de la presión solar. Como explica Bill Nye, la luz está compuesta de fotones que no tienen masa, pero sí tienen ímpetu o momentum, esta magnitud física es lo que genera la presión solar o de radiación. Una nave con la superficie suficiente, el peso y el material adecuado, puede usar este momentum para moverse por el espacio sin requerir ningún tipo de combustible.

Las dimensiones, peso y materiales de las naves que han usado este tipo de propulsión (que se pueden contar con los dedos de una mano) varían. Para poder hablar en términos concretos, tomaremos de ejemplo a LightSail.

Esta navecomienza como un pequeño artefacto de 4.5 kilos y dimensiones 10 x 10 x 30 centímetros, no más grande, literalmente, que una hogaza de pan:

En el exterior posee paneles solares que brindan energía para que el funcionamiento de los instrumentos internos de la nave. Fuente: Planetary Society

Una vez lanzada al espacio, cosa que ocurriría el 2016, cortesía de la antes mencionada compañía SpaceX, la nave expandirá una película de poliéster de 32 metros cuadrados (más o menos la extensión de un cuadrilátero de boxeo) conocida bajo su marca comercial como mylar:

La película de mylar tiene 4.5 micrones de espesor ¡Un cuarto del de una bolsa de basura! Fuente: Planetary Society

Los fotones se reflectarán en el mylar, transfiriendo así el momentum. Este "empujoncito" solar es, en un inicio, menos poderoso que la propulsión "tradicional" que se alimenta de combustibles, pero al ser continuo la nave va tomando mayor velocidad con el tiempo. "Es como energía infinita" dice la ingeniera Stephanie Wong, quien forma parte del proyecto. En teoría, la nave podría llegar a los lugares más recónditos de la galaxia que hasta hoy, por limitaciones energéticas, nos han estado vetadas.

Exploración espacial, ¡a precio especial!

El punto más importante de LightSail es su valor. Planetary Society estima en "apenas" 4,2 millones de dólares los costos de diseño y construcción. "Ok, pero con eso me alcanzan.... muchas Big Macs" pensará Timmy. Exactamente, es bastante dinero, pero en términos de misiones espaciales es menos de lo que gastas en agrandar el combo.

Para que se hagan una idea: la misión Juno de la NASA, que envió una nave a Júpiter en 2011 (y que llegará allá en 2016) tuvo un costo de 1.100 millones de dólares, de los cuales la mitad se destinó a la construcción de la nave.

Si bien la comparación no es enteramente justa, si tomamos en cuenta la envergadura de ambos proyectos, sí nos da un atisbo de los presupuestos necesarios para una misión al espacio. Si buscamos un caso más parecido hallaremos la primera nave con vela solar lanzada al espacio, la IKAROS, de la JAXA (la agencia aeroespacial japonesa) en 2010. Su costo fue de 16 millones de dólares, cuatro veces más que LightSail.

De concretarse la misión, LightSail sería el primer proyecto de "bajo presupuesto" en llegar al espacio, y abriría las puertas a más organizaciones no gubernamentales a ampliar sus fronteras y así incorporar más participantes en esta "carrera" donde todos somos ganadores.

De ahí el concepto de democratizar el espacio, que viene de la misión misma de Planetary Society: "Empoderar a los ciudadanos del mundo para avanzar en la ciencia y la exploración espacial".

¿Y la NASA?

Y si es tan cool ¿por qué la NASA no está metida? ¡Timmy, no seas insolente! Por supuesto que la NASA también está involucrada. Es más, hasta 2009 LightSail era conocido como NanoSail-D y era un proyecto de la NASA. Luego fue cancelado por problemas en el lanzamiento y ofrecido a Planetary Society.

La agencia estadounidense continuó trabajando y lanzó su sucesora, la NanoSail-D2, a la órbita baja terrestre donde se mantuvo por 240 días. El romance entre las NASA y las velas solares se mantuvo con el proyecto Sunjammer, una nave con una vela solar de nada menos que 1.200 metros cuadrados. Su lanzamiento estaba presupuestado para este año, pero en octubre del año pasado se canceló por "falta de confianza en la capacidad de su contratista de entregar el pedido". Se gastaron 21 millones de dólares en el proyecto.

Al respecto, Dana Rohrabacher, representante de la cámara baja del parlamento norteamericano, criticó la decisión: "Estoy muy desilusionado que no vayamos a terminar esto. Parece que nunca somos capaces de financiar estos pequeños proyectos de desarrollo tecnológico que pueden tener, potencialmente, un impacto gigante... pero (al mismo tiempo) encontramos miles de millones de dólares para construir un gigantesco vehículos de lanzamiento sin cargas útiles ni misiones" dijo, haciendo referencia a la lanzadera SLS, hoy en desarrollo, que tiene un costo estimado de 18.000 millones de dólares. "Parece que simplemente no era lo suficientemente grande para permitírnoslo" ironizó.

Pese al nuevo proyecto fallido, David Steitz, vocero de la NASA, dijo que la agencia "no descarta posibles oportunidades de vuelo del proyecto en los próximos años".

Aunque la agencia no está fuera del juego, por ahora la batuta la lleva Planetary Society y sus más de 14.000 mecenas en Kickstarter.

¿Crees que debería haber más proyectos espaciales organizados por ONGs?

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