Pasa en las películas, pasa en la vida dice el popular slogan de un canal de cine. La frase tiene algo de romántico; sabemos que no es una verdad en sentido literal (muy a pesar de los seguidores de la Tierra Media), pero sí que tiene algo de cierto: el cine es un espejo de la realidad. A veces este reflejo toma la forma de un perro antropomorfo (con el perdón de los puristas) de dos metros veinte llamado Chewbacca, en otras se parece más a Ethan Hunt, intrépido espía que come balas de desayuno, almuerzo y cena. Sabemos que los perros, por ahora, no pueden alcanzar esa estatura (aunque el Gran Danés no está lejos), y que las balas causan indigestión y bueno... muerte, pero en el fondo somos conscientes de que todos estos composites, estos compuestos artificiales, están inspirados por la realidad pura y dura.
Lo mismo sucede con las ciudades o lugares que forman parte del mundo del cine, incluso aquellos que alojan la trama de películas de terror, ciencia ficción y fantasía, géneros que inclinan la balanza hacia lo "irreal" ¿Existe un Mordor real? ¿Y un Pandora? Te sorprendería saber que muchos de estos lugares son tan reales como tú y yo (a menos que seas una inteligencia artificial, si es así, perdón).
A continuación veremos diez de estos lugares que son calcos o fuertes inspiraciones de lugares ficticios. Recomendamos esconder tarjetas de crédito para controlar las inevitables ganar de viajar, por ejemplo, a...
Tatooine de Star Wars.
El nombre y la arquitectura del planeta hogar de Luke Skywalker, Tatooine, fueron inspiradas por una locación real en Túnez, donde fueron grabadas las escenas. El nombre es una deformación de Tataouine, capital de la gobernación del mismo nombre. El diseño de las viviendas, en tanto, se basa en la arquitectura de los bereberes, estructuras declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que aún se pueden observar por los alrededores de la ciudad.
Recientemente, se ha informado que la zona es frecuentada por guerrilleros del Estado Islámico que viajan hacia y desde Libia, donde se encuentran varios de sus campos de entrenamiento. Esperemos que no corra la suerte de otras milenarias estructuras que han sido destruidas por el grupo insurgente.
Un Ksar, graneros fortificados construidos por los bereberes que sirvieron de inspiración para las viviendas del planeta Tatooine. Fuente: Alfredo Miguel Romero
¿Se imaginan a Luke caminando por ahí? Fuente: Antonio Pérez Río
El pueblo de Silent Hill en la película del mismo nombre.
En 1962 un incendio comenzó a arder cerca del pueblo de Centralia, en Pensilvania, Estados Unidos. El fuego se extendió y toneladas de carbón comenzaron a arder lentamente en una red de minas que se ubicaban bajo el pueblo. Los obvios problemas de salud que trajo consigo el excesivo monóxido de carbono del ambiente hizo que la gente pronto comenzara a irse. Se trató de apagar, pero fue imposible. Por décadas y hasta el día de hoy, Centralia arde lentamente bajo sus calles, donde quedan solo cerca de diez personas que se rehúsan a abandonar el pueblo. Según se estima, dada la cantidad de carbón acumulado, el pueblo arderá por unos 200 años más.
El abandono y la persistente emanación de gases que forman una neblina tóxica sobre el pueblo, fueron la principal inspiración para la creación de Silent Hill, ubicación principal del juego del mismo nombre, que también se portó al cine.
Santiago no parece tan tóxico ahora. Fuente: Cole Young
El incendio fue iniciado por el Departamento de Bomberos de Centralia con el objetivo de quemar basura. Se descubrió, muy tarde, que existía una veta de carbón abandonada debajo del basural. Fuente: Cole Young
Escena de Harry Potter grabada en el viaducto.
Al menos parte del recorrido que hace el tren en Harry Potter con destino a la escuela para magos Hogwarts (quienes se han demorado 13 años en enviarme mi carta de aceptación),se puede realizar en las highlands de Escocia. El viaducto de 21 arcos fue inaugurado en 1901, y aún está en funcionamiento.
El viaducto que algún día cruzaré. Fuente: Jesús Belzunce Gómez
Banquete en Hogwarts. Suertudos.
Luego de bajarse del tren, se puede continuar la fantasía imaginaria harrypottiana yendo al Gran Salón de Christ Church, uno de los colleges que componen la Universidad de Oxford. Allí se encontrarán con el lugar que fue replicado para dar a la luzal comedor donde por 7 años Harry Potter y compañía comieron y bebieron cosas deliciosas que, ojalá, algún día existan (mmmm, cerveza de mantequilla).
