Bien sabemos que el 2010 las placas tectónicas se acomodaron provocando un terremoto en Haití el mes de enero y otro en Chile al mes siguiente. Lo que puede que desconozcamos es que la tardanza con que llegó la ayuda internacional a Puerto Príncipe por problemas logísticos provocó que la empresa Aeryon Labs de Waterloo, fabricante de drones, planeará bien cómo actuar para un próximo desastre natural.
Y vino el terremoto en Nepal, convirtiéndose en el peor sismo que ha afectado a la nación del Himalaya en más de 80 años. Con más de 5.000 víctimas fatales y una reconstrucción a cuestas que equivaldrá al 20% del PIB de Nepal, la situación es alarmante y la ayuda urgente. Siendo uno de los países más pobres del mundo, en medio de este desastre solo cuenta con 2 médicos y 50 camas hospitalarias por cada 10.000 habitantes.
El programa que diseñó la canadiense resultó eficiente. De inmediato le prestaron tres drones de alta tecnología a la organización humanitaria GlobalMedic de Toronto, en favor de distrbuir bien los recursos y servicios que se tienen. Según el mismo presidente de la compañía, así evitan en primer lugar que las organizaciones se vean en la necesidad de arrendar helicópteros por millonarias sumas para poder ver qué está pasando en el lugar de los hechos, en vez de que estos sean utilizados para salvar vidas.
Los tres aviones no tripulados enviados por Canadá han estado sobrevolando, sacando miles de fotos que han permitido encontrar muchas víctimas atrapadas entre los escombros, han generado mapas detallados de las zonas más afectadas por la catástrofe en 2D y 3D y han compartido todos los datos de manera rápida entre grupos de ayuda. Además de enviar suministros y kits de primeros auxilios a pueblos remotos fuera del alcance de los mismos helicópteros y donde las camionetas no pueden llegar.
Si el lugar está inundado, si las carreteras están habilitadas, si existe transporte o no, todo eso lo han rastreado los drones, que desde el 2004 se usan para el reconocimiento y mapeo estructural de edificios derrumbados. En ocho terremotos ya han funcionado como herramienta de ayuda y se van perfeccionando. También hay drones submarinos que ayudan a limpiar el agua sin estropear los muelles, como lo hicieron en Puerto Príncipe el 2010.
Los drones Aeryon están equipados con cámaras térmicas que ayudan a localizar a los sobrevivientes al detectar el calor del cuerpo. Además cuentan con cámaras de zoom digital perfeccionadas recientemente, las que permiten ver rostros humanos a más de 100 metros de distancia. Esto ayuda al uso correcto de los recursos. Como dijo el director ejecutivo de GlobalMedic, Rajul Singh: "No hay suficientes helicópteros en Nepal en este momento, y los que hay no deberían estar tomando fotos, deberían estar volando para entregar ayuda".
Lo que dicen los expertos es que el uso de los drones tienen que introducirse en nuestra mentalidad al reaccionar. Así como esperamos ver gente con casco en los desastres naturales, y operaciones de rescate a animales, también tenemos que esperar ver robots, según Robin Murphy, experto en robótica.
Entre las críticas que se le hacen al uso de los drones, es que el rastreo es de tal magnitud, que genera preocupación sobre la privacidad de la comunidad. Otros reparan en el hecho de que todavía no existe un sistema para poder evitar colisiones de los drones con líneas eléctricas y otros objetos voladores. Sin embargo, estas preocupaciones parecen menores en comparación con la magnitud del desastre y la urgente necesidad de ayuda que se vive en este y otros países afectados por desastres naturales.