¿Oxford o Hogwarts? Complicado. Fuente: David Jones
El denso bosque de La Princesa Mononoke.
Una de las mejores obras Hayao Miyazaki fue inspirada en un bosque específico. Se trata de Yakushima, una isla de 500 kilómetros cuadrados declarada como Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO y que se ha vuelto lugar de peregrinación para seguidores del maestro de la animación japonesa. Es común ver a las personas acomodando pequeñas figuras de Kodamas, para luego sacarles fotos en su "hábitat natural".
Bosques de Yakushima, también conocido como "el peor lugar del mundo para jugar a las escondidas". Fuente: Casey Yee
Zona específica de Yakushima conocida como "El bosque de Mononoke". Fuente: Casey Yee
La acción de la película ocurre en un pequeño y colorida pueblo habitados por espíritus.
Antes de que sus padres fuesen convertidos en cerdos, Chihiro, la protagonista de, posiblemente, el mayor éxito de Miyazaki, se ve absorbida por un pequeño pueblo fantasma lleno de luces y deliciosa comida. Ese pueblo, salvo por los fantasmas y espíritus vengativos, existe y se ubica en la isla de Taiwán.
No hay nadie en la foto, pero les aseguro que no es una ciudad fantasma. Fuente: Kabacchi
Las calles de Jiufen están repletas de puestos para comer algo que, dicen, no te convertirá en cerdo Fuente: Jirka Matousek
A través de un túnel muy parecido, Chihiro descubría la ciudad de espíritus. Fuente: Ming-yen Hsu
Ewoks celebrando la victoria de los rebeldes.
¿Se acuerdan de los ewoks de Star Wars? ¿Esos ositos (nuevamente, con el perdón de los puristas) que ayudaban a Luke mientras los soldados imperiales los hacían bolsa? Ya sea por imitación o coincidencia, existe un hotel ecológico en Costa Rica con un gran parecido a los hogares de esos tiernos y peludos extraterrestres.
Buena vista y libre de tropas imperiales. Fuente: James Lozeau
No se lastimaron ewoks en el proceso de construcción. Fuente: James Lozeau
Escena de la película que se estrenó hace 6 años ¡Cómo pasa el tiempo!
Una de las grandes inspiraciones para las rocas flotantes del planeta Pandora, en Avatar, fueron los pilares naturales de este parque nacional chino. Luego del éxito de la película, uno de estos pilares fueron renombrado como Montaña Hallelujah, en referencias a las montañas Hallellujah del film.
Una idea: ofrecer paquetes turísticos con salto en bungee. Fuente: Viktor Lövgren
La Comarca de los hobbits existe, y está en Nueva Zelanda.
Otro caso donde lo real vino después de la ficción. Nueva Zelanda es un caso emblemático de cómo un país puede aprovechar la industria del cine para promocionar su imagen. Atrás quedaron esos años donde el rugby y su cercanía con Australia eran su razón de ser: hoy Nueva Zelanda es la Tierra Media.
Un ejemplo es La Comarca, el lugar donde viven los hobbits. No solo se construyó el set, sino que se habilitó como destino turístico. Hoy uno puede entrar a la casa de un hobbit y descansar en el living, y luego tomar una cerveza en El Dragón Verde, el lugar de encuentro preferido de los habitantes de La Comarca.
El tamaño es real, por lo que se recomienda andar con cuidado dentro de la casa de un hobbit. Fuente: Jeff Hitchcock
Al interior de El Dragón Verde. El fuego también es real. Fuente: Jan Hazevoet
Lava, volcanes y un ojo voyerista gigante ¿Qué mejor lugar para vacacionar que Mordor?
El condado de las Midlands Occidentales, en Inglaterra, especialmente una zona conocida como Black Country (País Negro, nombre asociado por la contaminación de las industrias locales durante el siglo XIX) fue la principal inspiración de Tolkien para la creación de Mordor. El nombre, de hecho, traducido de la lengua artificial sindarin, significa País Negro.
Sin embargo, el lago Passu, en Pakistán, aunque seguramente nunca fue observado por el escritor, guarda una semejanza con las montañas de Mordor que llega a parar los pelos.
Todavía no se ha descartado la presencia de orcos en la zona. Fuente: M. Atif Saeed